El Ministerio de Salud Pública (MSP) otorga a los médicos del sistema de salud privado una partida salarial variable anual para que realicen cursos de capacitación. Sin embargo, según contaron a Búsqueda fuentes del sector, es habitual que algunos profesionales cobren la partida pero no realicen los cursos en línea, y en cambio los deleguen a terceros.
, regenerado3
Los cursos de capacitación en el sector de la salud no son obligatorios. Sin embargo, haberlos realizado es una condición para recibir una partida anual variable que este año puede llegar a los $162.000 para quienes tengan tres cargos.
Fuentes del sector dijeron que a raíz de esta situación en varias de las principales mutualistas se produjeron discusiones éticas entre profesionales. Algunos médicos cuestionaron a los colegas que en lugar de hacer los cursos a distancia los encargan a otros trabajadores, que cumplen formalmente las diferentes etapas para obtener el certificado que habilita el cobro anual de la partida para capacitación. Hasta el año pasado el monto equivalía a un 3,5% del salario, sin contar aguinaldo ni salario vacacional.
Para obtener el certificado de los cursos los médicos entregan su clave a un tercero, que lo completa en su nombre, explicaron los informantes.
Fuentes de alta jerarquía del MSP consultadas por Búsqueda reconocieron que han escuchado rumores acerca de estas irregularidades, pero afirmaron que no han tenido ninguna denuncia formal. Señalaron, no obstante, que es factible que pueda suceder, ya que se imparten 50.000 cursos cada año.
Capacitación permanente
La recertificación, o al menos la capacitación permanente, es un objetivo reconocido entre los médicos y los demás trabajadores de la salud.
En 2015, el Consejo de Salarios del Grupo 15 introdujo por primera vez el pago de una partida salarial variable anual contra el cumplimiento de metas de compromisos de gestión. Para regular los cursos de capacitación que se comenzaron a realizar en 2016, se creó una comisión tripartita con representantes del Ministerio de Salud, la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) y el Sindicato Médico del Uruguay (SMU).
A estos tres actores se sumó el Instituto Nacional de Empleo y Formación (Inefop), que se encarga del diseño de los cursos y del soporte tecnológico mediante la modalidad en línea.
La carga horaria de cada curso es de nueve horas, a las que se adicionan cinco horas no obligatorias para profundización y ampliación de los contenidos. Seis de las nueve horas obligatorias pueden cumplirse en horario de trabajo, en acuerdo con los empleadores y pueden ser divididas en períodos de una hora diaria con un plazo de finalización de 15 días una vez comenzado el curso.
Al final del curso, que incluye un examen, el trabajador recibe por correo electrónico dos certificados: uno por el cursado obligatorio y otro por las horas opcionales.
Los destinatarios son: especialidades médicas y de medicina general, anestésico-quirúrgicos, licenciados en Enfermería, profesionales de la Escuela de Tecnología Médica, otras profesiones de la salud, administración y servicios y oficios.
Según Jorge Bermúdez, secretario general de la FUS, unos 56.000 empleados de la salud participan anualmente de los cursos a través de Internet.
El convenio firmado en 2018 —que en el caso de la FUS se firmó en setiembre, luego de 99 días de conflicto— introdujo un tope máximo de $ 54.000 por cargo, salvo para los médicos con puestos de alta dedicación y alta función, ya que se promueve la radicación de técnicos jóvenes, sobre todo en el interior.
El convenio de 2015, que estuvo vigente hasta el año pasado, fijaba la remuneración por capacitación en 3,5% del sueldo en cada cargo (sin contar aguinaldo y salario vacacional). Según Bermúdez, se produjeron situaciones injustas porque “tanto gerentes de mutualistas como médicos con altas remuneraciones cobraron elevadas partidas por los cursos”. Aunque las cifras se mantienen en reserva, se puede estimar que algunos médicos y gerentes cobraron alrededor de $ 400.000 anuales extra entre 2016 y 2018.
La FUS propuso que el remanente que se produzca a partir de 2018 (el convenio es hasta 2020, pero la partida no tiene plazo) se destine a fomentar la alta dedicación y reducir el pluriempleo.
Bermúdez sostuvo que el sector de la salud, al que el país destina el 9,5% del PBI, tiene un giro de unos US$ 2.000 millones al año, incluyendo altos sueldos de los gerentes que permanecen “en secreto”.
“Hemos dicho que seguramente resulte más fácil cumplir con la consigna ‘Tierra para el que la trabaja’ que poner topes en los sueldos del sector salud, pero ha sido una reivindicación desde hace muchos años” explicó el sindicalista.
En su momento, el SMU también mostró satisfacción con la capacitación. Respecto a esa parte del convenio logrado en la negociación colectiva, el dirigente Alejandro Cuesta evaluó que representa un “reconocimiento a la necesidad de formación de los médicos para el mejor desempeño de su tarea asistencial. Aún estamos lejos de la recertificación, pero logramos un estímulo importante para la actualización, en esa dirección”, dijo.
Cuesta además habló del reconocimiento por parte del sistema de que el estudio y la formación son tareas que deben estar incluidas dentro del trabajo y por lo tanto con adjudicación de tiempo remunerado.
“Hemos conseguido también que se pueda acreditar para las actividades formativas de calidad que los médicos solemos realizar. Ello nos permite adecuarnos a nuestras necesidades y responsabilizarnos de los resultados”, explicó.
En 2019, además de los específicos, el curso principal está dedicado a la práctica de cuidado asociado al trabajo del personal de la salud, con énfasis en el cuidado de las condiciones y el ambiente de trabajo en el sector, y las actividades de promoción y prevención de una buena salud y la atención integral de las enfermedades crónicas.
La capacitación, se explica en la página del ministerio, se realiza desde una doble acepción: cuidar al trabajador y cuidar al usuario, y busca que cada participante sea capaz de identificar los determinantes sociales involucrados en la población de usuarios; trabajar con calidad y resolutividad, integrando las condicionantes organizacionales; incorporar la práctica de atención centrada en la persona desde el primer nivel de atención en un continuo asistencial.
ASSE Capacita
El éxito de los cursos en el sector privado llevó a que la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) también introdujera un programa de capacitación virtual a instancias de la Junta Nacional de Salud (Junasa). En primera instancia, los cursos solamente se realizaron para médicos, químicos y odontólogos presupuestados, contratados y residentes a través de la plataforma ASSE Capacita, y luego se extendieron para todos los funcionarios.
En 2018 ASSE pagó partidas de capacitación a 21.000 funcionarios de los alrededor de 30.000, es decir que 9.000 optaron por no participar en los cursos. De los 21.000 que cursaron, 12.000 lo hicieron en la plataforma propia de ASSE, que se realizó en tres módulos con un cuestionario y una evaluación final, mientras que el resto optó por la plataforma del MSP.