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Tavo García: “Tener poco tiempo me genera una adrenalina, que, creativamente, es cuando mejor funciono”

Desde el taller de su apartamento en Ciudad Vieja, en el que dibuja y cose hasta la última puntada, el diseñador y modisto conquista casi sin proponérselo al mundo artístico del Río de la Plata, mientras planea abrir su atelier e instalarse en Buenos Aires

Editora de Galería

Desde los bastidores, la música de Miranda le llega a Tavo García como ondas expansivas que suben y bajan, lo envuelven y lo llenan de adrenalina: es su eterna banda favorita, pero nunca los había escuchado así, como si se fundiera en toda esa energía explosiva.

Como tantas otras veces, el uruguayo oriundo de Tacuarembó había comprado tickets para estar entre las 30.000 personas que fueron al show en el estadio Ferro de Buenos Aires. Pero la vida es un acontecer de cosas; eso, al menos, es lo que Tavo García da a entender cuando habla sobre las oportunidades que se le presentan como trenes que no estaba esperando, pero igual lo invitan a subir y lo dejan en destinos que alguna vez fantaseó o ni siquiera llegó a imaginar.

Así fue como un día, a los 14, se compró su primera máquina de coser y terminó haciendo 60 vestidos de quinceañeras en un año para sus amigas y las amigas de sus amigas. Así, también, llegó a Montevideo. Tiempo después se presentó al concurso de moda Lúmina y, pese a ser un autodidacta entre estudiantes y egresados de carreras de diseño, lo ganó. Mucho antes había soñado con vestir a Natalia Oreiro, y al ganar el concurso de moda ese deseo se le concedió casi como por obra del genio de la lámpara: Rosario San Juan, estilista de la actriz, le pidió que le hiciera dos vestidos para el reality Got Talent Uruguay; Tavo, por las dudas —o por la emoción—, le hizo seis. Oreiro los usó todos y le terminaron pidiendo 10 más.

Y así fue como un día el uruguayo de 31 años compró un ticket para ver a su banda favorita y terminó en ese mismo concierto pero tras bambalinas, haciendo lo que desde los 14 no ha parado de hacer.

El grupo del que forman parte Ale Sergi y Juliana Gattas usará esa noche un impactante vestuario blanco, bordado completamente de perlas de diferentes tamaños. El uruguayo, convocado por primera vez por Miranda, diseñó y confeccionó estos trajes en una semana, con el objetivo de que fueran estrenados en su show de Santiago de Chile. “Tenía una semana y fui específicamente a Buenos Aires a hacerlos. Por suerte tuve la ayuda de amigos, como Flor Gómez Salazar, que era la diseñadora de Zarvich. Laburé con ella muchos años y es mi par para todo. Había que bordar las perlas y se sumaron un montón de manos. El plan era ir a la marcha del orgullo (LGBTIQ+), y en un momento la marcha era mi casa: todo el mundo bordando”.

Tavo García
En apenas una semana, Tavo García diseñó y confeccionó los vestuarios completamente bordados de perlas de diferentes tamaños que Miranda estrenó en su show en Santiago de Chile.

En apenas una semana, Tavo García diseñó y confeccionó los vestuarios completamente bordados de perlas de diferentes tamaños que Miranda estrenó en su show en Santiago de Chile.

Pero la misión del diseñador ahora es otra: un par de días antes del show en Buenos Aires fue convocado para confeccionar el traje con el que Lali Espósito iba a cantar junto con Miranda.

Tavo habla de la creatividad y de la pasión, pero también del tiempo, ese reloj con el que parece disfrutar de jugar pulseadas. Empieza el show y está cosiendo un catsuit de lentejuelas translúcido ceñido al cuerpo para la cantante. Mira el setlist: faltan 17 canciones para que suba al escenario. Lo termina incluso antes de que estuviera maquillada y peinada. Una vez más —como siempre— le ganó al tiempo.

¿Le gusta la adrenalina de trabajar contra reloj?
De toda la vida. Me pasaba en Tacuarembó. Una vez fui a un cumpleaños de 15 y había 10 pibas que tenían vestidos míos. Yo estuve cosiendo hasta dos horas antes del cumpleaños. Me divierte, siempre digo que me hubiese encantado participar de Project Runway: ¡faltan dos minutos para terminar! Soy muy rápido y he adquirido velocidad. Estoy entrenado en ese sentido. A veces, cuando tenés tanto tiempo le vas buscando la vuelta. A mí las cosas nunca me terminan de convencer del todo y lo que las define es el tiempo y, si tenés mucho tiempo, quizás hasta las termines odiando. Las cosas con poco tiempo me generan una adrenalina, que a veces, creativamente, es cuando mejor funciono.

