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    Robots, la cuarta “revolución industrial”, la vida de 150 años y la “tormenta perfecta” en un cónclave de poderosos en Davos

    Parece que para asistir a la reunión anual en Suiza del Foro Económico Mundial (FEM) hay que ser dueño —mejor aun fundador— de una gran corporación, ocupar un altísimo cargo gubernamental —no menos que presidente o ministro—, gerenciar un organismo internacional o ser un investigador de esos que piensan en cómo resolver los grandes dilemas globales de hoy y mañana. Es un cónclave de poderosos, cuyas decisiones hacen ganar o perder millones e impactan sobre la vida de muchos y en muchas partes.

    En la reunión de este año, que tuvo lugar del miércoles 20 al sábado 23 en la ciudad suiza de Davos-Klosters, se habló de temas variados, como la tecnología y los cambios en la forma de producir y trabajar —una nueva “revolución industrial”—, la desi­gualdad de género, el poder de las artes, la agitación bursátil de las últimas semanas, la desaceleración económica china y de otros emergentes, el estancamiento de Europa, la ola migratoria, los conflictos en Medio Oriente, la energía, la longevidad y la inteligencia artificial.

    El cónclave parece tener la dinámica de una sesión de Directorio. Se desarrolla más que nada a través de paneles ágiles, porque los que comparten estrado pueden ser el presidente de un país, el CEO (la sigla en inglés de ejecutivo en jefe) de una gran empresa, un reconocido académico o un artista de primera línea, y ninguno está para escuchar clases magistrales de otro. También hay discusiones cerradas, sin público presente, que se retransmiten por sistema interno de televisión. De hecho, gran parte del foro se puede seguir por webcast —lo que democratiza su contenido— o ciertas cadenas de televisión asociadas al evento. Eso ahorra el viaje y la estadía en Davos, en medio de la nieve, que resulta costosa hasta para los empresarios y gobernantes uruguayos (siempre han ido pocos o ninguno en algunas ediciones).

    Por fuera del programa hay cientos de reuniones donde se cocinan negocios y política. En Davos, por unos días como todos los eneros, se concentra el poder de una bomba nuclear de hidrógeno como la que Corea del Norte se pavonea de haber testeado.

    El FEM lo integran algunos grandes grupos empresariales internacionales, que lo financian con un sistema de membresía. Es una organización sin fines de lucro para impulsar el desarrollo creada en 1971 por inspiración del profesor Klaus Schwab (aunque estrictamente, hasta 1987 se llamó Foro Europeo de Gestión y fue un ámbito de intercambio para ejecutivos europeos intentando capturar las prácticas de gestión estadounidenses). Su producto más marketinero es el Índice de Competitividad Global, que en su última edición anual ubicó a Uruguay 73º en un ranking de 144 países comparados por parámetros institucionales, de entorno macroeconómico, eficiencia de los mercados de trabajo y bienes, innovación y sofisticación de los negocios, entre otros.

    La reunión de Davos tiene una reproducción a escalas continentales a lo largo del año; la de América Latina será en junio próximo, en Medellín, Colombia.

    Empleos y jedis

    En esta reunión en Davos se discutieron algunos de los riesgos globales que más deben preocupar a corto y largo plazo, identificados a partir de un informe elaborado por 750 expertos. En 2016 el de mayor impacto potencial son las migraciones en gran escala; luego el colapso de alguna economía, y en tercer orden un conflicto entre dos países. En un horizonte de 10 años los problemas son otros: una crisis por el agua, el fracaso en el intento de mitigar el cambio climático y eventos meteorológicos extremos.

    Uno de los paneles se disparó con la pregunta “¿un mundo sin trabajo?”. Un estudio de la Universidad de Oxford citado allí predice que el 47% de los trabajadores potencialmente podrían ser reemplazados por máquinas en los siguientes 10 o 20 años.

    Dileep George, cofundador de la compañía de tecnología Vicarious radicada en Silicon Valley, planteó que cada vez más las máquinas harán las tareas mecánicas, ya que “no se cansan, no tienen que cuidar a sus hijos ni volver a casa, incluso —aunque no lo prefiero— podrán comunicarse como los humanos”. Pero “no pueden hacer lo que hacen los cerebros de las personas”, acotó.

    Erik Brynjofsson, director de un área sobre economía digital del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), señaló en igual sentido que, al menos por ahora, los humanos les ganan a las máquinas en creatividad.

    Opinó que no es malo que ciertas tareas repetitivas dejen de ser realizadas por las personas si es que aparecen “nuevos empleos, nuevas industrias y nuevos servicios”. Ello requiere más inversión en educación de la fuerza laboral y estímulos al emprendedurismo, agregó.

