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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAbusador: que se aprovecha de su situación de superioridad en perjuicio de otros.
Sigo en proceso de elaboración un libro que comencé a escribir hace un tiempo que trata de todos los presidentes del Uruguay (desde 1830) que fueran electos por el Partido Colorado. Es un trabajo de investigación que lleva su tiempo y donde me di cuenta de cómo ciertas personas llegaron a la presidencia y fueron unos gladiadores y otros (en cambio) fueron unos claros abusadores del Partido Colorado, que lo usaron para llegar al poder, casos como Gabriel Pereira o Juan María Bordaberry.
Pero para este caso que opinaré no es necesario retraerse a tantos años, porque aún hoy podemos encontrar a varios abusadores del Partido Colorado.
Cuando determinadas personas de mi colectividad política critican con propiedad al Frente Amplio y salen lloriqueando en televisión de que son inocentes e invocan en sus oraciones al secretario general y este último tapa todo… eso se llama barrer bajo la alfombra y termina siempre con alguna conferencia de prensa, poniendo esa cara de “soy Penadés y estoy hasta las manos”, sumando alguna teatralidad del momento y… listo, más nada.
Internamente, lo que va a pasar es lo que se hace siempre, tapar desde arriba y premiar a esa persona con otro carguito, mientras los boludos como uno, que van por la derecha, sin ser ventajeros o ser acomodados por nadie…, la seguimos remando y con mucho orgullo, porque ello me permite dormir tranquilo.
El Partido Colorado lamentablemente se ha muy mal acostumbrando a darle vida a inútiles que ni siquiera tienen dos horas de militancia política como también a proteger a personajes, cuando lo que debería hacer en realidad con estos es sacarlos de sus filas. ¿Por qué?
Y bueno, observemos entonces algunos casos concretos para una mejor ilustración, para que se den cuanta de lo que me refiero concretamente, sobre mi colectividad política, que es la que me interesa recuperar; las demás colectividades políticas no son mi problema.
Primero caso: Ernesto Talvi. El 1o de julio de 2020, a cuatro meses de asumir el nuevo gobierno y él como ministro de Relaciones Exteriores, chau, se fue por la puerta chiquita del ministerio de RR. EE., no le daban las piernas de lo rápido que huyó para su casa.
Después de que la agrupación Ciudadanos (que esta es la resaca política de los restos que quedaron de Vamos Uruguay, después de que el gran profeta Pedro pegara el portazo y los dejara tirados) le vendiera al propio Talvi espejos de colores y mucho humo y que tontamente este aceptara, sin siquiera tener dos horas de militancia política, pasó de ser, de la noche a la mañana, no solo directamente candidato del partido sino a ser desde el 1/3/20 ministro de Relaciones Exteriores. Ni ocho, ni 10 ni seis, sino cuatro. Cuatro meses aguantó (yo le daba una semana). Aguantó ese tiempo hasta que vio la cara oculta de la política, esa misma que no se ve en televisión, la que ven aquellos que sí abrazamos la carrera política y tenemos la preparación y el cuero para aguantar sin importar las circunstancias y sin jamás dejar de mantener la bandera colorada en alto. Pero claro, no es lo mismo alguien preparado o formado que una persona que lo agarran de los pelos y lo ponen estilo fenómeno de circo como candidato del partido.
Y el resultado de ese “fenómeno” creado por Ciudadanos reventó a los cuatro meses y dejó tirado (el mismo Talvi) no solo a todo el Partido Colorado, sino también a quienes lo promovieron como el “salvador” del Partido, el “mesías”; dejó tirado también a quienes creyeron en él (por suerte yo nunca lo hice) y lo votaron. Ah, pero muchos creen aún que Talvi es… un héroe. En fin, no soy nadie para quitarles derecho a creer a esas personas en Papá Noel.
Veamos el segundo caso: Germán Cardoso. Renunció como ministro de Turismo el 20 de agosto de 2021, yéndose por la puerta chiquita de atrás de la Torre Ejecutivo. Lo hizo a raíz de las denuncias presentadas por el entonces director de Turismo (Martín Pérez Banchero) por presuntas irregularidades relacionadas con asignaciones directas de publicidad y otras compras públicas sin licitación. No le dieron las piernas en la corrida que se mandó desde Torre Ejecutiva pero hasta el barrio Punta Carretas para meterse entre las piernas del secretario general del Partido Colorado.
Ahora, si tan inocente como según Cardoso decía ser y que era toda una persecusión política en su contra como argumentó en la conferencia de prensa, ¿por qué renunció tan rápido y se fue volando a la casa de Sanguinetti en lugar de quedarse y pelearla desde donde estaba? Utilizó términos como “persecución política en su contra”, el mismo verso que utiliza muchas veces el Frente Amplio y que ahora lo usa alguien que muchas veces lo señaló con el dedito al Frente.