Por otro lado, no dejo que el tiempo lo defina, porque hasta el último segundo voy a estar dándolo todo. De hecho, Lali me había pedido un vestido corto, y yo le caí con el vestido corto, pero le armé esta otra propuesta, le dije: a mí me tiró para este lado, te lo propongo. Se lo puse y estaba feliz. El estrés, los nervios que se pueden vivir por los contratiempos no me afectan. Las primeras veces quedaba ciego del estrés. He aprendido a dominarlo. Confío. Los tiempos siempre me dan exacto, nunca me sobra ni un segundo, pero siempre llego.

Boceto
Boceto del traje diseñado y confeccionado por Tavo García para Miranda.

Boceto del traje diseñado y confeccionado por Tavo García para Miranda.

Tavo García
Miranda en su show en Santiago de Chile.

Miranda en su show en Santiago de Chile.

El living de la casa de Tavo García es amplio. Lo primero que salta a la vista al entrar es un perchero alto, repleto de vestidos de todos los colores y formas. Es una especie de portfolio vivo: algunos los usó Natalia Oreiro, otros Juliana Gattas, otros son recuerdos de la campaña realizada junto con la productora de arte audiovisual Boicot. Es una muestra representativa de su estilo, aunque mínima si se tiene en cuenta que no ha parado de coser desde la adolescencia y que, en los últimos años, ha vestido a varias de las máximas celebridades de ambos lados del Río de la Plata y más allá.

Del 2025 hacia atrás esa lista contiene nombres como Griselda Siciliani, Mercedes Morán, Gimena Accardi, Soledad Pastorutti, Erica Rivas, Bárbara Lombardo, además de Oreiro, Espósito y tantas otras. Cada vez son más los artistas que quieren ser vestidos por Tavo García, un fenómeno que pareció intensificarse en 2025.

Este año empezó vistiendo a Julieta Venegas para sus conciertos en Uruguay, y siguió con figuras como Moria Casán, a quien vistió para los premios Martín Fierro y volverá a vestir en su serie de Netflix; Julieta Rada lució un vestido suyo en los premios Latin Grammy, mientras que en setiembre, una semana antes de su show en el Antel Arena, fue convocado para crear el vestuario de Ca7riel & Paco Amoroso, el dúo trap del momento. Le llevó tres días confeccionar los impactantes trajes acolchonados a rayas que fueron furor. “Me llevé la máquina de coser, se los probé dos horas antes y se los terminé de hacer en el Antel Arena, me dio tiempo hasta de ponerles la etiqueta y todo”, cuenta a Galería, satisfecho de ganar una y otra vez la pulseada.

Tavo García Paco y Catriel
Para el show en el Antel Arena de Ca7riel y Paco Amoroso, el diseñador uruguayo creó en tres días impactantes trajes geométricos y acolchonados que fueron furor.

Para el show en el Antel Arena de Ca7riel y Paco Amoroso, el diseñador uruguayo creó en tres días impactantes trajes geométricos y acolchonados que fueron furor. "Se los terminé de hacer en el Antel Arena", cuenta a Galería.

El fenómeno Tavo García parece estar claro para todos, menos para él. Al preguntarle por su año, las palabras fantástico y cansado aparecen de la mano. Enseguida, pasa a relatar cómo sus días se le van, de manera literal, “sentado en la máquina”. Vive a pocos metros de la rambla, pero apenas la ve. “Salgo repoco. No me cuesta llegar al trabajo”, ironiza, ya que trabaja en el taller que instaló en un cuarto de su apartamento. Lejos de quejarse, lo cuenta casi como testimonio, como alguien que no ha encontrado el espacio y el tiempo para procesar y entender sus vivencias y logros. “Me la he pasado toda la vida cosiendo. No he hecho otra cosa. Mi vida fue yendo por ahí, y la disfruto y la elijo”, simplifica, mientras de fondo suena la banda Meteoros, compuesta por Ale Sergi y Julieta Venegas.

