Es cualquiera

El asunto: mayores de 50 años buscando trabajo, golpeando una pared de acero, meses enviando currículums (mucha experiencia), y recibiendo cero devolución, cero feedback, cero entrevistas. Para vendedor piden casi una licenciatura, para recepcionista conocimientos de programas que seguramente en la práctica se aprenden.

Es cualquiera. En el mismo país, dos concepciones diferentes y hasta antagónicas. Para el Estado, la edad, el estudio y la experiencia no importan. Para los privados, los que contratan, esos requisitos son fundamentales.

¿Qué tenemos que hacer los mayores de 50 entonces? ¿“Hacete amigo del juez”? Y si no queremos hacernos amigos del gobernante de turno o militar por un partido esperando ese carguito que nos salve? Es cualquiera. Ni siquiera podemos postularnos con cupos para mayores, ya que no existen; en cambio, sí hay cupos para otros sectores.

¿Qué opción tenemos los que queremos y necesitamos trabajar, tenemos experiencia, ganas y energía para hacerlo? Y mientras tanto vemos el ingreso a cargos, con sueldos astronómicos para el Uruguay, de gente que ni siquiera tiene un control de cómo realizan su trabajo.

¿Alguien tendrá una respuesta a estas interrogantes o seguiremos diciéndonos “es cualquiera”?

Laura Ulian