¿Qué se cocinaba en su casa de la infancia? ¿Cuál es la receta de su éxito? ¿Es como la vemos en pantalla? ¿Cuánta gente trabaja con ella? ¿Cómo inventa las recetas? ¿Cuáles son sus sueños? ¿Cómo pasará la Nochebuena? Paulina Cocina respondió todas estas preguntas y más en esta entrevista con Galería.
¿Qué lugar ocupaba la cocina en tu familia, en la casa donde te criaste?
Un lugar muy importante. Vengo de familia italiana, los mejores recuerdos de mi infancia tienen que ver con comida: hacer fideos caseros los domingos con mi nonna, hacer salsa de tomate con toda la familia, asados, miles, de todo. Todos cocinamos y todos hablamos de comida en mi familia.
¿Que pensás que fue lo que te hizo famosa, la receta de tu éxito?
No lo tengo muy claro, supongo que cuando lo que hacés sale del corazón… eso es un poco magnético, se nota. O sea, no creo que tenga que ver con un rasgo de mi personalidad, sino con cuánto me gusta hacer lo que hago.
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Desde 2008, la influencer ha alimentado su canal de Youube con chispa y constancia: hoy tiene un catálogo disponible de 1.200 videos
¿Podés andar por la calle tranquila, o te reconoce todo el mundo?
Me reconocen mucho, pero ando tranquila igual. La gente es un amor conmigo, solo me saludan o me piden una foto. ¡En Uruguay también me reconocen mucho!
¿En qué momento te diste cuenta de que te había cambiado la vida?
La verdad es que fue todo muy gradual, no fue que tuve un pico repentino de popularidad; me fui acostumbrando de a poco. Ya no me pasa, pero durante mucho tiempo lo pensaba y me parecía raro, bizarro y muy divertido; lo sentía como un juego, como “ah, mirá por dónde fue la vida, qué loco, qué bizarro que ahora soy conocida”.
Has dicho que tu producto no es un plato, es un video. ¿Cuándo llegaste a esa conclusión?
Lo tuve superclaro desde el inicio. Igual le doy toda la bola del mundo a la cocina, o sea, me importa que a la gente le salga bien lo que hago cuando lo replica, me preocupa hacer las cosas más o menos bien, pero tengo claro que si soy experta en algo, es en videos de cocina y en internet, no en cocina.
¿Nunca fue un sueño o un objetivo ser chef?
Jamás. Disfruto de la cocina desde otro lugar. Me da tanto placer cocinar que siempre pensé que hacerlo cuando no tuviera ganas, cosa que le debe pasar a quien trabaja en gastronomía, podría alejarme de ese placer.
Tengo claro que si soy experta en algo, es en videos de cocina y en internet, no en cocina. Tengo claro que si soy experta en algo, es en videos de cocina y en internet, no en cocina.
¿Tuviste que estudiar cocina en el camino?
No hice jamás ni un curso de cocina. Pero ¿te digo algo?: sé mucho más de lo que creía. Yo cocino todos los días de mi vida, todos. Para trabajar y para mi casa. Y soy curiosa, me gusta investigar técnicas, ingredientes. La cago muchas veces; la cocina es, ante todo, experiencia. Podés estudiar mucho, pero si no cocinás no sirve de nada, es como estudiar un libro que te explique cómo nadar y creer que sabés nadar.
¿Sentís que democratizás ciertos platos haciéndolos accesibles a todos?
No, la verdad que no. O sea, el hacerlos accesibles o más prácticos tiene que ver simplemente con que la gente que me ve los pueda hacer, no con una postura; es algo más bien práctico.
Te han criticado algunos chefs por ser “pueblo”. ¿Qué opinas del ambiente de la alta cocina?
La cocina es un arte, me cae bien. Como en todo, hay gente genial y otra que no tanto. No me ha criticado “la alta cocina”, apenas un par de boludos.
Nunca trabajaste en cocinas, pero sí de camarera. ¿Te dejó algún aprendizaje aplicable a lo que hacés ahora?
Sé llevar ocho copas en una sola mano.
