“Vení, acercate, no tengas miedo, que tengo el puño, ya ves, anclao.
Por suerte Pedro está vivo, pero no digamos que Pedro está bien; su padre le arrancó a su mamá y a su abuela, es imposible que esté bien, solo está vivo
“Vení, acercate, no tengas miedo, que tengo el puño, ya ves, anclao.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáYo sólo quiero contarte un cuento de unos amores que he balconeao.
Dicen que dicen, que era una mina todo ternura, como eras vos,
que jué el orgullo de un mozo taura de fondo bueno… como era yo.
Y bate el cuento que en un cotorro que era una gloria vivían los dos.
Y dice el barrio que él la quería con la fe misma que puse en vos.
Pero una noche que pa' un laburo el taura manso se había ausentao,
prendida de otros amores perros la mina aquella se le había alzao.
Dicen que dicen, que desde entonces ardiendo de odio su corazón,
el taura manso buscó a la paica por cielo y tierra como hice yo.
Y cuando quiso, justo el destino, que la encontrara, como ahura a vos,
trenzó sus manos en el cogote de aquella perra… como hago yo…
Deje vecino… No llame a nadie. No tenga miedo, estoy desarmao.
Yo sólo quise contarle un cuento, pero el encono me ha traicionao…
Dicen que dicen, vecino, que era todo ternura la que murió…
Que jué el orgullo de un mozo taura de fondo bueno… como era yo…”
Si ya de por sí la letra del tango Dicen que dicen, escrito por Alberto Ballestero en 1930 e interpretado por famosísimos cantores, es espeluznante, mucho más lo es cuando vemos el nombre de usuario de Twitter de Pablo Laurta, el hombre detenido por el femicidio de su exesposa y su exsuegra en Córdoba: @tauramanso. Así como lo leen.
Este hecho casi premonitorio de lo que sucedería después, probablemente pocos —por no decir nadie— lo había notado. Sin embargo había otros antecedentes que lo describían a la perfección. Laurta era fundador y activo militante del grupo Varones Unidos, que desde hace unos cuantos años se dedica a promover el odio hacia las mujeres, a enfrentar al feminismo, a negar la violencia de género, que tiene un discurso fuertemente machista y que se ha centrado en hacer de las “denuncias falsas” contra los hombres su bandera. Protectores de los derechos de los hombres, se autodefinen. Para comprender el fenómeno de Varones Unidos cualquiera puede entrar en su web y allí sacará sus propias conclusiones, pero quizás alcance con un par de publicaciones de esa cuenta en Twitter —que ahora fue eliminada por orden judicial— sobre el horroroso asesinato cometido por Andrés Morosini a sus hijos Alfonsina y Francisco.
“Nuestra posición con respecto al caso Morosini es que él está en todo su derecho de llevarse a sus hijos y a su mujer a donde le venga en gana. Ese es el significado de la Patria Potestad”. Leyeron bien: llevarse a sus hijos y a su mujer. ¿Importa si la mujer o los hijos quieren que se los lleve “a donde le venga en gana”? En absoluto. Así piensan en Varones Unidos. Pero hay más. Ante una respuesta de una usuaria de la red social fueron más lejos. “Si hubiera podido llevarse a sus hijos libremente como todo papá debería, no hubiera terminado como terminó esa trágica historia”. Una vez más la responsabilidad de un femicidio, o en este caso el asesinato de sus propios hijos, recae sobre la mujer que lo había denunciado por violento. Si no lo denunciaba no lo obligaba a llevarse a los hijos y matarlos para hacerla sufrir cada segundo de lo que pueda seguir viviendo. Así razonan en Varones Unidos.
Laurta se presentó en un evento que organizó el grupo en el anexo del Palacio Legislativo en 2022 para hablar de tecnología, pero dejó caer varias frases que pintaban su pensamiento al ironizar sobre el concepto de “hombres opresores”. Pero antes ya lo había hecho en 2018 en el mismo lugar, cuando los argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez llegaron al país invitados por Varones Unidos para presentar El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural. No debería tener que agregar nada después de esos nombres. Encuentro pocas posturas tan machistas y odiadoras de las mujeres y las personas homosexuales como las de esos dos. Odiadores profesionales. Si no los conocen, no hace falta. Mejor lejos.
Pero volvamos al caso. Las crónicas de distintos medios argentinos relatan que Laurta había sido denunciado por Luna Giardini, su expareja, ahora asesinada junto a su madre, Mariel Zamudio. Cuentan que a pesar de tener medidas de restricción se acercaba a la casa en la que las dos mujeres vivían con el hijo de la pareja, Pedro, de cinco años. Que se subió al techo de la casa y allí permaneció “viviendo” unos días y amedrentando a las mujeres. Que Luna tenía un botón antipánico que no pudo activar al momento del ataque porque había expirado la medida cautelar horas antes. Que practicó para poder cruzar en kayak el río Uruguay y llevarse así a su hijo. ¿Cuántas señales más necesitábamos del Taura Manso? ¿Cuántas denuncias más sobre el supuesto padre víctima que no puede ver a su hijo y entonces decide matar a su expareja y a su exsuegra y llevarse al niño?
La propia madre de Laurta habló con el canal argentino América TV y desbordada de dolor y de espanto pidió la máxima pena para su hijo. “Es un asesino. Yo no lo crié para eso”, dijo Estrella, que además reclamó la cadena perpetua. Contó que su hijo no aceptaba que Luna se hubiera vuelto a vivir a Córdoba, que había estado arrestado el año pasado en Argentina por el episodio del techo de la casa y que ella misma pidió que le hicieran una pericia psiquiátrica que nunca llegó. El hombre está siendo investigado además por la muerte de un taxista que lo trasladó junto al pequeño en sus últimas horas de libertad y cuyo cuerpo apareció desmembrado, y el auto calcinado. Además también se investiga su posible vinculación con un incendio en una iglesia evangélica cordobesa en el que murieron dos niñas uruguayas. El ministro de Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, lo calificó como una persona con “una mente criminal metódica”, que planificó paso a paso el crimen y que no actuó por impulso.
Es claro que la violencia extrema de Laurta no invalida la existencia de denuncias falsas. Todos sabemos que existen y es tarea de la Justicia descubrirlas. Pero también sabemos que existe una enorme presión sobre las mujeres para que no denuncien. Y siempre, siempre, poniendo a los niños como escudos. Si denunciás te lo saco, si denunciás te mato, si denunciás no lo ves nunca más. Y otro dato, el número creciente o la escalada de denuncias falsas que aseguran en Varones Unidos que existe, hasta ahora, nadie lo ha podido comprobar. Y quizás sí, por fin, Varones Unidos y toda su violencia queden definitivamente desacreditados. Basta con mirar a su líder.
Es difícil sacar de la cabeza el terror que debieron haber vivido Luna y Mariel. Y es desesperante pensar en Pedro. ¿Qué va a pasar con él, ahora solo y a su suerte? Por suerte Pedro está vivo. Pero no digamos que Pedro está bien. Su padre le arrancó a su mamá y a su abuela. Es imposible que esté bien. Solo está vivo.