“Caramelos de cianuro”.
La revista digital Tal cual informó que el viernes 23, el mismo día que la OEA exhortó a aplazar las elecciones, estuvieron reunidos destacados precandidatos opositores con representantes del gobierno. El ministro del Interior, según la revista, asistió con su hermana Delcy, excanciller y actual presidenta de la Asamblea Nacional, a una reunión “para ofrecer caramelos de cianuro”. Según esta publicación, “estuvieron presentes Henri Falcón, el adeco Luis Aquiles Moreno, Enrique Márquez representando a UNT y hasta Henrique Capriles, cuya propensión a participar —para buscar condiciones pero dentro de la pelea— está alejada de la postura oficial de su partido Primero Justicia”.
Mientras Caracas recurre a Moscú, principal socio y primer productor de petróleo del mundo, en Washington no cesan los mensajes “ultra”: desde desembarco de tropas y embargo petrolero en adelante. El secretario de Estado Rex Tillerson, que el mes pasado visitó Buenos Aires, Bogotá y otras cancillerías de la región hablando de la añeja doctrina Monroe, que pregonaba el lema “America para los americanos”, no ha parado de montar operaciones con el fin de cercar al gobierno de Maduro.
Para Geoff Ramsey, subdirector para Venezuela de WOLA, una organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos humanos en las Américas, las sanciones que están en vigor desde agosto del año pasado sobre el gobierno de Maduro hacen más difícil el acceso a créditos y han tenido cierto efecto.
Sin embargo, el analista dijo a Búsqueda que si bien en los 40 años en los que ha actuado la organización nunca tuvo que enfrentar a un gobierno de Washington tan cerrado, la mayoría de los problemas que enfrenta Venezuela, que ya causa daños en la salud de la población, se debe a “errores propios”.
WOLA teme que un recrudecimiento del bloqueo a Venezuela no solo tendrá efectos muy negativos para la población, sino que sería un desastre porque “dará munición a Maduro” para victimizarse. Ramsey opinó que existen motivos para que Venezuela sea la preocupación más grande de toda la región, ya que el país vive una escalada de creciente autoritarismo desde mayo de 2015 cuando la oposición obtuvo la mayoría en el Parlamento.
El crudo sigue moviendo y haciendo sufrir a Caracas. La investigación del periodista especializado Raúl Gallegos (Búsqueda Nº 1.913), autor del libro ¿Cuando se jodió Venezuela?, llegó a la conclusión de que tener tanto “oro negro” llevó al país de Simón Bolívar a una cultura de descuido, dejadez y desperdicio, aunque reconoce que tanto Chávez como su sucesor Nicolás Maduro (este último más torpemente y con menos dinero), hicieron lo posible para cambiar las condiciones de vida de millones de venezolanos pobres.
“La bonanza petrolera (en 2008 el barril llegó a 147 dólares, casi tres veces más que hoy) fue una de las más grandes de la historia”, pero uno de los errores de Chávez fue no haber ahorrado ni haber logrado concretar obras importantes de infraestructura. De ese modo, si bien pudo mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos, no hizo que esas mejoras perduraran, entre otras cosas porque siete de cada 10 productos que se consumen son importados.
Mientras Gallego tiende a adjudicar gran parte de la responsabilidad de la corrupción al petróleo, otros analistas —quizás mirando los ejemplos de Noruega, que usó su petróleo con criterio, y Chile, que hizo lo propio con el cobre— consideran que la falta de una institucionalidad fuerte ha hecho que los logros sociales corran serio riesgo o bien directamente desaparezcan cuando el nuevo gobierno, sea el que sea, tenga que comenzar con reformas duras.
El poder adquisitivo del salario de los venezolanos se vino a pique. La clase media fue la que más sufrió los efectos de la crisis económica y la especulación con dólares, con precios diferenciados, pasó a ser corriente. La inflación llegó a niveles poco frecuentes y el gobierno comenzó a reprimir las protestas, además de aparecer grupos paramilitares que en total causaron 180 muertes.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció a comienzos de mes que la situación es crítica en todos los tópicos que vigila ese organismo. Los derechos sociales y políticos están comprometidos, advirtió. “A la crítica situación de la democracia y los derechos políticos, se le suma una crisis socioeconómica caracterizada por el desabastecimiento generalizado de alimentos, medicamentos, tratamiento, material e insumos médicos”, según un resumen publicado en la web de la OEA.
No quedan muchos gobiernos que prefieran echar toda la culpa al imperialismo acerca de los graves problemas económicos y sociales en el país del Caribe. Bolivia y Nicaragua son los aliados fuertes que mantiene Maduro en la región, mientras que El Salvador lo apoya con matices.
El Grupo de Lima lo conforman 12 países americanos: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.
Este bloque se formó el 8 de agosto de 2017 en la capital peruana para encontrar salidas a la crisis en Venezuela. Entre otras cosas, exige la liberación de los presos políticos en el país sudamericano y critica la ruptura del orden democrático.
El resto, incluido China que busca poner su gran pie en el continente, ha comenzado a dar señales de descontento.
Uruguay y Ecuador se han colocado en los últimos tiempos en una posición más crítica, aunque los viejos lazos que se profundizaron durante el gobierno de Hugo Chávez siguen vigentes en diversos sectores del oficialismo.
Buscar la salida.
“Exigir respeto a la Constitución y un mejor país nunca puede ser un delito! Todavía faltan muchos!”, fue el mensaje que envió a través de Twitter el opositor Capriles cuando, antes de Navidad, se liberaron algunos de los alrededor de 300 presos.
El expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero se mostró entonces optimista para acercar a las partes, que es lo que se ha dedicado a hacer con relativo éxito pero mucho esfuerzo durante sus gestiones en Venezuela y Dominicana.
Las negociaciones promovidas por el socialista español, si bien tuvieron algunos éxitos, chocaron luego con posturas inflexibles de ambas partes y de división en el lado opositor.
Las negociaciones con la presencia de Rodríguez Zapatero se hicieron junto con el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, que hizo de anfitrión, con el auspicio de los cancilleres de Chile, México, Paraguay, Bolivia, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas.
Pero después de muchas gestiones y el largo camino recorrido, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) mostró que no está unida.
El opositor Henri Falcón, del partido Avanzada Progresista, resolvió no acatar lo acordado por las fuerzas opositoras, que decidieron boicotear los comicios por falta de garantías, y presentó su candidatura, junto a varios postulantes menores, a pesar de que fueron proscritos Leonardo López y Capriles, según El País de Madrid.
Falcón, de 56 años, fue gobernador del estado de Lara y es calificado como chavista “moderado”. Su candidatura es apoyada por Avanzada Progresista, Movimiento Al Socialismo y los socialcristianos de Copei.
