Los legisladores pretendían recibir una explicación clara sobre los confusos episodios en torno a la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec) de las últimas semanas. Sin embargo, luego de dos días escuchando a dos de los principales protagonistas en el caso —que están siendo investigados por la Fiscalía—, los integrantes de la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados se quedaron con más dudas que certezas.
La nueva presidenta de la Ursec, Mercedes Aramendía, presentó una denuncia a comienzos de junio luego de que le informaran que un exfuncionario había ingresado al organismo y destruído documentos. El exfuncionario estaba en contaco con Nicolás Cendoya, quien hasta el 8 de junio fue director de la Ursec. Cendoya, que es abogado, es ahora indagado por el fiscal de Flagrancia Diego Pérez, por su posible vinculación en el hecho. El caso derivó en una segunda investigación, a cargo del fiscal de Delitos Económicos y Complejos, Ricardo Lackner, debido a que dos funcionarios de Fiscalía filtraron información sobre la denuncia a Cendoya.
Además, pesa sobre Cendoya la posibilidad de que haya incurrido en el delito de “abuso de funciones”, luego de que la Ursec le entregara al fiscal Pérez varios correos que presuntamente demuestran que el exdirector sabía que había una investigación en curso contra el funcionario que destruyó los papeles cuando se reunió con él, en un auto, durante la noche. Por otra parte, una pericia realizada a los celulares de los indagados demostró que Cendoya solicitó a una funcionaria de la Ursec que le enviara una copia de la denuncia, pese a que en una entrevista con Búsqueda negó haber pedido que le enviaran el documento de Fiscalía filtrado (Nº 2.078).
Tras recibir el escrito, el fiscal Pérez consideró que “en caso de constituir delito sería abuso de funciones”, sobre el cuál él no tiene competencia, según explicó a Búsqueda. Por lo tanto notificó el tema al Departamento de Depuración, Priorización y Asignación de la Fiscalía para que determine si la denuncia debía ser asignada al fiscal Lackner, quien investiga los casos de corrupción. Además, planteó que ambas investigaciones fueran unificadas en una sola, a cargo del fiscal de Delitos Económicos y Complejos, lo que será resuelto en los próximos días.
Acusaciones cruzadas.
El martes 14 y el miércoles 15, Aramendía primero y Cendoya después comparecieron ante la Comisión de Industria para informar sobre lo sucedido.
Aramendía planteó ante los legisladores que ha sido atacada por Cendoya desde que ingresó al organismo. “Su reacción ha sido atacarme públicamente, desacreditándome, tanto personal como profesionalmente. Ha indicado que no estoy preparada, que soy autoritaria, temeraria y avasallante, entre otras calificaciones, pero yo me he concentrado en mantener la institucionalidad y realizar mi trabajo. Esto no es un conflicto entre personas, sino que la base es el respeto a la institucionalidad”, dijo en la comisión.
Al día siguiente, Cendoya afirmó que Aramendía hizo una “subversión del orden natural de la discusión política”, al plantear primero una denuncia, luego publicarla en los medios de comunicación y por último investigar. La forma en que procedió la presidenta de la Ursec demostró que “no le interesaba el esclarecimiento” de los hechos, aseguró. Agregó que no comparte la forma en que Aramendía ejerce la autoridad y que se ha mostrado “nerviosa” y con “inseguridad”, según relataron participantes de la instancia.
Aramendía narró que en la noche del 1º de junio fue informada de que el exfuncionario Mauricio Sorrentino había estado en la Ursec ese día y había destruido documentación. Sorrentino ingresó dos veces a la Ursec y estuvo en la oficina de la Secretaría General. Agregó que, si bien quedó registrado el ingreso, no se informó a qué lugares asistió.
Cendoya, en tanto, presentó un extenso informe a los legisladores detallando por día y hora lo que sucedió. Según la presentación, el 1o de junio a las 10:14 el exfuncionario ingresó a la Ursec, algo que a su entender era un comportamiento habitual. A las 11:26 subió al segundo piso y salió 20 minutos después solo con un “pequeño morral” y con “actitud despreocupada y natural”. Bajó al primer piso y volvió a subir minutos después.