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La segunda parte de la historia de éxito de Paulina Cocina tiene lugar en Argentina. Al poco tiempo de instalarse en su país con su familia, retomó el proyecto. Estaba desempleada, así que además de ganas y una cámara nueva, tenía tiempo. Empezó a subir dos videos semanales a YouTube, una receta diaria al blog, hacía publicaciones en Facebook. Aprendía sobre la marcha a filmar e iluminar. Investigaba cómo hacer para que sus contenidos posicionaran bien en Google y se fijaba cuáles eran los platos más buscados. Esas eran las recetas que cocinaba, grababa y después se convertían en el almuerzo o la cena de la familia. “Mi marido decía que comíamos palabras clave”, cuenta Paulina en su web.
Ahí, en ese segundo comienzo, sus expectativas se encontrarían con la realidad. Y la formación de socióloga, si bien no se volvió su medio de vida directamente, le proporcionó herramientas que aplica a diario. “Tengo la cabeza moldeada por el pensamiento científico, por tantos años de universidad”, cuenta; una verdadera ventaja “en un medio en el que hay tanta estadística y tanto por analizar”. “Yo sé hacerlo, sé trabajar con datos y lo aplico a mi trabajo”.
¿Qué tanto determinan los números, las métricas, tus contenidos?
Cada tres meses hacemos un informe para saber qué funcionó y por qué, qué no funcionó y por qué. Se supone que debería seguir haciendo lo que funciona y dejar de hacer lo que no funciona, pero la verdad es que hago lo que se me canta. No todo son números. Solo me gusta estar informada. OK, ¿esto no funciona pero a mí me gusta?, ¿o no funciona en números pero creo que me posiciona en otro sentido? Lo sigo haciendo y bajo las expectativas de los números. Listo.
¿Te dejás llevar también por la intuición?
Hay mucho que es intuitivo, pero tiene un momento preciso: el de las ideas, el de la creatividad. Es el momento que más me gusta. A partir de que un contenido sale a la cancha, ahí hay datos. No tiene sentido ser intuitiva cuando podés comprobar tu intuición con datos.
¿Sos así como te vemos, o hay algo de personaje en Paulina?
Soy así cuando estoy frente a una cámara. Me muestro como soy, pero hago un recorte muy pequeño de mi vida. No muestro mucha intimidad, sobre todo la de otros que me acompañan en la vida.
¿De dónde salen las recetas? ¿Cómo las inventás?
Tengo un excel de cosas que quiero hacer. No las invento, a veces le doy una vuelta de tuerca a una receta común, a veces paso alguna receta tradicional.
¿Hay un plato que todavía no te salga?
La verdad que no. Ya te digo, la pifio mil veces, pero no tengo algo en particular que no me salga.
¿Cuánta gente trabaja contigo?
Tengo una tienda, ahí trabajan tres personas. También trabajo con mi marido y dos personas más en contenidos. Luego hay un montón de gente que trabaja en los momentos precisos: edición, cámara, diseño, programadores; hay de todo.
¿Soñabas con esto?
¡No! Para nada. No se puede soñar con lo que no se conoce. Yo llegué muy temprano a este mundo, no existía; fui de los primeros en este grupo de personas que fuimos creando el mundo del contenido online. Fue muy lindo.
¿Lo que te llevó a crear tu primer blog de cocina en 2008 fue escapar un poco del doctorado en Sociología de las migraciones que estabas haciendo en España. ¿Cómo te afectan hoy las noticias, los temas sociales?
¿La verdad? Como a cualquier persona, supongo. Que haya estudiado Sociología quizás me da más herramientas para pensar, y tampoco te creas que tanto. Creo que mis inquietudes son las de cualquier persona.
Hay una especie de red de amigos influencers, ¿a qué se debe ese fenómeno? ¿Qué tienen en común?
Es muy sencillo: no tenemos entorno, es una profesión nueva. Yo no puedo hablar con mis amigas de mi trabajo porque no entienden mucho de qué se trata, tampoco hay referentes más grandes: no puedo ir a preguntarle al abuelito youtuber cómo es tal o cual cosa para que me oriente. Hay cosas que solo podemos hablar, consultarnos y resolver entre colegas.
Hace un tiempo lograste trabajar solo de lunes a viernes. ¿Qué hacés los fines de semana?
Me da vergüenza decirlo, pero cocino mucho. También miro series, veo amigos, estoy con la familia, tejo a veces.