Fue un gran año desde el punto de vista profesional. ¿Cómo lo vivió?
Fantástico. Cansado, en el buen sentido. Siempre que tenés mucho trabajo obviamente que es cansador, pero vengo trabajando hace muchos años también. Me compré mi máquina con 14 años, tengo 31, y desde entonces no paré de coser. Desde que vine a Montevideo siempre me pasaron cosas buenas, fui creciendo un montón, nunca me faltó nada por hacer. El primer año estudié en UTU y ese año me invitaron a trabajar en un proyecto abierto para hacer colección de invierno con Agolan, la última textil que quedaba acá en ese momento. Estuve en un desfile Moweek, que era algo increíble en aquel momento. Estuve en un desfile de Lúmina, participé y lo gané. Un viaje. Y así fue año a año, pasándome cosas increíbles. Creo en parte que hay una cuota de suerte, pero también tiene que ver con mis ganas y mi forma de meterle, con responsabilidad, respeto.

Los vestidos de Natalia Oreiro llegaron a los ojos de Juliana Gattas, con quien sigue trabajando, y a través de ella conoció a Julieta Venegas. ¿Qué tanto de lo que logra es resultado de una búsqueda activa, y qué tanto le sucede inesperadamente?
He tenido oportunidades de buscar o de aprovechar, pero soy muy quedado, por eso digo que hay una cuota de suerte, obviamente, porque me pasan las cosas. Pero en ese sentido soy muy respetuoso, no siento que andar atrás de las cosas o aparentar algo que no sos sea el camino. Soy tranquilo, voy por la sombra y, si las cosas tienen que suceder y llegar, llegan y suceden. Tengo la tranquilidad de que lo que sueño o puedo llegar a proyectar llega, porque hago las cosas bien. Y supongo que por ahí se da: me lo merezco también, que es un montón.

Tavo Garcia Natalia Oreiro se agrega
Tavo García cumplió su sueño de adolescente de vestir a Natalia Oreiro cuando lo convocaron para crear el vestuario que usaría en el reality Got Talent Uruguay.

Tavo García cumplió su sueño de adolescente de vestir a Natalia Oreiro cuando lo convocaron para crear el vestuario que usaría en el reality Got Talent Uruguay.

Por otro lado, salir a buscar oportunidades requiere tiempo y esfuerzo, y usted cuenta que pasa sus días enteros cosiendo.
Las cosas se dan cuando se tienen que dar. Yo veo gente que anda atrás de la fama y elijo ser lo contrario. Trabajar últimamente es lo único que hago. Ayer fui a una inauguración, me encontré con amigos que no veía hace un montón y me decían: ¿cómo hacés para hacer cosas cada vez más lindas? La verdad es que no me doy cuenta. Mi proceso creativo más que nada es hacer. Construir la prenda desde cero. A veces partís de una pauta, un boceto, una idea que el cliente te pide. Pero me pasa que, como hago todo desde cero, desde el molde, cortar, coser, desde la primera puntada hasta la última, el resultado final no me genera un factor sorpresa. No es lo mismo que te encuentres con este vestido por primera vez ya pronto, que te genera algo; a mí no me pasa eso. Siempre estoy dudando: ¿esto estará bueno? Me pasa que parto de una idea y a veces no me gusta, la termino odiando, pero dejo que eso decante y al otro día pruebo, veo si funciona, si no funciona.

La semana pasada, en Buenos Aires, entregué vestuario para la serie de Moria, para ella y Sofía Gala. Cecilia Roth usa un vestido que me alquilaron de los que ya tenía. Me pasó que fui a entregarle las cosas a Moria, la veía vestida y pensaba: ¿en qué momento yo hice esto? Ya es tanta la cantidad de cosas que vengo haciendo todo el tiempo… Lo disfruto, obviamente, eso no le quita responsabilidad a lo que estoy haciendo, pero me cuesta un poco procesar las cosas, o que me generen tanta emoción en algún punto. Diez años atrás vestir a Moria para mí habría sido una locura, y hoy lo estoy haciendo y lo vivo como algo muy natural.

Tavo García
Tavo García vistió a Moria Casán para los premios Martín Fierro y prepara actualmente el vestuario que usará la argentina en su serie de Netflix.

Tavo García vistió a Moria Casán para los premios Martín Fierro y prepara actualmente el vestuario que usará la argentina en su serie de Netflix.

