Fui presidente del Tribunal Nº1 que entendió en el llamado a concurso para proveer cargos de inspectores de institutos y liceos (grado 3) en carácter efectivo que realizó el Consejo de Educación Secundaria (Oficio 505/11-Exp. 3/10710/11).
Fui presidente del Tribunal Nº1 que entendió en el llamado a concurso para proveer cargos de inspectores de institutos y liceos (grado 3) en carácter efectivo que realizó el Consejo de Educación Secundaria (Oficio 505/11-Exp. 3/10710/11).
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMe sentí profundamente honrada por la designación para la Presidencia de dicho Tribunal que oportunamente me hizo dicho Consejo, porque estoy absolutamente convencida de que el concurso es, al menos, hoy por hoy, la vía más acreditada para acceder a los cargos docentes. En realidad pienso que no hay otra. Atribuyo dicha distinción a mi larga carrera docente y al hecho de que desde el cargo de profesora de aula con que me inicié hasta el de inspectora general docente con el que me jubilé, siempre accedí a los cargos que desempeñé por la vía del concurso. En semejante situación se encuentran las otras dos integrantes del Tribunal con las que trabajamos en el mayor acuerdo y buen relacionamiento: Profs. Martha Huguet y Adela Pereyra. Esta última, además, en su carácter de vocal fue elegida por los concursantes como su representante.
Creo, por lo expuesto, entender algo sobre concursos en ANEP, porque no es la primera vez, y espero que no la última, que fui convocada para concursos semejantes, tanto en Enseñanza Secundaria, como el Área de Formación y Perfeccionamiento Docente. También me permito afirmar que dichos concursos son serios y no dan lugar a irregularidades.
Como recientemente la Prof. Graciella Bianchi, especialmente por la vía mediática, ha hecho manifestaciones que ponen en duda lo que acabo de exponer, me siento aludida y quiero dejar en claro ante la opinión pública ciertos aspectos que, para quien no está debidamente informado, pueden llevar a confusión.
Todo docente que se inscribe para un concurso es inmediatamente puesto en conocimiento del reglamento respectivo y de los nombres de los integrantes del tribunal que lo juzgará. También una vez terminada la etapa de inscripciones se informa sobre quiénes se han inscripto. Me consta que el Consejo de Secundaria informó en la web, y que a su vez la Oficina de Concursos lo hizo vía fax. Entonces se abre un período durante el cual el aspirante puede presentar las objeciones que crea pertinentes. Todo esto debe realizarse en tiempo y forma antes de iniciado el concurso. La Prof. Bianchi no lo hizo y además, por razones que desconozco pero que prejuzgo atendibles, tampoco se presentó al concurso. Es decir, se desvinculó del mismo por la vía de los hechos.
Quiero aclarar que las dos primeras pruebas del concurso son absolutamente anónimas. Que los Tribunales corregimos las pruebas y las juzgamos sin saber a quién pertenecen, y la apertura de los sobres con los nombres, lo que llamamos “despeje”, se hace en acto público, después de la tercera prueba, y ante escribano que realiza el acta correspondiente. Recién entonces se publican los resultados y se establece un orden entre los concursantes, que se da a conocer públicamente. También queda aclarado qué concursantes obtuvieron el puntaje mínimo, que los habilita a proseguir en el concurso.
Las visita a los liceos, que tienen una duración de cinco horas reloj, durante las cuales el concursante dispone de cuatro horas para recabar la información relativa al liceo que le tocó en suerte, y una hora para redactar el informe que luego el Tribunal evalúa, supone obviamente contactos “cara a cara”, en los que pierde, y no podría ser de otra manera, el anonimato. Recién finalizada esta etapa, se procede a la evaluación de los méritos. Cabe agregar que en el transcurso de todas las pruebas, la totalidad de los miembros del Tribunal está presente. De producirse algún hecho por el cual alguno de los miembros del Tribunal deba ausentarse, se pospone la prueba para otra fecha.
Resulta al menos extraño que la Prof. Bianchi, que es además abogada, desconozca los plazos para la presentación de recursos y que no haya hecho una lectura previa y profunda del reglamento de concurso para el cual se inscribió. Más aún que ignore que al no presentarse al concurso pierde todo derecho sobre el desarrollo del mismo. Más extraño aún resulta que sus objeciones se plantearan recién después del “despeje”, cuando abiertos e identificados los trabajos evaluados, las Profs. Margarita Romero y Zully Bruno obtuvieron los lugares Nº 1 y Nº 2 por los puntajes obtenidos.
Carezco de formación jurídica como para opinar si correspondía o no que el Consejo de Secundaria autorizara la inscripción de la Prof. Romero aun cuando no había cumplido los tres años de Dirección lineal efectiva, pero el hecho de que no cumpliera con dicha exigencia por haber accedido por la vía del concurso a un cargo de superior jerarquía, más bien la enaltece que la inhibe. Claro que esta es mi opinión de docente, que no considera conveniente atenerse a la lectura puntual y descarnada de los reglamentos. Por otra parte, tuve ante mis ojos el informe de División Jurídica y me consta que el Consejo se asesoró debidamente antes de tomar su decisión.
Con respecto a la Prof. Zully Bruno, que es una inspectora interina en ejercicio, me consta que la autoridad debe hacer uso de los recursos humanos de que dispone según las necesidades del servicio, por lo tanto no me extraña que en el lapso de casi un año que dura la realización de un concurso de esta naturaleza, sus servicios profesionales hayan sido derivados de uno a otro lugar del ente.
No quiero entrar en otros aspectos que podrían derivar a ciertos comentarios inadecuados. Por eso termino aquí, no sin antes decir que en este concurso aprendí mucho, que agradezco a quienes confiaron en mi juicio y que doy fe de que trabajamos intensamente sin prestarnos a manejos espurios y aunque pudimos haber cometido errores de los cuales nadie está exento, la seriedad con la que se aplicó el reglamento y el exigente y variado número de pruebas me tranquiliza respecto al acierto de los resultados finales.
Leticia Soler
CI 602.652-3