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Carne, lácteos, cueros, arroz y lana. Esos y otros productos representan al Uruguay exportador más tradicional. Pero también genera divisas la venta al exterior de servicios, en particular los turísticos, de transporte, informáticos o de back office.
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En un análisis histórico, la balanza comercial en servicios fue en general superavitaria para el país. Pero en los años recientes ese saldo positivo se fue achicando, y en 2014 resultó virtualmente equilibrado: el monto de lo exportado fue casi idéntico al de lo importado, analizó Búsqueda a partir de las cifras de la Balanza de Pagos informadas por el Banco Central. Ello se debió a que el superávit generado por las ventas de servicios al exterior fue prácticamente compensado por un saldo negativo en transporte y de “otros servicios”.
La preocupación del PIT-CNT por la incorporación de Uruguay a las negociaciones del TiSA (por la sigla en inglés de Acuerdo de Comercio en Servicios) colocó en las últimas semanas a este sector en la discusión pública.
“Nos oponemos al TiSA, lo decimos con total claridad”, reafirmó Marcelo Abdala, uno de los coordinadores de la central sindical que habló en el acto del viernes 1º de mayo.
El gobierno ha defendido la participación en las negociaciones del TiSA, a las que Uruguay se sumó formalmente en las reuniones del mes pasado en Ginebra. El acuerdo, que está siendo discutido desde marzo de 2013 por Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Japón, Canadá, México, Nueva Zelanda, Chile, Perú, Panamá, Islandia, Hong Kong, Costa Rica, Corea del Sur e Israel —entre otros—, busca reducir las barreras en los mercados para el comercio transfronterizo, para tener presencia comercial, y en el movimiento temporario de personas con propósitos de negocios por la vía de limitaciones en el número de prestadores de servicios o los monopolios legales, por ejemplo.
Comercio en expansión.
Los servicios tienen características que los diferencian de los bienes: son intangibles, no pueden ser almacenados, y suelen requerir la proximidad física del proveedor y el consumidor. Si bien un conjunto de servicios no pueden ser comercializados internacionalmente (son “no transables”), muchos otros sí. La Organización Mundial del Comercio reconoce 11 categorías de servicios: prestados a empresas; de comunicaciones; de construcción y de ingeniería conexos; de distribución; de enseñanza; relacionados con el medioambiente; financieros; sociales y de salud; de turismo y relacionados con los viajes; de esparcimiento, culturales y deportivos; de transporte, y otros servicios.
A diferencia del comercio de bienes, en donde únicamente la provisión es transfronteriza, en el caso de los servicios existe también el modo de consumo en el extranjero (el consumidor se desplaza al territorio del proveedor para adquirir el servicio, como turistas, pacientes o estudiantes), de presencia comercial (el proveedor extranjero se establece en el territorio de los consumidores, como bancos, grupos hoteleros o empresas constructoras) y la presencia de personas físicas en el territorio extranjero (consultor, técnico especializado).
Por el impulso sobre todo del turismo receptivo, en 2011 Uruguay alcanzó un pico de U$S 3.594 millones en exportaciones de servicios. En diciembre de ese año el entonces presidente José Mujica recibió al visitante número tres millones, una cifra nunca antes alcanzada; fue una familia integrada por un nortamericano, su esposa y cuatro hijos que llegaron desde Buenos Aires en Buquebus. En 2011 las importaciones de servicios sumaron U$S 2.075 millones, por lo que la balanza fue superavitaria en unos U$S 1.520 millones.
Con exportaciones en baja e importaciones aumentando, el saldo positivo en el intercambio comercial de servicios se fue reduciendo: U$S 1.074 millones en 2012, U$S 141 millones en 2013 y aproximadamente U$S 1 millón en 2014.
En ese último año las exportaciones asociadas a “viajes” fueron por U$S 1.760 millones, las de “transportes” U$S 605 millones y las de “otros servicios” U$S 850 millones. Eso totaliza U$S 3.215 millones.
A su vez, en 2014 las importaciones sumaron U$S 3.213,8 millones: U$S 1.356 millones por “viajes”, U$S 990 millones por “transportes” y U$S 868 millones por “otros servicios”.
La Asesoría Comercial del Ministerio de Economía señaló en un análisis publicado el año pasado, que si bien los servicios suponen más que aquellos considerados en la balanza de pagos, “su medición en Uruguay aún es limitada”. Destacó que, en 2011, el 54,5% de la producción total correspondía al sector de los servicios (aunque la cifra trepa hasta 67,7% si se agrega la construcción, electricidad, gas y agua). El país viene acompañando el crecimiento a nivel mundial del comercio de servicios, agregó en ese informe.
Bienes
En el comercio de mercaderías el balance para Uruguay viene siendo deficitario en los últimos años y también en el comienzo de 2015.
Según las estadísticas difundidas el lunes 4 por el Instituto Uruguay XXI, en abril se tramitaron exportaciones de bienes por U$S 948 millones, una caída de 9,9% frente al mismo mes de 2014. En el primer cuatrimestre los envíos solicitados sumaron U$S 2.706 millones (–4,4%).
Las importaciones de mercaderías —excluido el petróleo y derivados— fueron por U$S 677 millones el mes pasado, lo que representó una caída de 10% frente a un año atrás. En enero-abril totalizaron U$S 3.108 millones, un 2,5% más que igual lapso de 2014.
Eso arroja un déficit comercial de bienes de U$S 402 millones en el cuatrimestre.