    Brynjofsson dijo también que la tecnología está generando cambios exponenciales en términos de productividad, pero las instituciones se han tranformado más lentamente.

    En esa misma línea, Christopher Pissarides, profesor de asuntos laborales de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, planteó que “no hay garantía de que los beneficios llegarán a todos por igual si se deja al mercado funcionar solo. De hecho, no llegarán a todos si dejamos que el mercado funcione solo. Precisamos un nuevo sistema institucional, nuevas políticas redistributivas (...)”.

    Dijo además que muchas tareas en el sector de servicios, como las que realiza una enfermera, un cocinero o un mozo, difícilmente sean sustituidas por máquinas en el futuro y será necesario seguir enseñando habilidades para esos trabajos.

    Las economías en desarrollo que tienen cada vez más mano de obra capacitada y abundante, como India y China, se beneficiarán enormemente de la cuarta revolución industrial, afirmó el presidente del Directorio del grupo financiero UBS, Axel Weber, al hablar en un panel que llevó como título “La ilusión del crecimiento”. Y argumentó: “La gente ve los números de la producción industrial china y dice: ‘Lo está haciendo mal’. ¡Miren el sector de servicios, que creció 8,5% en el tercer trimestre del año pasado! China se está moviendo desde una industria que fabrica productos masivos para el resto del mundo hacia un sector de servicios y el mercado doméstico. Esto es un modelo de negocios mucho más sostenible”.

    Yoshiaki Fujimori, presidente de Lixil Group, una compañía japonesa que fabrica equipamientos para cocinas y baños, sostuvo que, a futuro, los gobiernos deberán pensar en los costos de los sistemas previsionales o de salud en un mundo en el que las máquinas competirán cada vez más con los hombres por los empleos.

    En otro panel se discutió cómo la “cuarta revolución industrial” está cambiando los negocios y las sociedades.

    Sherly Sandberg, una economista que integra el Directorio de Facebook, opinó que para los 4.000 millones de personas conectadas hoy a Internet hay más esperanza que miedos con las transformaciones en el mercado laboral. Satya Nadella, ejecutivo principal de Microsoft, se sumó a la mirada optimista, y agregó que la actual revolución que estaría ocurriendo de la mano de la tecnología será mucho más beneficiosa que las anteriores. Habrá, como siempre, ganadores y perdedores, y el desafío para países como Rwanda es prepararse para formar parte del primer grupo, dijo su presidente, Paul Kagame, otro de los panelistas.

    Anand Mahindra, director gerente de Mahindra & Mahindra Ltd., fue por otro lado. Le asusta la pérdida de interacción entre las personas por el uso de dispositivos electrónicos y la insensibilidad creciente que muestra la viralización de algunas imágenes en las redes sociales. Pero aclaró que no es pesimista e hizo una analogía con la secuela “La Guerra de las Galaxias”: la “fuerza” puede ser bien o mal utilizada, y la opción es ser un jedi o un sith.

    “Esta revolución tecnológica es diferente”, no en relación con cuántos empleos se han creado o destruido sino en la forma en que se hacen las tareas, sostuvo el director general de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, en una mesa titulada “La promesa del progreso”. ¿Se está o no educando con ese enfoque?. Esa es la pregunta relevante, añadió.

    Laura D‘Andrea Tyson, directora de la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California, se expresó algo escéptica sobre la idea de apuntalar el emprendedurismo. La mayoría de la gente prefiere no asumir los riesgos que vienen con empezar su propio negocio, alegó.

    “No todos son Mark Zu­cker­berg” —el fundador de Facebook—, coincidió Arne Sorenson, presidente del gigante de la hotelería Marriott International.

    Hablando del “Internet de las cosas” (la interconexión digital de los objetos), el indio T.K. Kurien, CEO de Wipro Limited, opinó que la mayor oportunidad de negocios está en diseñar productos con los que la gente pueda hacer dinero, y las empresas puedan hacer plata junto con ellos, mediante nuevas aplicaciones para celulares, por ejemplo. “Pero muy, muy pocas empresas en el mundo están pensando con esta lógica”, sostuvo.

    Ante lo cambiante de las cosas, para Mark Benioff, CEO de la empresa Salesforce, “todos los países necesitan un Ministerio del Futuro”.

    Migración y chinos

    El foro de Davos también trató problemas de coyuntura.

    El presidente de Alemania, Joachim Gauck, reflexionó sobre los casi 60 millones de personas que están migrando. Es gente que huye de “conflictos bélicos o violaciones a los derechos humanos. Quiero dejarlo claro: acoger a estas víctimas es una obligación humanitaria. (...) No deben sopesarse cuestiones de utilidad en la cuestión de los refugiados”, señaló en una de las pocas disertaciones con un único orador. Pero puntualizó que no será posible recibir a todos.

