En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Vivimos al lado pero sabemos muy poco del Brasil donde hace frío. La mayor parte de las referencias culturales que Brasil ha exportado a todo el planeta provienen de Río de Janeiro, San Pablo y Bahía. La televisión y el cine nos han mostrado el Amazonas y el Mato Grosso. Pero hay muchos brasiles que desconocemos o que conocemos poco y mal. Y vivimos al lado del Brasil austral, esa gran región gaúcha donde el termómetro suele bajar incluso más que en el Río de la Plata, y donde viven artistas de gran calibre como Vitor Ramil, un músico que afortunadamente nos visita casi todos los años, gracias a su vínculo permanente con el Festival Música de la Tierra, del que es uno de los padrinos.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Desde su debut con Estrela, de 1981, este riograndense hijo de un uruguayo que emigró de joven a Brasil, publicó 11 discos, tres novelas y el ensayo La estética del frío-Conferencia de Ginebra (2004), en el que desarrolla de un modo elocuente el cúmulo de rasgos culturales que identifican a los nacidos al sur del Brasil tropical. Este trabajo es consecuencia directa del disco consagratorio Ramilonga (1997), que ha marcado un antes y un después en su obra, en el que Ramil se abrazó a las manifestaciones folclóricas que abarcan la pampa argentina y el Uruguay, un país por demás significativo para él. Tal es así que la décima canción de este disco se llama Duerme, Montevideo: En la noche clara,/ el tiempo se quiere mostrar,/ quiere ser mi abuelo,/ y mi padre,/ quiere ser un río que es un mar,/ las casas me reconocen,/ la Rambla me ve cruzar,/allá donde el pensamiento me va queriendo encontrar.
La geografía es el nodo principal en la obra de Ramil. Campos neutrais remite a una porción de territorio brasileño que en un momento de la historia colonial quedó como zona neutra, libre de banderas, tierra de gauchos libres. La lluvia en el mar de Punta del Diablo aparece en Ana, una profunda y hasta desgarradora versión de Sara, de Bob Dylan. La guitarra de cuerdas de acero, el protagonismo de las melodías y la suave voz aterciopelada de Ramil —a la altura de la de Caetano—, atraviesan las 15 canciones del disco. Brillan Stradivarius, Angel Station y la muy beatle Satolep Fields Forever. El otro común denominador de la obra es la cuerda de bronces que realza canciones como Olho d’agua y Hermenegildo, dedicada al balneario muy cercano al Chuy.
El CD se vende en Ayuí Discos y en la librería Escaramuza, junto a un hermoso songbook con todas las partituras de la obra.