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“Ya no me drogo. ¿Dónde está mi Red Bull?”, dijo Jordan Belford en el escenario. Al agarrar la lata del energizante, simuló aspirar cocaína y en el auditorio estallaron las risas. “Mi esposa debe pensar: ¿cómo me pude casar con este tipo?”, comentó después de hacer ese chiste. “Yo te amo. Eres una mujer valiente”, le dirigió a su pareja, la modelo argentina Cristina Invernizzi, que estaba entre el público.
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En la cárcel —donde Jordan Belfort pasó 22 meses condenado por fraude, lavado de dinero y manipulación del mercado de valores— no había mucho para hacer. Su compañero de celda era el actor Tommy Chong, a quien por las noches le contaba su historia de vida. Era una cárcel de “famosos”, que “no era la peor” del mundo. “No me violaban”, explicó.
En la tercera noche de charla, Chong le sugirió que escribiera un libro. Al principio se le “secaba el cerebro” al ponerse a redactar porque no encontraba las palabras exactas. Pero en la biblioteca de la cárcel encontró inspiración, al leer libros de Tom Wolfe. Cuando dejó la cárcel, tenía escritas 130 páginas.
“Perdí mi dinero, mi familia y mi esposa”, lamentó Belfort, pero dijo que el “resultado fue mejor”: “Ahora tengo a la mejor esposa del mundo. Es increíble”. El conferencista recordó que “hubo tiempos difíciles” en la cárcel y que por las noches muchas veces “parecía que no podía seguir”.
Belfort también recordó algunos diálogos que mantuvo con Leonardo DiCaprio, quien lo interpreta en El Lobo de Wall Street (2013). “Le enseñé a Leo”, comentó ante el público y proyectó una escena de la película para la que, según dijo, escribió algunas líneas que eran “poderosas”. El empresario practicó junto con el actor de Hollywood qué tono debía utilizar para expresarlas de forma correcta. Hace unos años, Belfort dijo a New York Post que también le enseñó a DiCaprio cómo consumir drogas para que lo interprete en la película.