Es hora de darle a la meteorología su justo lugar. Eso sienten los docentes e investigadores del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de Facultad de Ciencias, que imparten desde 2008 la licenciatura.
, regenerado3Es hora de darle a la meteorología su justo lugar. Eso sienten los docentes e investigadores del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de Facultad de Ciencias, que imparten desde 2008 la licenciatura.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Las catástrofes en Uruguay son climáticas”, dijo a Búsqueda el profesor Marcelo Barreiro. Heladas, tornados, ciclones, vientos extremos, precipitaciones intensas: para poder entender estos fenómenos que afectan a la economía del país, es necesario estudiarlos desde un punto de vista científico, anticiparse a ellos o prepararse para su llegada.
“La información meteorológica es manejada cada vez en más instituciones. Llegó la hora de que sea un meteorólogo el que lo haga”, destacó Barreiro.
“Estamos generando información para el agro, para el Sistema Nacional de Emergencias y de utilidad para el Instituto Nacional de Meteorología (Inumet). Sirve para el país y sería bueno que se empiece a usar”, destacó la docente Madeleine Renom. Estos son algunos de los trabajos más recientes del grupo.
Matilde Ungerovich, ayudante del Departamento, en su tesis de grado estudió las precipitaciones acumuladas en primavera y verano en el sur de Uruguay con el objetivo de establecer una predicción climática. Su interés surgió luego de estar en contacto con productores que perdieron miles de dólares por lluvias.
“Quería hacer algo que sirviera, que fuera aplicado”, dijo a Búsqueda. “En el sur no había estudios que hicieran pronóstico estacional” y lo hicimos con un mes de antelación previo a la primavera y el verano, explicó.
La primavera y el verano juegan un papel importante en la producción agropecuaria uruguaya y se necesita un buen pronóstico. La tarea no fue sencilla ni lineal. La atmósfera es un “sistema caótico”. El objetivo fue encontrar un modelo que mejore la calidad del pronóstico de precipitaciones acumuladas.
Ungerovich observó que el norte se comporta de manera diferente al sur, que es más difícil de predecir. Mediante ecuaciones y análisis de variables vio la relación entre las precipitaciones y algunos tipos de viento que favorecen las lluvias. El viento que tuvo mayor relación fue el meridional (en 200 hectopascales), va de norte a sur o de sur a norte. Ungerovich encontró “modelos con gran habilidad de pronóstico”. Estos resultados fueron considerados a fines de 2015 por el Inumet y la Universidad de la República para hacer los pronósticos.
Santiago de Mello, ayudante del Departamento, estudió las heladas en Uruguay, que generan un impacto económico en la producción agrícola. Concluyó que el período de heladas se está reduciendo, es más corto y concentrado (ver Búsqueda Nº 1815).
Ahora trabaja en su maestría sobre eventos extremos de temperatura en Uruguay como las olas de calor y de frío. Estudia los patrones de circulación de la atmósfera asociados. El fin es poder “conocerlos desde el punto de vista dinámico” y luego “estudiar los patrones que hacen que ocurran”. Son etapas fundamentales para luego poder predecirlos.
Ha comenzado a ver que existen “configuraciones” atmosféricas que favorecen a la mayor incursión de frentes fríos. “Tenemos resultados que físicamente tienen sustento, realmente dan mayor ocurrencia, no es solamente una cuestión estadística”, aseguró De Mello.
Ungerovich y De Mello comparten además un proyecto de la Comisión Intersectorial de Investigación Científica (CSIC) para estudiar los eventos extremos de temperatura y precipitación de Uruguay. Los estudiarán por separado al detalle y luego analizarán si en el sur en primavera y verano las olas de calor o de frío están asociadas o no a precipitaciones intensas y si son predecibles.
Juan Badagian estudió como tesis de grado la capacidad de predecir el desarrollo de ciclones sobre la costa oriental de Sudamérica. Una de las herramientas que más se utiliza son los “modelos de predicción o pronóstico”, explicó. Usó un modelo de pronóstico regional (conocido internacionalmente por las siglas WRF) para evaluar el pronóstico de un ciclón que surgió de manera “explosiva” en la región del Río de la Plata entre el 19 y 20 de setiembre de 2012. Evaluó el grado de acierto. El trabajo “proporciona resultados que reducen la incertidumbre de los pronósticos de las ciclogénesis —formación de ciclones— en el Río de la Plata”, concluyó Badagian.