    La agitación con que empezaron el año los mercados financieros mundiales centró la polémica que se dio en el panel “Previendo futuros shocks”. Min Zhu, uno de los directores del Fondo Monetario Internacional, argumentó que la caída en el precio de las acciones es más bien un ajuste que un desplome, como plantearon otros expositores.

    El ejecutivo principal de Renault-Nissan Alliance, Carlos Ghosn, presagió para los años inmediatos un escenario de elevado riesgo para las economías emergentes, y mencionó a China, Rusia y Brasil.

    La situación china en concreto fue analizada en otra mesa integrada por un grupo de ejecutivos y académicos asiáticos, y el economista Nouriel Roubini, un analista internacional que ganó fama al anticipar la última crisis financiera mundial de 2007-2008.

    “Los riesgos para los inversores no serán menores que los que enfrentamos el año pasado”, comentó Zhang Yichen, CEO de Citic Capital Holdings Limited.

    “No creo que China tenga un aterrizaje forzoso, pero los mercados empezaron a pensar que sí” porque los inversores están actuando como “maníaco-depresivos”, diagnosticó Roubini. Vaticinó una economía que dará algunos tumbos y cuyo crecimiento potencial no superará el 5% anual en el futuro cercano.

    En la jerga que usan los gurúes de las finanzas, sostuvo que la inestabilidad en las bolsas de las últimas semanas refleja preocupaciones por la suba de tasas de interés en Estados Unidos en un contexto de una economía todavía débil, los conflictos en Medio Oriente, el “colapso” del precio del petróleo, la crisis migratoria en Europa y el estrés en algunos mercados de crédito, todo lo cual puede ambientar una “tormenta perfecta”.

    Lin Boqiang, decano del Instituto de Estudios en Política Energética de la Universidad de Xiamen, proyectó que la economía de China crecerá a un ritmo promedio de 6,5% en los próximos cinco años.

    Los latinoamericanos en Davos fueron pocos y entre ellos sobresalió Mauricio Macri, el primer madatario argentino en Davos tras 13 años de kirchnerismo. Otro, el brasileño Ricardo Marino, vicepresidente de Itaú Unibanco, dijo: “América Latina está ante una nueva realidad tras el fin del superciclo de los commodities. (...) Todas las crisis, como dicen los chinos, crean oportunidades. Lo que estamos viendo es que varios gobiernos están ajustando sus presupuestos y vemos oportunidades de cambios en el poder. Es lo que hemos visto en Argentina y en Venezuela también”.

    Robots y larga vida

    Lo que se dijo en alguna de las charlas suena a ciencia ficción, o no tanto.

    Si en vez de morir a los 60, 70 u 80 años, la esperanza de vida fuera de 150, ¿qué pasaría? La gente se casaría y divorciaría más, tendría hijos a edades mayores y se retiraría de su trabajo a los 100 años, fueron algunas de las respuestas que aparecieron en una encuesta presentada en un panel que trató el asunto.

    Desde una perspectiva médica, lograr prolongar algunas décadas la vida de las personas no es imposible, señaló la presidenta del Instituto Salk para Estudios Biológicos, Elizabeth Black­burn.

    Lynda Gratton, profesora de gestión de la Escuela de Negocios de Londres, acotó que aún en la hipótesis de una longevidad de un siglo y medio, serían no más de 60 o 70 los años dedicados a la actividad laboral.

    El CEO de Welltower, Thomas DeRosa, instó a poner el foco en la “sostenibilidad” de los ancianos de hoy, pensando en aspectos como la alimentación, el medioambiente en el que viven y la movilidad en las ciudades. Su compañía se dedica a invertir en infraestructura de salud.

    La cuestión militar se tocó en el panel titulado “¿Y si los robots fueran a la guerra?”, donde, por ejemplo, un profesor de la Universidad de California planteó alternativas y dilemas en torno al uso de sistemas automáticos de armas que reemplacen a soldados y generales. Para el británico Sir Roger Carr, ejecutivo de BAE Systems, las cuestiones éticas y morales no pueden ignorarse por más que sea una máquina la que active un misil.

    A Davos van y hablan empresarios y políticos que creen en el libre mercado; no espere escuchar allí diatribas de izquierda. Pero más allá de la postura política que se tenga, invirtiendo no mucho más tiempo del que lleva ir, por ejemplo, a Punta Cala, hacer un za­pping de los videos de las ponencias (o mejor aun, asistir a la reunión, si fuera posible) permite saber cómo piensan y qué se proponen hacer algunos de los que mueven los hilos del mundo.