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En el marco de una nueva campaña electoral, el presidente de la Academia Nacional de Ciencias de Uruguay, Rafael Radi, insiste en que Uruguay tiene una cuenta pendiente con su rubro: “que la institucionalidad de la ciencia esté en el centro de los debates de la política nacional”. En concreto, la institución a la que pertenece propone la creación de un ministerio, aunque no se ata a esa opción. Lo importante, subraya, es que de la forma que sea, la ciencia esté cerca del Consejo de Ministros porque, si no, se corre el riesgo de que quede “en segundo plano”.
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—Ha dicho en otras ocasiones que falta institucionalidad en temas de ciencia, que la ciencia hoy es de todos pero no es de nadie. ¿Qué importancia supondría para el país la creación de una estructura que dé jerarquía a la ciencia?
—Desde la Academia Nacional de Ciencias tenemos varios documentos que dicen que la institucionalidad tiene que pasar de la periferia al centro. Hoy no está en el centro. Hoy está en una dirección del Ministerio de Educación y Cultura que trabaja bien, pero que es insuficiente. Entonces lo que planteamos es la creación de un ministerio. Otra posibilidad sería crear un organismo de muy alto nivel, cercano a Presidencia, una especie de Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) para la ciencia. En el período anterior existió la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, que fue desarticulada por el gobierno actual. La OPP funciona muy asociada a la Presidencia y tiene una voz en el Consejo de Ministros. Y eso es lo más importante: que la institucionalidad de la ciencia esté en el centro de los debates de la política nacional. Es una decisión fundamental para el próximo gobierno. Las cosas todavía no pasaron a un lugar en el que se haya puesto a la ciencia en un ámbito institucional potente, lo cual no quiere decir que la política no aprecie la ciencia. Todos los partidos políticos en este período electoral tienen un capítulo de ciencia, tecnología e innovación, algo que está bueno, algunos con más énfasis, otros menos. Pero a nivel político, cuando hay tantos requerimientos y necesidades, si no estás en el Consejo de Ministros con una voz potente, los temas de la ciencia tienden a quedar en un segundo plano.
—La visibilidad que tomó la ciencia en la pandemia no se logró mantener…
—No se sostuvo. Quien sea que gane las próximas elecciones tiene que tomar este tema como una prioridad porque se juega el futuro del país. Entiendo que los candidatos principales así lo ven, pero hay que materializarlo. Ya van 10 años que estamos con dificultades para pasar al próximo escalón. No lo adjudico a ningún gobierno en particular. Es un problema general del sistema político. Lo que sí importa es pensar en Uruguay como un país de gente culta, educada, que apuesta a la ciencia y la tecnología, agregarle conocimiento a las exportaciones, atacar los temas sociales con una mirada científica más potente, hacer políticas basadas en evidencia científica. Hay esfuerzos desde los ministerios, pero todavía son pequeños y están muy agobiados por la urgencia.
—¿Ha hablado de esto con algunos de los candidatos?
—Sí, hemos tenido diálogo con múltiples candidatos y hay disposición. Entramos en un período en el que los partidos ya hicieron sus programas de gobierno, ahora hay que dejar que el proceso de elección culmine y luego volvernos a reunir quizás en febrero de 2025 con las cartas vistas. La Academia Nacional de Ciencias, la Udelar, el Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología, y el resto de las instituciones de ciencias estamos listos para colaborar, empujar y articular. Tenemos una oportunidad muy buena como país.
—¿Pero ha tenido alguna propuesta concreta de algún candidato?
—No. Todos están de acuerdo en que este es un tema crucial para el futuro del país. Estamos en un lugar mucho mejor de lo que estábamos hace 10 años cuando firmamos el famoso incremento al 1%. Eso no ocurrió, hubo aumentos pequeños en el período anterior, pero en este período eso no cambió significativamente. También ahora empieza a haber aportes del sector privado para la ciencia, como la iniciativa del LabPlus del Institut Pasteur de Montevideo, que es una iniciativa muy buena, muy sana y algo que debería multiplicarse. También está la iniciativa reciente del Uruguay Innovation Hub, que hay que ver cómo termina aterrizando, pero hay mucho más espacio. Y también es importante pensar en retener talentos jóvenes, inclusive pensemos en la situación en la región. Uruguay tiene que estar alerta y brindar espacios. Pienso en la comunidad científica argentina; también estamos dando espacio a investigadores de Venezuela y de Ecuador. Uruguay está siendo atractivo en ese sentido, se está viendo como un lugar estable, con gente creíble, con un sistema de investigación digno que tiene mucho para crecer. He hablado de la diplomacia científica, una dimensión que hay que crear y dinamizar, que es lo que está haciendo China con Uruguay. Uruguay también tiene que tener una diplomacia científica y esto lo he hablado con el actual presidente de la República. Así como a las delegaciones uruguayas que van al exterior van empresarios, también tiene que haber científicos que participen y que muestren que Uruguay es un país en el que se pueden hacer cosas buenas.
