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El escritorio de Diego Sanjurjo en el Ministerio del Interior es el mismo de siempre: en el primer piso del edificio, sobre la calle Mercedes, ubicado en una oficina amplia y compartida con otras personas que integran el Programa Integral de Seguridad Ciudadana, una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que funciona de manera satelital en la secretaría de Estado en la cual Sanjurjo coordina estrategias de prevención del delito. En los hechos, aunque ostenta un cargo concreto y trabaja desde ese lugar, su rol en Interior se ha expandido más allá de esa puerta, con una actividad mucho más cercana a la gestión diaria en seguridad pública.
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A partir de fines del año pasado la voz de Sanjurjo ha tomado otro protagonismo, apoyada por el ministro Luis Alberto Heber. Tiene relevancia en las decisiones internas del ministerio y también hacia fuera, con una participación activa en conferencias de prensa y como vocero de las nuevas políticas del organismo. Este crecimiento se oficializó con su nombramiento como asesor de Heber, un grupo que integran jerarcas de las áreas de Comunicación, Asuntos Internos, Estadísticas y Convivencia.
Fuentes del gobierno y policiales consultadas por Búsqueda explicaron que este crecimiento político se observa como natural para una persona preparada específicamente en la materia, de las cuales escasean en Uruguay. Sanjurjo es doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid y especializado en políticas públicas de seguridad y desarrollo, con un amplio background en el estudio de experiencias internacionales sobre criminología. Su conocimiento lo ubica hoy en la gestión a la altura de autoridades como el subsecretario Guillermo Maciel y el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana, Santiago González.
De acuerdo con las fuentes, esta “impronta académica” sin embargo lo hace distanciarse de la realidad en el territorio que viven policías y víctimas. En el ministerio también hay contrapuntos respecto a algunos de sus conceptos sobre seguridad pública, los cuales quedaron demostrados públicamente el fin de semana tras una entrevista que Sanjurjo dio el viernes 14 al semanario Crónicas, donde dijo que es necesario equilibrar prevención con represión para que Uruguay sea un país seguro. “Lo que decís es un disparate. ¿Equilibras al alza y festejás? Todo lo que pueda subir la prevención es bueno y todo lo que pueda bajar la represión también es bueno. Tu deseo de equilibrio es muy peligroso. Pensá antes de postear porque tu palabra es la del Ministerio del Interior”, fue la reacción que en su cuenta de Twitter tuvo el domingo 16 Juan Andrés Ramírez Saravia, hoy asesor legal del Ministerio del Interior y quien trabajó con Sanjurjo en el programa del BID.
“Mi posteo ya lo tiene el ministro, el subsecretario, Santiago González, todos los integrantes del ministerio. Y si tengo que renunciar, mi renuncia está presentada. Yo no formo parte de un gobierno que equipara represión con prevención”, añadió ese mismo día a El Observador. Finalmente, Ramírez Saravia permanece en el ministerio y ayer miércoles mantuvo un encuentro con Heber para dialogar sobre la situación de seguridad pública en el país.
Salto de calidad
Especialista en seguridad del sector Ciudadanos, que creó Ernesto Talvi, Sanjurjo había tenido desencuentros en el Partido Colorado durante la última campaña electoral, cuando en una entrevista de 2019 con la diaria sostuvo que Eduardo Bonomi había sido uno de los mejores ministros del Interior del Uruguay. Su posición fue cuestionada por Pedro Bordaberry y determinó que Maciel, otro colorado especializado en seguridad pública, pasara a integrar el equipo del candidato nacionalista Luis Lacalle Pou. “Hoy en los colorados prima una visión más académica, que es más teórica, más volcada al derecho penal, que vela más por las garantías del victimario que de la víctima en sí”, argumentó Maciel en El País.
Tras las elecciones Sanjurjo arribó al Ministerio del Interior en marzo de 2020 para ocupar el puesto del BID. Desde ese rol planteó a Jorge Larrañaga algunas de sus propuestas en seguridad pública, en general con un enfoque desde varias disciplinas, que busca agrupar a distintos organismos y que observa la violencia como una respuesta a múltiples causas. La llegada de Heber dio paso a sus opiniones, con un ministro que a partir del aumento de homicidios promueve una mirada policial más técnica y analítica. Al aproximarse a esta gestión política del ministerio, Sanjurjo renunció el año pasado al Grupo Multidisciplinario Técnico y Científico Honorario que sugería de manera independiente a Heber sobre temas penitenciarios y criminales; también dedica menos tiempo a sus tareas en la iniciativa del BID.
Como asesor directo de Heber, lideró a fines de 2022 las reuniones entre todos los partidos políticos con representación parlamentaria para alcanzar propuestas compartidas en seguridad. “Se busca lograr un salto de calidad en pos de tener políticas más preventivas”, valoró en ese momento. En marzo presentó con el ministro el resultado preliminar de esos encuentros, un documento con 15 iniciativas: una de las más novedosas está enfocada en la disminución de los homicidios y es impulsada por Sanjurjo luego de estudiar sus consecuencias en ciudades de Estados Unidos, Honduras y El Salvador, entre otros países. Es un proyecto que cuenta con la asistencia económica y logística del BID y que bajo el paraguas de organizaciones no gubernamentales generará en el segundo semestre de este año una red de “interruptores”, exlíderes delictivos o referentes barriales que actuarán en zonas de altos índices de violencia de Montevideo para fomentar la resolución de conflictos sin asesinatos.
Ayer miércoles los partidos políticos hicieron su devolución sobre este documento preliminar y se alcanzó un consenso sobre las medidas que componen el área de sistemas de información, incluyendo las encuestas de victimización, una herramienta que Sanjurjo planteó retomar de manera anual —la última se realizó en 2017— para que se conozca con claridad la cifra total de delitos y no solo los que se denuncian.