La economía uruguaya está entrando en otra fase del ciclo, ya sin el vigor que exhibió algunos años atrás. Eso se hace evidente en varios de los indicadores conocidos en los últimos días, pero no en todos.
, regenerado3La economía uruguaya está entrando en otra fase del ciclo, ya sin el vigor que exhibió algunos años atrás. Eso se hace evidente en varios de los indicadores conocidos en los últimos días, pero no en todos.
, regenerado3Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPor el lado de la actividad económica, las exportaciones de mercaderías registraron en setiembre una baja de 4,5%, pero las importaciones crecieron 10% respecto a un año atrás, informó ayer miércoles el Instituto Uruguay XXI.
A su vez, la medición que realiza el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social para anticipar posibles cambios en el ciclo económico mostró un descenso en julio. Su evolución errática de los últimos meses “podría estar indicando una desaceleración de la actividad en el tercer trimestre”.
El ministro de Economía, Mario Bergara, ratificó ayer miércoles en radio Carve la proyección en torno a un 3% de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) para este año, si bien dijo que el dato del segundo trimestre podría llevar a las autoridades a ser algo más optimistas.
Los empresarios industriales siguen siendo mayormente pesimistas respecto al futuro inmediato de su rubro, según una encuesta de junio publicada ayer por la cámara que los agrupa. La cantidad de “seguros de paro” en el sector fabril viene aumentando, informó “El País” el fin de semana en base a cifras del Banco de Previsión Social.
En el comercio, algunas cadenas supermercadistas también están recurriendo al “seguro de paro” para poder adecuar su ecuación de negocios, lo que puso en alerta a los sindicatos.
Paralelamente, la balanza de pagos —que refleja las transacciones comerciales y financieras del país con el resto del mundo— mejoró en abril-junio, según datos difundidos por el Banco Central (BCU). Su saldo global fue un superávit de U$S 3.599 millones (6,5% del PBI), el más alto desde que hay registros (1970).
Las exportaciones de bienes y servicios tuvieron un mejor desempeño y las compras del exterior crecieron más lento, lo que mejoró el saldo de la cuenta corriente frente al trimestre anterior. Simultáneamente, más capitales ingresaron al país.
Por el lado de las finanzas públicas, en los 12 meses concluidos en agosto, hubo un déficit de U$S 1.794,6 millones, lo que implica una reducción respecto a las mediciones previas. Como resultado negativo bajó a 3,3% el porcentaje del PBI, (desde 3,5%, según el dato revisado de julio), informó el 30 de setiembre el Ministerio de Economía y Finanzas.
Ese mismo día el BCU publicó que la deuda pública bruta se incrementó en el segundo trimestre y alcanzó a U$S 34.685 millones, lo que representa 62,6% del PBI. Como los activos del Estado aumentaron todavía más, el endeudamiento —neto— bajó respecto al primer trimestre y se situó en U$S 11.981, millones (21,6% del Producto).
Bergara restó importancia al “numerito” del déficit fiscal y aseguró que el nivel de la deuda neta refleja una situación de “sostenibilidad” en las finanzas públicas.
Señaló además que el desquilibrio reciente está reflejando el “pago de seguros financieros” que tomó el gobierno previendo el reciente aumento de la cotización del dólar a nivel global y también la “inversión en infraestructura energética. Eso son shocks de inversión que hay que hacerlos en ciertos momentos, y qué mejor momento que cuando las tasas de interés están por el suelo”.
Y reclamó al Partido Nacional que fundamente sus propuestas tributarias.