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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEntre la ideología y la verdad. En los últimos días se publicó un artículo en El País de Madrid del Dr. Julio María Sanguinetti, titulado Entre el cielo y el barrio. En el mismo hace referencia, en general, a la relevancia de la palabra de los papas a escala internacional y, en forma particular, al incuestionable carisma de Juan Pablo II, para luego intentar encuadrarlo ideológicamente como conservador y liberal en diferentes temas.
Posteriormente el autor alude al supuesto perfil “populista” de Francisco, citando al historiador italiano Loris Zanatta, crítico del peronismo y quien desde que fue ungido el cardenal Bergoglio como Papa, tildó al mismo como tal ideológicamente. Esto merece algunas precisiones.
La doctrina de filosofía política, económica y social que encarna el Dr. Sanguinetti, compartible o no, lo lleva naturalmente a abordar el tema exclusivamente con una óptica de una postura ideológica, al decir del filósofo Luis Villoro, de una creencia insuficientemente fundada que promueve el poder de un grupo.
Esta singularidad conlleva también, como era de esperar, a una mirada interesada al seleccionar solo aquellas opiniones o manifestaciones puntuales del papa Francisco enumeradas en el artículo publicado, dejando de lado otras muy significativas, pero que son detractoras de la propia posición del autor; ciertamente estimamos que no fue por desconocimiento, por lo tanto, es razonable suponer que se hizo para mejor avalar una visión ideológica personal sobre el tema.
No se están negando actos o expresiones que existieron, pero también en honor a la verdad corresponde destacar otros “olvidados” y que aportan a una visión más integral; por ejemplo, Francisco en el libro de entrevistas de Hernán Reyes Alcaide distingue claramente, sic: “El sentido negativo del populismo cuando expresa la habilidad de alguien para instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo al servicio de su propio poder”.
Asimismo, separa el concepto de “populismo” y “popular”. Al respecto nos dice, sic: “Se llama popular a quien logra interpretar el sentido de un pueblo, sus grandes tendencias, su cultura. Y esto en sí mismo no tiene nada de malo. Al contrario, puede ser la base para un proyecto transformador y duradero”.
El Papa en Evangelii Gaudium recuerda, sic: “Ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias, lo que corresponde es una creación de fuentes de trabajo, una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo”.
Pero también advierte, sic: “Quienes absolutizan la libertad de mercado, sobre todo la libertad de las grandes empresas, como principio fundamental de la vida social, olvidan que no todos nacen con los mismos privilegios y oportunidades”.
Pero tal vez lo más sorprendente del Dr. Sanguinetti es que cuando se refiere al mencionado Loris Zanatta, como quien habría revelado la raíz ideológica del Papa (suponemos que la dedujo porque el papa Bergoglio como cardenal no se dedicó a hacer campaña política), deja de mencionar del mismo historiador, por ejemplo, entre otros, varios artículos posteriores elogiando al Papa por su crítica al populismo. Al respecto dice el mismo Zanatta en el diario Clarín en una publicación cuyo título reza: Ahora Loris Zanatta elogia al Papa por su crítica al populismo.
Solo destacaremos, aunque todo el análisis no tiene desperdicio, la parte del artículo que se relaciona con el “populismo”. Así se refiere al mismo el papa Francisco, sic: “Es la ideología que se sirve de los problemas sociales para fomentar el desprecio y el odio y ve al otro como un enemigo que hay que destruir. Aparenta traer beneficios para el pueblo, pero deja detrás de sí pobreza, divisiones, tensiones sociales, sufrimiento y con frecuencia incluso la muerte”.
Estimamos que hay poco que agregar al respecto, pero simplemente queríamos mostrar cómo a veces los fuertes preconceptos ideológicos de periodistas políticos muy avezados, llevan naturalmente a tener una visión parcializada, aun sobre manifestaciones de líderes que no convocan por su carácter político como son los papas.
No obstante, un analista, investigador e historiador comprometido con la verdad histórica, como pareciera ser el profesor italiano Zanatta, ha tenido la grandeza intelectual de reconocer públicamente la misma con las rectificaciones del caso, después de un pormenorizado análisis de todas las fuentes. Esperemos que se repita por nuestras latitudes.
Santiago Caramés Fernández