La terminal especializada de contenedores del Puerto de Montevideo (TCP) espera ajustar sus tarifas “lo antes posible” para compensar el aumento de costos en dólares acumulado desde fines de 2020 y recomponer su ecuación económica, dijo a Búsqueda el gerente de Relaciones Institucionales de Katoen Natie, Fernando Correa.
El martes 7, TCP explicó ante una comisión técnica convocada por el Ministerio de Transporte que no es “excesivo” el incremento de tarifas que había planteado la semana pasada (de 24,1% a partir de julio) y que dejó en suspenso a pedido del gobierno tras cuestionamientos de industriales y exportadores. Se acordó conformar una comisión para analizar el asunto.
TCP ya había advertido en dos o tres oportunidades que necesitaba ajustar las tarifas, indicó Correa. “El gobierno tiene el derecho de decir: ‘Suspendé y mostrame los números’. Nos pareció razonable y es lo que estamos haciendo. Esperamos llegar a un entendimiento lo antes posible. No se puso fecha, pero aspiramos a que se resuelva en una semana”, puntualizó el ejecutivo, y afirmó que la “corrección” al alza de la tarifa “impacta en menos de 1% en la cadena de costos logísticos que paga un exportador uruguayo”.
“Creemos que el gobierno tiene que entender que TCP sigue siendo hoy la alternativa más barata de cualquier exportador de la región. Es más barato hoy salir por TCP que por Buenos Aires o por Río Grande, aun con el aumento propuesto”, sostuvo.
La Unión de Exportadores (UEU) había señalado a fines de junio que la tarifa de TCP es 3,6 veces más cara que la de las terminales de los puertos de Río Grande (Brasil) y San Antonio (Chile), de acuerdo a un análisis encargado a un consultor con datos actualizados a mayo.
A eso Correa contestó: “Son afirmaciones, pero los números que muestran no son verdad, son parciales, las veces que los hemos pedido no nos los han dado… TCP no es más caro y mucho menos es tres veces más caro. (…) Al Puerto de Buenos Aires no lo muestran porque reconocen que es más caro, muestran a San Antonio, y la explicación es bastante vaga… No son comparables los datos que sacan y las conclusiones son equivocadas”.
El ejecutivo dijo entender que los exportadores, a través de su gremial, persigan la “defensa de la competitividad, porque está en la esencia de todo empresario tratar de bajar sus costos, pero han sido muy injustos en algunas apreciaciones para con TCP”.
A su vez, defendió la decisión de incrementar las tarifas en función de su compromiso financiero hacia el futuro, por las obras de ampliación de la terminal cuya concesión fue extendida hasta el 2081. “No se le puede pedir a una empresa que ajuste sus costos por las razones que sea y que no pueda corregir su ecuación económica y que se tenga que resignar. La corrección (de precios) no tiene ningún aspecto comercial, sino técnico”, apuntó.
Los números de TCP.
Entre los cálculos que TCP explicó a la comisión (integrada por técnicos de esa cartera, de la Administración Nacional de Puertos y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto) convocada por el titular del Ministerio de Transporte, José Luis Falero, se indica que los costos han subido y los ingresos se han deteriorado.
TCP, una sociedad entre la multinacional belga Katoen Natie (80%) y el Estado uruguayo a través de la ANP (20%), recordó que además de la rebaja de 26% de algunas tarifas que aplicó en acuerdo con el gobierno cuando le extendió la concesión de la terminal no hizo otros cambios de precio de sus servicios al comercio exterior desde octubre de 2017. Eso, a pesar de que los salarios operativos se incrementaron en promedio 44% medidos en dólares entre diciembre de 2020 y mayo de este año. En el mismo período también hubo un incremento del gasoil (54%), según TCP.
En general, el aumento de costos —en el que incidió también la apreciación del peso y la “fuerte inflación en dólares”— promedió 24,1% en el período considerado. Ello surgió del análisis que CPA/Ferrere realizó para TCP y en el que se basó para determinar el ajuste de tarifas, que por ahora quedó en stand-by.
“No estamos queriendo reliquidar o recuperar” lo que implicó la rebaja realizada para los servicios de exportación, tránsito y admisión temporaria, apuntó Correa. Y detalló que fueron unos US$ 28 millones menos que el sector exportador pagó a TCP por esas bonificaciones.
Aseguró que, aun con la readecuación tarifaria, TCP quedaría en condiciones más competitivas que Montecon, el operador de contenedores en los muelles públicos.
Indicó que entre 2020 y este año Montecon incrementó sus precios a la importación y exportación en una franja del 12% al 19%.
La presentación de TCP a los técnicos del gobierno, a la que accedió Búsqueda, se enfoca luego en comparar cuál sería el escenario competitivo entre las tarifas de TCP —si aplicara el plus de 24,1%— y los otros puertos de la región.
En comparación con la Terminal Río de la Plata de Buenos Aires, TCP señaló que la tarifa por contenedor seco para la exportación quedaría aun US$ 36 más barata por contenedor: pasaría de US$ 286 a US$ 354 (aplicando el aumento de 24,1%) en Montevideo contra US$ 390 en Buenos Aires.
A su vez, tomó los costos de la cadena logística incluidos en un estudio de 2019 de la UEU para calcular que la incidencia del costo de la terminal aun con su aumento sería “irrelevante” en el total (que incluye transporte en camión, consolidación, agencia marítima, despachante aduanero, ANP, MGAP, Latu, flete marítimo, etcétera).
Luego, comparó el costo de exportar un contenedor a Hamburgo desde Montevideo con hacerlo desde Buenos Aires o Río Grande como puerto de origen. En todos los casos que graficó, de contenedores para carga seca o refrigerada, de 20 o 40 pies, Montevideo se ubica como el más competitivo.
Indicó que exportar desde la capital uruguaya un contenedor de 40 pies para carga no refrigerada al puerto hub de Hamburgo cuesta US$ 6.591, contra US$ 6.656 que sale hacerlo de Buenos Aires y US$ 6.643 de Río Grande.
En el caso de un contenedor refrigerado, exportar desde Montevideo cuesta US$ 1.609 menos que desde Río Grande.
En tanto, exportar un contenedor hacia Shanghái desde Montevideo también es más económico que hacerlo desde Río Grande (aunque la diferencia es más estrecha, US$ 352).
Es “mentira que somos más caros o que cobramos tres veces más. Lo que hay que entender es que la comparación se tiene que hacer por cadena y comparar los mismos servicios”, concluyó Correa.
