El 24 de julio de 2017, Edgardo Novick confirmó que sería candidato a presidente por el Partido de la Gente. Ernesto Talvi entró en la carrera en agosto de 2018, mientras que el 16 de octubre de ese año lo hizo Daniel Martínez. Luis Lacalle Pou esperó un poco más, al 30 de marzo de 2019, para iniciar su camino a la presidencia, aunque todos sabían que así sería desde que perdió las elecciones de 2014.
Con las elecciones de intendentes y alcaldes del domingo 27 culminará un período electoral que para algunos dirigentes resultó interminable. El ciclo debió acabar el domingo 10 de mayo de este año, pero la pandemia del Covid-19 retrasó poco más de cuatro meses las departamentales y municipales. Y con ello se alargó la campaña electoral con sus giras, discursos, ataques cruzados y sus propuestas programáticas.
En Uruguay se vive una “electoralitis” porque todo el tiempo se piensa en las elecciones, ha dicho el expresidente Julio María Sanguinetti. El debate entorno a una elección es una constante entre políticos, analistas y periodistas, pero entre la población este retraso en la finalización del ciclo electoral causó desinterés y apatía.
Eduardo Bottinelli, director de Factum, dijo que llegar al “clímax” de campaña ha llevado “mucho tiempo” y que recién ahora se ve que la población comenzó a interesarse en las elecciones y a hacer “definiciones”.
Una encuesta de Factum, divulgada a comienzos de este mes, registraba que el 25% de los montevideanos no sabía que en setiembre habría elecciones. Y si se analiza por partido, a principios de mes, la mitad de los votantes frenteamplistas no tenía claro qué lista votar. Eso bajó al 20% en la última medición, dijo. En la capital del país hay poco más de un millón de habilitados a votar. En todo el país serán 2.694.371 quienes podrán sufragar.
Al hablar el miércoles 9 por la noche en una mesa redonda organizada por la Asociación Uruguaya de Ciencia Política (Aucip), Bottinelli dijo que la pandemia movió el foco de la población hacia otros temas por fuera de lo político-electoral. Puso una “pausa” en el ciclo electoral, explicó.
Esta será la quinta elección departamental separada de la contienda nacional después de que la reforma constitucional de 1996 instalara ese sistema. En cada período se fueron dando cambios significativos en la conformación del mapa electoral.
En el año 2000, la victoria en la elección nacional del Partido Colorado tuvo su impacto en las departamentales. En ese momento, los colorados se quedaron con Canelones, Río Negro, Salto, Artigas y Rivera. El Frente Amplio, pese a ser el partido más votado, solo gobernaba Montevideo.
Cinco años después, la llegada de la izquierda al gobierno nacional también significó un cambio en el acceso a las intendencias. Mientras el Partido Colorado reducía su participación solo a Rivera, el Frente Amplio ganaba en Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha, Florida, Salto, Paysandú y Treinta y Tres.
En 2010, el Frente Amplio perdió, a manos del Partido Nacional, Florida, Treinta y Tres y Paysandú, y Salto en favor del Partido Colorado.
En 2015, la izquierda, aún en el gobierno, perdió Maldonado, pero se hizo fuerte en gran parte del litoral, ganando en Salto, Paysandú y Río Negro.
De cara a lo que sucederá el domingo próximo, y según varias empresas de opinión pública, hay cuatro departamentos que aparecen con final incierto. En los cuatro hoy gobierna el Frente Amplio: Rocha, Salto, Paysandú y Río Negro.
Está en juego la “capacidad del Frente Amplio de retener gobiernos”, dijo Bottinelli. Explicó que esa capacidad está clara en Montevideo y Canelones y puede darse también en Rocha, donde pelea por ganar por cuarta vez consecutiva.
Bottinelli dijo que las encuestas muestran paridad porque las personas hacen una buena evaluación de la gestión de los intendentes frentistas. La excepción es Salto, donde hay mayores resistencias, señaló.
En la charla se preguntó si se podía considerar una victoria que el Frente Amplio retuviera las intendencias. Bottinelli consideró que si no pierde esos departamentos sería una victoria, pero advirtió que hoy está ante un “escenario adverso”. “Hoy hay una ola, como la que hubo en 2004-2005 que llevó a que (el Frente Amplio) potenciara en la dinámica departamental. (…) Es un desafío muy difícil. Los márgenes fueron muy chicos en la elección anterior y en esta se dificulta”, afirmó.
La incógnita de Montevideo y los nuevos liderazgos en el Frente
En la capital del país todo apunta a que hay una sola interrogante a despejar: ¿quién de los tres candidatos frenteamplistas será electo intendente? Daniel Martínez, Carolina Cosse y Álvaro Villar corren con cierta paridad, aunque hay despegados y puede haber sorpresas. Cosse, con el apoyo del Partido Comunista y el Partido Socialista, aparece en la previa como la favorita según todas las encuestas. Le siguen Villar, que sumó atención mediática sobre el filo de la campaña, y el exintendente Martínez. Más que el sillón municipal de Montevideo, lo que está en disputa es un lugar de privilegio en el nuevo mapa político del Frente Amplio. Hay nuevos liderazgos en juego.
Por otra parte, la candidata multicolor, Laura Raffo, puede llegar a ser la más votada individualmente, pero de acuerdo a los números de las encuestas no le bastará para alcanzar la intendencia. Raffo se cargó al hombro la campaña de todos los partidos de la coalición de gobierno nacional y promete continuar en la política activa luego del domingo 27.
La votación de Cabildo Abierto
El Partido Nacional, en tanto, se encamina a ratificar su poderío en la mayoría de los departamentos del interior, mientras que es casi un hecho que los colorados repetirán en Rivera. En Salto, Germán Coutinho corre riesgo de quedar fuera de la pelea debido a una polarización entre el Frente Amplio y los blancos.
Cabildo Abierto tendrá como desafío consolidarse como partido, después de una buena votación en las nacionales de octubre de 2019. En las elecciones del domingo, presentará candidatos propios en 11 departamentos, en el resto hizo acuerdo con el Partido Nacional. En Montevideo es parte de la coalición que apoya la candidatura de Laura Raffo a través del Partido Independiente.
Para Bottinelli, Cabildo Abierto “votará menos que en la elección nacional”. En octubre pasado, los liderados por Guido Manini Ríos fueron el cuarto partido con 268.736 votos, muy cerca del Partido Colorado, que superó apenas los 300.000. Bottinelli señaló que, de todas formas, Cabildo Abierto “puede ser un factor clave” en algún caso como en Río Negro si puede tener una “votación relativamente buena”. En este departamento, pese a tener candidato propio, un sector de Cabildo Abierto apoya al blanco Omar Lafluf.
El politólogo Daniel Buquet dijo que esta elección departamental será un “desafío” para Cabildo Abierto, pero “votará por abajo de la elección nacional porque no tiene chances de ganar y los electores lo van a abandonar”.
Antonio Cardarello coincidió con sus colegas. “Es un fenómeno muy atado a la figura de Manini”, afirmó.