Un análisis ve a Uruguay con “fragilidad macroeconómica” y dificultades para lograr ascender en la escala de desarrollo

escribe Ismael Grau 

Para Uruguay, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no es un organismo cualquiera. El BID ha sido en los últimos años su mayor prestamista institucional, financiando programas por más de US$ 2.000 millones y dando asistencia técnica en diversas áreas, aunque durante el último gobierno del Frente Amplio con resultados “mixtos”. Ante la incertidumbre que trajo la crisis del Covid-19, el cierre de las conversaciones con la administración de Luis Lacalle Pou acerca de la nueva “estrategia” quedó para la segunda mitad de 2021, si bien para el banco está claro que el panorama del país ya era desafiante y lo será todavía más.

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