Mujica y la marihuana

Pero el presidente no solo se limita a un planteo ilógico del problema sino que, con una tenacidad digna de mejor causa, anuncia una campaña de promoción de su proyecto en todo el país, a pesar de que días antes había anunciado que, en caso de posición contraria de la opinión pública (66% según encuestas fidedignas) se iba “al mazo”. Una vez más, “como te digo una cosa, te digo otra”. Además, el presidente siente la compulsión de hacer campaña demagógica con los jóvenes esgrimiendo una posición “liberal” y, de paso, echar un velo sobre otros lacerantes problemas de actualidad del gobierno (Pluna, inseguridad, Paraguay, educación, etc.).

En lo personal, además, mi radical oposición al proyecto Mujica en materia de marihuana se funda en la sagrada defensa de valores y principios tan comprometidos en esta época lamentable y grave que vive el país, plagada de malas noticias y antivalores.