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Como si fuera poco que los pobres ciudadanos de esta penillanura levemente ondulada debiéramos elegir entre Carolina/Orsi, Orsi/Carolina, Delgado/Raffo o Raffo/Delgado en las urnas que se abrirán sobre fines de este año, nos espera además una plurifacética y apasionante actividad.
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Si los cazadores de firmas que nos acechan en casi todas las esquinas de la ciudad logran sus objetivos, tendremos, además de las elecciones nacionales, cinco, sí, cinco plebiscitos para votar las más dispares y creativas ideas.
La pobre y castigada ciudadanía está no solo abocada a analizar y decidir su voto por los candidatos de su preferencia, sino también a estudiar, analizar, digerir y calcular los cinco plebiscitos que la santa democracia nos ofrecerá, y para peor, en la misma fecha de introducir el sobre en la urna, y en el mismo sobre.
Los uruguayos podremos votar el proyecto del gobierno que explicita y modifica un viejo artículo de la Constitución de 1830, de modo de facilitar los allanamientos nocturnos, lo que se considera un instrumento de gran utilidad para el combate contra el narcotráfico.
Asimismo, y gracias al trabajo de prolija redacción a cargo de los constitucionalistas del PitCnt, los ciudadanos podremos votar por modificar la Constitución con el fin de castrar la reforma de la seguridad social aprobada por las actuales autoridades. Los muchachos de la central sindical proponen que la carta magna elimine las AFAPs, ponga la edad jubilatoria a los 60 pirulos, y fije una jubilación mínima igual al salario mínimo. Tomá.
Por su parte, los siempre activos militantes de Cabildo Abierto proponen una reforma constitucional para que lo que uno debe, si toma plata prestada, se vuelva una “deuda justa” (concepto gelatinoso, si los hay) con unas piruetas financieras que transformarán las deudas impagables de pesos en unidades indexadas, con interés máximo de 4% (por qué no el 3.5%...).
Pero esto no es todo. El popular y conocidísimo Movimiento Uruguay Soberano propone un plebiscito para reformar la Constitución, exigiendo que los contratos del Estado con empresas privadas sean aprobados por el Parlamento y no por el gobierno de turno. Y si sale aprobado, quedan sin efecto los contratos con UPM y con Katoen Natie, creándose así un zafarrancho jurídico comercial que puede costarle al país una cifra tan grande en compensación como cien puertos de aguas profundas.
Y para que los plebiscitos fueran cinco y no cuatro, el inquieto navegante solitario Eduardo Lust, propone que se modifique la Constitución para que, si el fiscal de corte se aleja del cargo, la vacante sea ocupada automáticamente por el sucesor con más derechos, a los 90 días de producida.
Toda esta ensalada de frutas constitucional es sin duda motivo de conversación familiar en los hogares, de análisis y charlas de amigos en los boliches, los jóvenes en edad de votar se reúnen en encuentros after office al salir de sus trabajos o estudios para tomar una cerveza y discutir acerca de cuáles son las reformas constitucionales que más se acercan a sus preferencias y expectativas.
Es frecuente, en las ferias vecinales, escuchar diálogos entre las vecinas, en las que se intercambian opiniones y recomendaciones sobre la postura ideal a adoptar frente a las disyuntivas plebiscitarias que se vienen.
—Doña Maruja, cómo anda, no la veo desde que se pescó el covid, ¿se curó bien del todo?
—Ay, sí, doña Beba, gracias a Dios ya estoy curada, buscando unos tomates, pero estos son un desastre, y además están carísimos. ¿Y qué le parece lo de los allanamientos nocturnos esos que hay que votar en octubre, vio, con una deuda máxima y la eliminación de las AFAPs, o como se diga?
—¿Qué quiere que le diga, Maruja? Lo discutimos con el Tito anoche, y él dice que lo que más conviene es apoyar lo de la jubilación a los 60, pero no ponerle un máximo a la tasa de interés, porque si no, no le van a prestar más plata las financieras cuando a él la jubilación no le alcance, y me dice además que eso hay que combinarlo con lo que dice Carolina Cosse, que dijo que hay que firmar por la Constitución de acá y no meterse con la de Venezuela, porque este gobierno sin rumbo y muy gallito no se ha pronunciado.
—Ay, Beba, ¿sabe que tiene razón? Mi Pirulo dice lo mismo, que el Movimiento Uruguay Soberano tiene razón en estar contra los contratos esos usureros, que uno pide plata y después no la puede pagar. ¿Usted no sabe en qué lista va el doctor Sarthou? Hay que votarlo a él, y no al bandido de Orsi, que se hace el bueno, pero lo apoyan los tupas, y ya tuvimos muchos tupas, me parece que alcanza….
—Mire, Maruja, a la democracia no solo hay que cuidarla sino que también hay que cultivarla, estos plebiscitos son maravillosos, nos permiten a los ciudadanos de a pie participar en la vida activa del país, si no fuera por el doctor Luz, o Lus, o como se diga, seguiríamos con las vacantes en las fiscalías, y él propone que cambiemos la Constitución para que se llenen de inmediato todas las vacantes, para facilitar así los allanamientos nocturnos, que permitirán luchar contra los usureros que te cobran cualquier interés sin consultar al Parlamento, para después poner la plata en las AFAPs con la que pagan las coimas a los que aprueban los contratos con el Estado sin pasar por el control antidoping de la seguridad social.
—Cuánta razón tiene, doña Beba, vamos a seguir sus consejos, porque la suerte de la democracia está en juego, ¡y nosotros colaboraremos para salvarla!