Ya viene conquistando ambos lados del Río de la Plata. ¿Qué es lo que ahora podría moverle el piso?
Fantaseo con vestir a Rossy de Palma, me encantaría, me parece un ícono. Capaz que sucede, capaz que no. Pero no creo que esté muy lejos tampoco. Hay mucha gente en común. Son fantasías, pero tampoco es que estoy pendiente de esas cosas. No salgo a buscarlas. No estoy para la joda ni para este tipo de cosas (dice en referencia a esta entrevista). Me cuestan un montón realmente. El reconocimiento está buenísimo y me suma un montón para tener más visibilidad. Ahora la gente me felicita y me dice: ¡sos famoso! Y yo: ¡no quiero! Pero, en teoría, es parte de… En algún punto me alegra el reconocimiento, pero no sé cuánto. Me considero el mismo Tavo de Tacuarembó.

¿Le incomoda el reconocimiento?
No es incomodidad, pero sí a veces un poco de vergüenza.

El perchero cargado de colores y formas contrasta con lo despejado y minimalista del living. No hay alfombras, ni sillas, ni televisión. Solo un sillón neutro con un almohadón a rayas, a juego con su remera, y una mesa ratona blanca. Podría decirse que su casa es como él mismo: alguien de apariencia tranquila y semblante serio que en la intimidad, o no tanta intimidad, saca a la luz su costado pícaro, directo y sin filtros, el “personaje”. No es que una faceta eclipse a la otra, sino que ambas conviven con la misma autenticidad. “Los diseñadores siempre son personajes en algún punto. Yo soy muy tranquilo pero en mi intimidad, con mis amigos y seres queridos soy la cosa más personaje del mundo”.

Tavo Garcia Collage 3

El joven tranquilo dice que su servicio consiste en cumplir fantasías al crear vestuarios con los que el otro sueña; generar felicidad. El personaje se atreve a declarar que el mundo no necesita más ropa. “Sí, polémico”, agrega, consciente de lo que acaba de decir. “Todos lo sabemos, pero bueno, qué voy a hacer, es a lo que me dedico, lo elegí y me eligió. Si la persona está feliz y después hay críticas, no me importa, la meta está cumplida. Mi trabajo genera alegrías, y experiencias, y aventuras. Qué loco, me voy analizando ahora mismo mientras hablo”, dice y ríe.

Se define —al menos, en la biografía de su web— como artesano textil independiente en lugar de diseñador.
Me costó al principio decir que era diseñador de moda. Nunca estudié diseño, soy autodidacta. Aprendí a coser cosiendo. Te pueden enseñar a coser un pantalón pero, si no hacés cinco pantalones, no aprendés. Considero que soy más bien modisto. Diseño y me gusta. Pero sería como decir que hago alta costura. No. Yo coso. Hago ropa. El título me da lo mismo. La gente me puede definir por simplemente ver mi trabajo, pero no es algo que yo haga, definirme. Por eso digo que soy artesano textil, aunque tampoco sé si es ese el concepto.

Tavo García

¿Qué proyecta para el 2026?
Mi plan es poner un atelier en Buenos Aires. Tengo un apartamento, pero no tengo un atelier montado porque lo comparto. Tengo mi máquina industrial allá, y no es nada del otro mundo. Me gustaría que fuese algo más real y más cómodo. Eso se irá dando con el tiempo.

No pienso dejar de trabajar acá, pero sí estar desde allá para acá como ahora estoy desde acá para allá. Y en este momento de mi vida estoy para experimentar otras cosas que quizás acá en Uruguay no se dan tanto. En Buenos Aires hay más posibilidades, sobre todo desde el rubro artístico.

¿Cuáles son los mayores desafíos de trabajar desde Uruguay?
Vengo de Tacuarembó, con pocos recursos, y adaptarme a las opciones que hay en la vuelta es mi fuerte. Hice una colección de Lúmina con tres telas y gané. En ese sentido me rebusqué y es ahí donde en gran parte está el diseño, en resolver con lo que tenés y tratar de hacer lo mejor posible. Hay cada vez más cosas acá en Uruguay, por lo que no es un impedimento en lo creativo, siempre me resolví con poco. De ahí viene mi impronta de las cosas simples.

