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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAprovechando muy bien la prolongada siesta estival, las largas y cálidas noches de verano, el ensueño de playas y bikinis, y tensando al máximo sus potestades constitucionales derivadas del respaldo electoral, el Dr. Vázquez le marcó la cancha a toda la oposición para los próximos cinco años en cuanto a su representación en cargos de gobierno.
En efecto, con el estilo que lo caracteriza, citó prontamente en su comando electoral a los representantes formales de los restantes cuatro partidos con representación parlamentaria, para una misma mañana, con intervalos de una hora entre uno y otro partido. Así nomás, tipo consulta médica, sin consideración siquiera al peso electoral específico de cada uno (solo faltó que el lugar de las reuniones hubiera sido dispuesto para la Asociación Española).
En la oportunidad, el Dr. Vázquez apenas les comunicó a los cuatro partidos la exclusión de toda representación ante el Banco de Previsión Social (BPS), el Consejo Directivo Central (Codicen, enseñanza pública) y la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE, salud pública).
Les explicó (como se comprenderá, muy brevemente en función del corto tiempo prefijado) que los partidos de la oposición no podrían tener representación alguna ante tales organismos —huelga decir que determinantes en cuanto a las políticas públicas en materia de seguridad social, educación y salud— puesto que al existir integración de los sindicatos en los respectivos directorios, el partido de gobierno podría quedar eventualmente en minoría resolutiva.
Lo que no necesitó explicar el Dr. Vázquez porque todo el país lo sabe, es quién tuvo la iniciativa y quién resolvió —contra la opinión de la oposición— la integración de los sindicatos (con los resultados a la vista) a la dirección de tales instituciones: el Frente Amplio.
Luego de la terminante exclusión precedente, el futuro presidente de la República se limitó a ofrecer, al conjunto de la oposición, un único cargo en los restantes bancos oficiales, entes autónomos, servicios descentralizados, comisiones internacionales, etc. Por supuesto, la condición y el formato del ofrecimiento lo fue tipo adhesión, o sea, así como está o nada.
Entonces, un cargo (minoría absoluta, por lo cual la capacidad de incidir en las políticas y decisiones del órgano resulta nula) que debería ser literalmente repartido —cual si fuera mercadería de diversa especie, en caso de aceptación de la propuesta— entre toda la oposición. ¿Cómo? ¿Con qué criterios? ¿Qué cargo para qué partido? Bueno, aparentemente el gobierno electo no fijó posición al respecto. Más bien, parecería un reparto menor entre el conjunto de la oposición.
Como se ve, muy expeditivamente y en apenas media mañana, el Dr. Vázquez despachó el rol de toda la oposición en el futuro gobierno, sin siquiera tomar contacto con los verdaderos líderes partidarios.
A veces, las formas o las maneras son mucho más elocuentes y significativas que los propios contenidos. Es el caso del Dr. Vázquez y del gobierno electo en cuanto al papel que se le asigna a la oposición en la próxima Administración.
Ahora bien, también todos conocemos que la función principal de la oposición radica en el contralor de los actos del gobierno y que el mismo se facilita si se ejerce desde dentro de la organización respectiva, pero el contralor de la gestión del gobierno, información mediante, será tarea prioritaria de la oposición en cualquier caso.
Sea a través del control de los actos administrativos, resoluciones, contratos, licitaciones, designaciones en cada repartición estatal; sea en el ámbito parlamentario, por la vía de los pedidos de informes, los llamados a sala, a comisión parlamentaria, vía interpelación del ministro del ramo, etc.; sea mediante los dictámenes del Tribunal de Cuentas de la República; sea ejercitando el derecho constitucional y legal de acceso a la información acerca de toda gestión pública, etc., etc.
¿Cuál debería ser, entonces, la respuesta de los partidos de la oposición frente al planteo del Dr. Vázquez? Pues todo depende de los valores que se prioricen. Si lo que se pretende es la más directa información y algunas posiciones, la propuesta podría considerarse. Pero si lo que se privilegia es la dignidad personal y partidaria, esta es mi opinión: el ofrecimiento debería ser rechazado de plano. Por el contenido de la propuesta, pero fundamentalmente por la forma y la manera.
Que el gobierno electo haga lo que mejor le parezca con esos 24 cargos. Seguramente serán 24 contratos menos que deberemos pagar entre todos los uruguayos. Que la oposición haga lo que tiene que hacer, que es controlar y proponer las políticas alternativas. Pero primero la dignidad, siempre primero la dignidad.
¡Viva Batlle!
Daniel J. Lamela