Y bueno, ahí lo tienen, ocupando actualmente una banca en Diputados, como si nada.
¿Cardoso nos representa como colorados? A mí, no.
Veamos el tercer caso: Adrián Peña. El 30 de enero de 2023, en lugar de sacar el máximo jugo como el primer flamante ministro, del ministerio de Ambiente, creado el 1/3/20, tuvo que presentar renuncia por una de las causales más ridículas e infantiles que he visto: mentir respecto a que tenía el título de Licenciado en Dirección de Empresas, que dijo haber tenido durante al menos siete años. Así como lo lees. Te agrego algo, desde 2015, en documentos, currículums y declaraciones públicas firmaba diciendo que era licenciado de una carrera que había empezado a cursar en 2002 pero que luego declaró que recién había terminado en 2022. ¿Se dan cuenta del mamarracho por el cual renunció? Me decís, desvió fondos…, bueno, te la llevo eso de renunciar, pero renunciar por estar mintiendo desde el año 2015 y aún más, firmando documentos públicos, diciendo que ostentaba un título que él sabía bien que no lo tenía.
Muchos se ofenden cuando a este tipo de personas los encasillo con el rótulo de chantas. No me interesa en lo más absoluto si Adrian Peña es bueno o malo como empresario avícola, no es mi rubro y no me compete, al igual que saber si es buena o mala persona, me interesa saber cómo se desempeña la personas que supuestamente me representa a mí y a todos los colorados en un gobierno de coalición.
Es absolutamente vergonzoso que deba renunciar por chanta. Obviamente tuvo su conferencia de prensa y puso cara de pollo mojado e imploró clemencia a su santidad, el secretario general del Partido Colorado.
Desde estas filas políticas, expuse mi dura oposición a la continuidad de Peña en el partido y que debía ser analizado urgente este caso por la Comisión de Ética y Conducta Política. Fue estudiado por esta y solo le dio a Peña un “chas, chas” en las nalgas y chau, más nada, “bue, bue…, vaya y pórtese bien niño Peña”.
Si observamos, el art. 2° del Código de Ética y Conducta Política del Partido Colorado manifiesta que: “(…) los afiliados al Partido Colorado deben defender y promover los principios y valores políticos que el Partido Colorado ha promovido desde su fundación”. ¿Realmente Adrián Peña se ajustó a los principios y valores políticos que el Partido Colorado ha promovido desde su fundación?
Observemos ahora el art. 7º del mismo código: “Los afiliados al Partido Colorado que ocupen cargos públicos de cualquier naturaleza deberán observar una conducta honesta, recta e íntegra, debiendo rechazar todo provecho o ventaja indebidos, de cualquier naturaleza, para sí o para terceros”.
¿Fue justo lo resuelto por la Comisión de Ética y Conducta Política del Partido Colorado sobre la conducta deshonesta, nada recta y menos aún íntegra que tuvo Adrián Peña para provecho o ventaja de él mismo?
Raro concepto al parecer tiene la Comisión de Ética y Conducta Política del Partido Colorado sobre tener una conducta honesta, recta e íntegra, porque ahí lo tienen muy cómodamente a Peña dando directrices mientras ocupa, actualmente, una banca en el Senado de la República, como si nada.
¿Peña nos representa como colorados? A mí, no.
Pasamos al cuarto caso: Carolina Ache. Con fecha 19 de diciembre de 2022, presentó renuncia a raíz de toda una investigación que se generó sobre los responsables de la entrega del pasaporte uruguayo al narcotraficante Sebastián Marset y que ella estaba también metida en el lío por salir a la luz conversaciones de ella con el número dos del Ministerio del Interior, quien le advirtió a Ache sobre Marset como “un narco muy peligroso y pesado”. El narco estaba retenido en Dubái y buscaba acceder al pasaporte uruguayo. La advertencia fue realizada a inicios de noviembre de 2021, al tiempo que la conversación fue difundida el 12 de diciembre de 2022.
Dice ella no haber hecho nada ilegal, argumentando que su salida del Poder Ejecutivo fue por la falta de respaldo del sector que integraba. Esto me parece absolutamente ridículo. Me llama la atención la rapidez en que presentó la renuncia y se fue justo cuando las aguas se estaban caldeando, cosa que no la salpiquen. Pero la salpicaron. Muchos la tildan de “heroína” por haber presentado los audios que hicieron ahora caer a Bustillo. No tengo tiempo para falsas “heroínas” porque Ache, estando presente en la interpelación y pudiendo decir, no dijo nada de esto que denunció ahora, tampoco dijo nada el día que presentó la renuncia, y argumentó que omitió dar información por lealtad a las autoridades. Ridiculez absoluta. Otro que salió a darle la bendición a Ache fue el profeta Pedro, que si bien no está en actividad igual mete cuchara.