¿Qué serie estás mirando? O alguna que recomiendes...
Ahora mismo estoy empezando a ver de nuevo Breaking Bad porque mi hijo no la vio. Recomiendo mucho Paquita Salas, una serie corta, española, fantástica.
No se puede soñar con lo que no se conoce. Yo llegué muy temprano a este mundo, no existía; fui de los primeros en este grupo de personas que fuimos creando el mundo del contenido online. No se puede soñar con lo que no se conoce. Yo llegué muy temprano a este mundo, no existía; fui de los primeros en este grupo de personas que fuimos creando el mundo del contenido online.
¿Te gusta la Navidad?
Sí, soy del equipo Navidad, me encanta mucho.
¿Cómo la festejás?
Festejo como todos, en familia, con las comidas de siempre, Papá Noel, regalitos... me encanta. Este año recibo a todos en casa.
¿Y qué no puede faltar en esa mesa en Nochebuena?
Vitel toné de mi tía Emira y lengua a la vinagreta de mi mamá.
¿Qué consejo o pique le das a alguien que tenga que cocinar y recibir gente en su casa esa noche?
Organizarse muy muy bien y con tiempo, incluso organizar lo que trae el resto, para no pasarse toda la noche laburando y poder sentarse un rato en la mesa con la familia.
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Planeta, 320 páginas, 1.900 pesos.
¿Seguís algún ritual de Año Nuevo?
Pasarlo fuera de Buenos Aires siempre que pueda (ríe).
¿Qué es lo mejor de tu trabajo?
Sentir que vivo de hacer algo que de todas formas haría, aunque no me diera dinero. Siento que tengo mucha suerte por esto, me siento afortunada.
Decías que en Uruguay te reconocen. ¿Vacacionás acá?
Vacaciono en la Patagonia, no me gusta molestar a los uruguayos. No tengo planeado ir en lo inmediato, pero una amiga de mis épocas de Barcelona, uruguaya ella, volvió hace nada a vivir a Montevideo, así que seguro en algún momento del año cruzo a verla.
¿Tenés sueños por cumplir?
Cantar jazz en un bar para cinco borrachos.
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Receta de budín inglés, de Paulina Cocina
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Ingredientes:
150 g harina leudante o harina + polvo
para hornear
150 g manteca pomada
150 g azúcar
3 huevos
1 cda. de miel
Ralladura de naranja y de limón (abundante, de una o dos unidades)
Frutos secos variados
Fruta abrillantada (opcional)
Para el glasé real:
1 clara + 250 g azúcar impalpable
Procedimiento:
Colocar la manteca pomada (si la manteca está fría, se puede ablandar en el microondas 30 segundos en la función de descongelar) en un bowl, empezar a batir e ir agregando el azúcar. Seguir batiendo a blanco, es decir, hasta que la mezcla quede de un color pálido. “Parece simple pero tiene su ciencia: tenés que darle, y darle, y darle”.
Agregar los huevos de a uno; recién cuando se integra uno, agregar el otro. Cuando están los tres huevos integrados, agregar la ralladura de naranja, la miel, y seguir batiendo hasta que la mezcla esté homogénea.
Agregar la harina cernida en dos veces, incorporándola a la mezcla con una espátula en movimientos envolventes (para que no se escape el aire generado por la batidora).
Mezclar con harina los frutos secos y, en caso de que se quiera, la fruta abrillantada. “Ya sé que el voto popular es fruta abrillantada no. Lamento decirles que a veces no soy lo que ustedes querrían: a mí me gusta la fruta abrillantada. Y te voy a decir una cosa más: si no te gusta, no comas gomitas del kiosco”, dice Paulina en el video de la receta. La idea de mezclar los frutos con harina es que no se vayan para el fondo del budín.
Forrar un molde con papel manteca y colocar la mezcla. Poner al horno a 180º por 40 minutos.
Para el glasé real, mezclar la clara con el azúcar “a más no poder; en un momento te queda bien”.
“¡Qué lindos son los budines! Es casi lo único de repostería que realmente me gusta hacer”.
Retirar el budín del horno y cuando ya está a temperatura ambiente, decorar con el glasé y las frutas.