Según la ley, desde el 1º de noviembre los asalariados pueden indicarle a su empleador a través de qué banco o IEDE cobrar sus haberes, lo que anticipa una competencia por captarlos como clientes.
Con la inclusión financiera, que implicó además una rebaja del Impuesto al Valor Agregado para los gastos abonados con tarjetas de débito y crédito desde agosto de 2014, el gobierno busca desalentar el uso del dinero en efectivo. Apunta con esto a una mayor formalización de las transacciones —favoreciendo su fiscalización—, a una mayor eficiencia en la economía y seguridad.
Nuevos hábitos
En “plan piloto”, Redpagos —con 380 locales— se encuentra con “algunos cientos” de tarjetas emitidas para probar sus sistemas. En las próximas semanas se lanzarán las dos tarjetas “Mi dinero”: una para el pago de sueldos y pasividades, y otra para viajes, gastos o compras por Internet que el usuario podrá cargar de dinero. Ambas circularán bajo el sello MasterCard y permitirán retirar efectivo, pagar servicios en la red de cobranzas y realizar compras en comercios.
“El principal desafío es el cambio de hábito de las personas. Hoy muchas están cobrando en efectivo y la apuesta es a que no retiren la totalidad del dinero, sino que utilicen la tarjeta para algunos de sus pagos. Teniendo en cuenta las disposiciones de la ley en términos de gratuidad, el único ingreso que el emisor puede recibir es a través de la cuota parte de aranceles que corresponden al uso del plástico. Si retiran 100% del efectivo no es un buen negocio, claramente”, explicó a Búsqueda Fernando Lapchik, gerente comercial de esa red de pagos.
La ley 19.210 crea cuentas básicas que el sistema financiero debe ofrecer al público sin cobrar comisiones de apertura o mantenimiento, ni exigir montos mínimos.
Hoy Redpagos abona “varios miles” de salarios y pasividades, dijo. La firma está en conversaciones con empresas a las que presta ese servicio para que adopten el dinero electrónico y espera “sumar” otras más de diferentes tamaños, agregó.
A principios de 2016 Anda lanzará dos tarjetas prepagas, también pensando en el pago de haberes así como en la carga voluntaria de dinero para compras en el exterior bajo el sello Visa. En su primer año de funcionamiento espera emitir 20.000 plásticos, un 8% del total de los afiliados a esa asociación civil sin fines de lucro.
Con base en estudios de algunas consultoras, Anda prevé que el negocio sea rentable a partir del tercer año de su implementación. Esto porque se estima que durante el primero se harán tres transacciones con plásticos por 15% del sueldo. Para el resto, sacarán el efectivo. Al segundo año las transacciones aumentarán a 20% del sueldo, y por montos menores.
“Los ingresos más puros son las comisiones de los comercios. Pero eso requiere que la gente realice muchas transacciones con la tarjeta. Y no hay cultura: la gente saca el dinero y después va al comercio y compra. A veces no está en conocimiento (de que puede pagar con tarjeta). Es un tema cultural y eso lleva mucho tiempo. No estamos acostumbrados y el país no está preparado para que la gente pague $ 25 con un plástico”, explicó Elisa Facio, vicepresidenta de la institución.
Anda fue una de las organizaciones más críticas de la Ley de Inclusión Financiera, ya que entendía que el pago de salarios y pasividades a través de bancos limitaba los créditos sociales.
Como IEDE, “a priori los números no dan de una manera muy clara. Se hizo una apuesta a estar desde el principio en un ecosistema que entendemos a la larga va a ser algo más vivo. Ahora no lo vemos como un gran negocio sino un tema de responsabilidad y estar cerca de nuestros socios”, agregó.
También pensando en entrar al negocio de pago de haberes, Prex lanzó hace pocos días su tarjeta “Prex sueldos” y apuesta a habilitar giros e implementar sistemas de autogestión para empresas. Desde agosto de 2014 —operando como firma de servicios financieros autorizada a emitir tarjetas— entregó 30.000 plásticos con el sello MasterCard; la mitad operó en los últimos tres meses.