Bordaberry reafirmó sus críticas al entonces canciller Francisco Bustillo, al que señaló por “mentir” en el Parlamento por el caso de la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset… Puede ser sí que Bustillo haya mentido, pero la duda que me viene es: ¿Ache no mintió también ese día en el Parlamento? ¿No le mintió a la ciudadanía, no le mintió al Partido Colorado? Ojo, no confundamos términos, mentir es una cosa, omitir es otra. Si le hubieran preguntado, por ejemplo, “diga si es cierto que Bustillo le dijo de romper su teléfono…”. Y si ella hubiera respondido con un “no”, entonces ahí sí estaría mintiendo, pero nunca se le preguntó eso.
Yo a lo que apunto es que Ache no fue para nada leal primero con el Partido Colorado y segundo con el gobierno nacional, omitió informar de inmediato al Comité Ejecutivo Nacional e incluso a su sector político y es por ello que le quitan la confianza.
No tengo duda alguna de que Ache incurre en una clara violación del art. 7° del Código de Ética y Conducta Política del Partido Colorado (mencionado anteriormente con Adrián Peña).
Sin embargo, se le ocurre ahora, a casi un año de que renunciara, mostrar un audio de una conversación entre ella y Bustillo donde este destrata al número dos del Ministerio del Interior, sumando que supuestamente le dice (digo supuestamente porque yo no lo escuché, sino que me enteré por la prensa) que ella rompa el celular a los efectos de ocultar información sobre este caso de Marset; ahora Bustillo dice que se lo dijo en forma figurada que “perdiera” el teléfono en la conversación que ella subrepticiamente grabó. Ahí hay otro lío con Ache que se deberá dilucidar.
Lo que no entiendo es por qué ocultó desde hace año y pico toda esta información al Partido Colorado. Ahora, en caso de que no lo haya hecho y efectivamente lo comunicó sí al Partido, entonces esto se va poniendo cada día más raro. No haber informado en su momento o haber peleado siendo aún vicecanciller, defendiendo desde ahí al Partido Colorado, pensó primero en salvar su trasero y el partido que reviente. La cuestión es que renunció y en su lugar quedó un experto serruchador de pisos. En fin, la cuestión es que Ache sigue investigada, defendida por nada más ni nada menos por el exfiscal de la Nación, Jorge Díaz, otra fichita, mercenario del Frente Amplio.
Cuando se consultó por qué estaba siendo defendida por Díaz, por fuentes cercana a ella se dice que tuvo “miedo” por cómo “obraba el gobierno” y por eso contrató a Díaz. A lo mejor el gobierno tenía planes de hacerla callar (ironía). No sé a qué se refiere cuando se victimiza de esa forma tan infantil diciendo “por cómo obraba el gobierno”.
¿Ache nos representa como colorados? A mí, no.
Llegando al final, de regalo les doy un caso más: Walter Verri. Siendo diputado perteneciente al sector Vamos Uruguay (Partido Colorado), el 23 de agosto del 2014 la Justicia le impuso medidas cautelares (prohibición de “acercamiento, relacionamiento y comunicación” bajo un radio de restricción de 200 metros por un término de 90 días) tras comprobarse la verosimilitud de hechos de violencia doméstica.
Presenté debidamente, a los efectos de hacer cumplir no solo la Carta Orgánica del Partido Colorado sino el Código de Ética y Conducta Política del Partido Colorado, denuncia escrita y fundada ante la Comisión de Ética y Conducta Política del Partido Colorado, que en este caso debió haber actuado de oficio, pero, como no lo hizo, presenté dicha denuncia para que se le suspendan los derechos políticos partidarios. Obviamente dicha comisión no hizo absolutamente nada.
Curiosamente en ese mismo tiempo ya circulaba el programa de gobierno, que ridícula y falsamente quien lo “defendía” era el entonces el candidato del partido para las elecciones de octubre 2014, el profeta Pedro Bordaberry, y, oh…, en la página 227 trataba de nada más ni nada menos que del tema seguridad con un capítulo llamado Objetivo estratégico 3, que refería a “Disminución de la violencia de género y atención de las víctimas”.
¿Sabés lo que pasó con esta historia? El profeta Pedro Bordaberry se encargó de tapar absolutamente todo, Verri siguió no solo en su cargo como diputado, sino que en el gobierno siguiente (es decir, el actual) se lo premió designándolo como viceministro del Ministerio de Industria y Energía. No sabe un pepino del tema, pero ahí está cómodamente por andar ejerciendo violencia doméstica.
¿Verri nos representa como colorados? No. A mí, menos que menos.
Finalmente, cada uno de los casos mencionados fueron literalmente protegidos, barriendo bajo la alfombra, por la misma persona: el secretario general del Partido Colorado. Tanto de ayer como de hoy.
Después se preguntan por qué está tan mal el Partido Colorado.
¡Viva el partido colorado!
Daniel Villaamil