Tavo Garcia Collage 1

“El taller no te lo muestro porque es un quilombo”, afirma el diseñador al comienzo de la entrevista. Poco más de una hora después, vuelve al tema: “Otro día te muestro el taller. A ver, dejame ver cómo está”, dice y se dirige al cuarto en un impulso para confirmar su estado. A los pocos segundos, como si ese instante le hubiera alcanzado para poner un poco de orden en el desorden, habilita la entrada al espacio donde todo empieza y termina, una habitación pequeña tomada casi por completo por una mesa sobre la que hay retazos de telas blancas, restos de una jornada de confección para una o varias novias. “Las novias son de lo que vivo”, comenta, una frase que sorprende por ser la parte menos visible de su trabajo.

Desde ese cuarto dibuja en papel, sin computadoras —ni siquiera tiene una—, guiado por las telas, por la persona a la que va a vestir y, sobre todo, por su intuición. “Generalmente, me siento y empiezo a dibujar. Obviamente que el inconsciente de uno está bombardeado de información, pero me da un montón de ansiedad ver colecciones”, admite. En muchos sentidos, García es un antidiseñador. Jamás saldrá de su boca esa frase que asocia cierto atuendo con un ícono de la moda. “Si me preguntás cuál es mi diseñador favorito, no te voy a decir ninguno porque ni siquiera voy a saber pronunciar los nombres, ¿entendés? No me da gracia, quizás debería ser un poco más culto en ese sentido”, dice el modisto-diseñador-personaje.

Tavo Garcia Collage 2
Julieta Venegas, Moria Casán y Julieta Rada son tres de las celebridades que fueron vestidas por Tavo García en 2025.

Julieta Venegas, Moria Casán y Julieta Rada son tres de las celebridades que fueron vestidas por Tavo García en 2025.

Las grandes colecciones de marcas globales le provocan cierta saturación, quizás, por lo grandilocuentes e inaccesibles desde esta parte del mundo. “Entiendo que a la vez tienen la posibilidad, y que quizás sea un poco de envidioso, porque se tiran un pedo y lo tienen hecho; yo, si me tiro un pedo, lo tengo que hacer”, expresa, siempre irónico.

Mientras tanto, entre ese piso alto en Ciudad Vieja y Buenos Aires, Tavo García seguirá creando no sin plantearse uno de los dilemas que lo acompañan desde que su nombre empezó a sonar con fuerza en la industria: coser o no coser. Aunque le cuesta delegar esta tarea, hay algo que ya no puede ignorar: en la moldería y en las puntadas también está su diseño, su impronta creativa. “Coser me quita tiempo de proyección, pero hay algo que yo no suelto, y entiendo que ese también es mi plus, lo que la gente valora. Tiene su encanto que esté en todo el proceso”.

¿Entonces, según dice, quien cose también está diseñando sin saberlo?
No es el mismo proceso creativo el de un diseñador que solamente boceta y manda a coser, porque vos en ese proceso tenés un montón de posibilidades. Pegaste mal una manga y decís: mirá, qué interesante, y se generó algo nuevo que no tenías planificado. Eso es muy interesante y es lo que me divierte. Vos partís de una idea y esa idea es la que se va a ejecutar y a la vez se va a ejecutar con la interpretación de la persona que te lo va a hacer. Eso me genera una controversia bárbara, me pregunto: ¿quién hizo el diseño ahí? Si pienso un diseño, pienso que el bolsillo esté a cinco centímetros de determinada altura, y son cosas que los diseñadores no las piensan, pero es ahí donde está el diseño, en su interpretación. El diseño se conforma en un 50% de la idea y en el otro 50% de su construcción.

El dilema parece resuelto. “Mientras tenga manos voy a seguir cosiendo”, concluye el diseñador, al mismo tiempo que se muestra abierto a nuevos proyectos, firme en su idea de no encasillarse. Si las cosas pasan según lo planeado, 2026 lo encontrará haciendo el camino inverso: con base en Buenos Aires, viajando hacia Montevideo. Tal vez, trabajando para una marca, o para un diseñador, sin abandonar su propio proyecto.

Resulta inevitable imaginar las conquistas que aún le esperan a este diseñador tacuaremboense de 31 años que cautivó al mundo artístico rioplatense mucho antes de proponérselo; antes, incluso, de tener un atelier o la estructura con la que fantasea. “Pero también es parte del camino, ir por la sombra, sin quemarse”.


Producción en las fotos de Brian Ojeda:

Asistencia / Diego Clavijo (Hema Toma) y Florencia Gómez de Salazar

Modelo / Carmela Pérez