“Todavía es un negocio que está armándose. El punto de equilibrio no llegó. Pero avanzó mucho la costumbre por el uso de la herramienta. Tenemos llamadas de gente que ya tiene nuestra tarjeta y consulta por la “Prex sueldos”. También preguntan empresas chicas que todavía pagan en efectivo. Es un instrumento que da seguridad, la facilidad de ver la cuenta online y nosotros apuntamos a una atención al cliente con varias vías de comunicación”, indicó a Búsqueda Andrés Cabrera, su gerente de operaciones.
Tras la restricción a las compras web en el exterior (que exigió que el portador de la tarjeta fuera el receptor de la mercadería), Prex firmó convenios de asociación con couriers y alcanzó entre 150 y 200 altas al día. Pero esto los “encasilló” en las compras afuera, “y la gente no sabía que puede usar la tarjeta en el supermercado”. Hoy están acordando descuentos en comercios, hacen sorteos y envían mails a sus clientes para incentivar las compras.
“Hay dos cosas que después que la gente lo vea van a significar una explosión grande (del dinero electrónico): la seguridad y la practicidad. Obviamente que en esto nos tiene que ayudar el gobierno para que en ningún lado me digan que no aceptan la tarjeta, que todos (los comercios) tengan POS”, las lectoras de tarjetas, explicó Rodrigo Hernández, de Varlix.
A la espera de la habilitación como IEDE, esa empresa de servicios financieros se concentrará en las recargas voluntarias y no en el pago de sueldos. La mitad de sus clientes ya cuenta con “Varlix prepaga” que opera con MasterCard. Tienen convenios con el sitio web Paganza y algunos couriers, y trabajan para habilitar transferencias bancarias.
“El producto prepago no se entiende mucho si bien es muy sencillo. Esa es la barrera que estamos viendo. Pero estos son proyectos de largo aliento. Si bien todo negocio tiene un tema de escala, en Uruguay es más notorio. Las proyecciones en vez de hacerlas a dos o tres años, las tenés que hacer a cinco o seis”, apuntó.
Las firmas emisoras de ticket están en proceso de migración hacia el dinero electrónico. Con 3.200 empresas clientes, Lucheon tickets fue autorizada a funcionar como IEDE en agosto; entre sus productos hay tickets para alimentación, transporte, restaurantes, “Tickets Compliments” y “Ticket Navidad”. Sodexo, con 1.200 clientes, está migrando sus “Canasta Pass” y “Almuerzo Pass” hacia tarjetas cargadas por las empresas. A fines de febrero espera haber emitido sus primeras 100.000.
“El gran desafío es que los comercios se incorporen al sistema de pago electrónico y que tengan un POS, fundamentalmente en la periferia y el interior. Si no, se van a perder ventas. Creemos que en la medida que las tarjetas circulen en masa, se van a adecuar. Pero no esperemos a que la ola venga; preparémonos antes. Tenemos un horizonte de más de 4.000 comercios para trabajar como mínimo para fin de año”, señaló Roberto Berrondo, gerente general de Sodexo.
“Nichos” para el éxito
Anabel Pérez, venezolana, sueña con que en América Latina las empresas tengan carteles similares a los que prohíben el humo de tabaco pero con otro eslogan: “En esta compañía no se usa el efectivo”. Directora de NovoPayment, una firma de dinero electrónico instalada en Estados Unidos, México, Perú y Colombia (y entrando a Chile), opinó que las sociedades cashless son “más eficientes” porque para las empresas “los costos transaccionales disminuyen” y a nivel micro “la gente tiene más tiempo”.
Pérez señaló que en estos procesos “el regulador tiene un rol de protagonista” para identificar modelos exitosos que “puedan convertirse en motores de la inclusión financiera”.
“Alrededor de la mitad de la población económicamente activa en Uruguay no tiene acceso a servicios financieros, y eso no es diferente al resto de la región. Eso es otro tipo de exclusión. No solo financiera, sino de identidad comercial y acceso a tecnologías. Las empresas de dinero electrónico son instituciones de primer nivel en los sistemas financieros”, dijo a Búsqueda.
La ejecutiva, que estuvo en Montevideo la semana pasada participando en un evento de emprendedores convocado por Endeavor y la Embajada de EEUU, dijo que “hay que identificar nichos de crecimiento” porque “no necesariamente va a haber 10 empresas de dinero electrónico, sino probablemente tengan éxito dos o tres”.
“El dinero electrónico tiene lenta implementación si los actores locales no alimentan al regulador para crear las fórmulas que permitan jugar de manera eficiente y transparente”, opinó.