Cendoya asegura que nunca se cruzó con el exfuncionario, quien se retiró de la Secretaría General con una carpeta verde, sin bolso alguno. Y afirmó ante los legisladores que él no tenía nada que ver con la destrucción de documentos y que Sorrentino deberá hacerse cargo de lo que hizo.
Dudas.
Aramendía dijo a la comisión que la carpeta de investigación de la Fiscalía tiene “mucha información”. De la documentación destruida por Sorrentino se pudo “reconstruir una firma original” que sería del Ministerio de Industria. “También se pudo reconstruir un número de expediente que refiere a un caso de transferencia de acciones de un medio de comunicación audiovisual tramitado entre la Ursec y el Ministerio de Industria. De dicho expediente surge, además, otro expediente en el que un particular indica que va a denunciar penalmente a la Ursec”, dijo.
A diferencia de lo que afirmó Cendoya públicamente, Aramendía aseguró que hay “alrededor de 20 expedientes parcial o totalmente sin digitalizar”, y que eso incluye un recurso administrativo y un oficio relacionado con una subasta. Aramendía dijo que además se encontró documentación suelta y una hoja en blanco con las firmas de Cendoya y Gabriel Lombide (expresidente de la Ursec).
Cendoya aseguró que las decisiones sobre las que se quiere “generar dudas” son actos administrativos del Poder Ejecutivo que fueron “transparentes y ajustados a derecho”.
El exdirector de la Ursec dijo que Aramendía, el 1o de junio, nunca le manifestó su preocupación por la destrucción de documentación ni que iba a realizar una investigación.
Cendoya relató a los legisladores que, al día siguiente, Sorrentino le mandó un mensaje de WhatsApp en el que le pidió reunirse para conversar. Sin embargo, debido a que Cendoya se enteró de que estaban revisando las cámaras de seguridad del edificio, decidió cancelar el encuentro. El funcionario, de todas formas, lo llamó en reiteradas ocasiones y le mandó más mensajes hasta altas horas de la noche, que no fueron contestados por el exdirector.
Al día siguiente, Aramendía presentó la denuncia penal a la Fiscalía, lo que fue informado por el diario El Observador. Sin embargo, hasta entonces la Comisión Directiva de la Ursec no había llegado a tratar el tema, algo que Cendoya catalogó como “una gravísima irregularidad”.
Según el exdirector, al enterarse de que ya se había realizado una investigación sin notificarlo, que se presentó una denuncia penal y que se entregó la denuncia a la prensa, decidió aceptar el pedido y reunirse con el exfuncionario.
Cendoya también mostró mensajes que intercambió a través de WhatsApp con una funcionaria, pareja de Sorrentino.
“Tengo el reporte de la denuncia que hizo Mercedes”, le escribió ella. Cendoya dijo que pensó que se trataba del informe para elevar a la Comisión Directiva.
“¿Me podés mandar una copia por acá?”, preguntó el exdirector. La funcionaria le reenvió un documento que resultó ser un parte policial generado a partir de la denuncia presentada por Ursec.
“No me reportaba beneficio alguno conocer este documento para mi imprevista y futura condición de indagado en la causa”, se defendió Cendoya en la comisión.
El exjerarca dijo que, luego de más de 42 días de investigación, solo se ha encontrado una firma reconstruida de una persona de apellido “Gutiérrez” (si bien nadie en Ursec tiene ese apellido) y un número de expediente que, según surge de un acta de declaración de Aramendía en la Dirección de Inteligencia, corresponde a una transferencia.
“¿Por qué le pediría a una persona ajena a la Ursec que destruyera papeles cuando yo mismo podía hacerlo o pedírselo a cualquier funcionario de la Secretaría General o de cualquier otro servicio? ¿Qué beneficio traería para mí conocer el parte policial del hecho cuando tarde o temprano Aramendía tendría que rendir cuentas de lo actuado a la Comisión Directiva?”, volvió a cuestionar Cendoya.