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    Amenazada por las nuevas pantallas y el consumo “a demanda”, la televisión tradicional busca un modelo híbrido para sobrevivir

    Uruguay digitaliza los canales abiertos en 2014 y Antel crea con la fibra óptica “condiciones” para el desarrollo de negocios audiovisuales en la red

    Frank Underwood es un inescrupuloso senador de los Estados Unidos que contribuyó para la reelección del presidente. Quiere ser secretario de Estado pero escogen a alguien más para ese cargo. Enfurecido, Underwood empieza a operar políticamente para perjudicar al gobierno a su conveniencia. Así empieza la historia de “House of Cards”, la serie televisiva de la empresa Netflix que hizo historia en el 2013 al ser la primera producción hecha para Internet que ganó un premio Emmy.

    “No hay diferencia entre que (mis hijos) miren “Avatar” en un iPad o miren YouTube en un televisor y “Game of Thrones” en su computadora. Es todo contenido, es todo historia”, dijo el actor Kevin Spacey, que interpreta a Underwood, al disertar en el Festival Internacional de Televisión de Edimburgo en agosto. “Los estudios y los canales que ignoren cualquier cambio, ya sea la creciente sofisticación de la narrativa o las constantemente cambiantes arenas del avance tecnológico, van a ser dejados atrás”.

    En el 2013 la televisión ocupó un lugar central en el debate político de Uruguay. Después de 50 años por primera vez se agregaron nuevos canales abiertos, al asignar espectro digital, y el Parlamento empezó a aprobar una legislación que impone plazos y otras condiciones. Pero el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) deja explícitamente fuera de la regulación a los contenidos que son transmitidos por Internet y algunos cuestionan el sentido de impulsar la TV digital cuando es en la red donde surgen los principales avances.

    El propio presidente José Mujica, en su audición del 25 de octubre en la radio M24, afirmó que “tal vez en el correr del tiempo todas estas discusiones sean una bagatela (...) y es probable que el nuevo sistema de comunicación que tenga el futuro audiovisual, como la ley de medios, todo eso esté cuestionado por ese cablecito que está enterrando Antel por todas partes, y que en pocos años su majestad la computadora determine en los hechos que cada cual va a ver o escuchar lo que se le antoje, de aquí o de cualquier parte del mundo”.

    Desde un punto de vista más técnico, el vicerrector de Gestión Económica y Desarrollo de la Universidad Católica, Omar Paganini, escribió ese mes en el semanario “Voces” que “la TV digital es poco más que un cambio de formato tecnológico para el viejo modelo de la TV abierta”.

    “Se mejora el uso del espectro electromagnético y se permite mejor calidad de imagen, pero sigue tratándose del viejo modelo de ‘broadcasting’, donde un emisor distribuye contenido hacia los receptores siguiendo determinada grilla de programación”.

    “El futuro será la TV por Internet, no la TV Digital —opinó—. Más en un país donde la fibra óptica al hogar ya es una realidad”.

    El jueves 12 de diciembre la presidenta de Antel, Carolina Cosse, abrió la conferencia MonTV, organizada por la productora Oz, sobre producción audiovisual. Cosse repasó los datos: el 58% de los hogares están conectados a Internet, 250.000 ya con fibra óptica.

    “Las condiciones están para el desarrollo de cualquier ecosistema alrededor de estas condiciones, en particular el ecosistema audiovisual”, aseguró.

    En lo que todos parecen coincidir es en que el centro de ese ecosistema será desde ahora la televisión a demanda, Video on Demand (VoD): poder elegir lo que uno quiere ver.

    Los canales tradicionales, que apenas logran mantener su audiencia, analizan alternativas “híbridas” que, a la vez que incorporen las nuevas tecnologías, mantengan características de broadcasting.

    “Lo que vamos a ver en Internet es que la mayoría de los canales de cable van a volverse canales de Internet. Todavía vamos a considerar a ESPN un canal de cable, pero va a ser distribuido mayoritariamente por Internet en 10 o 20 años —dijo el CEO de Netflix, Reed Hastings, hace un año, según el portal “Político”—. La ventaja fundamental de Internet es la individualización, el control, ser capaz de mirar en cualquier pantalla. Es simplemente un mucho mejor sustrato tecnológico para video”.

    No lineal.

    El sistema actual de broadcasting que usa la televisión tradicional implica que una antena emita el mismo contenido a varios receptores al mismo tiempo. La digitalización agrega nuevas prestaciones a ese sistema, como cierta interactividad o el acceso a contenidos VoD. En Internet, en cambio, muchos emisores emiten hacia muchos receptores, con una clara predominancia de contenidos a demanda, lo que permite un consumo más personalizado.

    El sociólogo argentino Eliseo Verón sostuvo en una entrevista publicada el 21 de octubre por la revista “Ñ” que “Internet es el golpe de gracia” para la televisión tradicional.

    “El consumo programado se termina. Voy a ver el programa que se me cante cuando se me cante. El broadcasting es una programación fija donde yo sé que a las 14 hay una telenovela, a las 20 un noticiero, eso se acabó. Era un privilegio exorbitante. En ningún mercado el productor controla el consumo mismo. Es como si yo comprara una Coca Cola y pudiera tomarla sólo a las 18.30”, afirmó.

    El VoD permite que el usuario elija qué quiere consumir en qué momento, como el menú de un restaurante, y rompe con una de las principales características de la televisión como se la conoce desde sus comienzos.

    “El antiguo paradigma sobre el que estaban programadas nuestras mentes era el de la linealidad del alfabetismo y el nuevo modo exige aprender a pensar y percibir de manera no lineal. La televisio´n tal como la conocemos es una especie en vi´as de extincio´n, que ya comienza ser reemplazada por el entretenimiento bajo demanda”, opinaron los comunicadores rosarinos Fernando Irigaray, Marcelo Colman y Dardo Ceballos en el Foro de Periodismo Digital que se realizo´ en setiembre de 2009 en el auditorio de la Fundacio´n OSDE, Rosario, según el libro que recoge las ponencias.

    Según el guionista argentino Leandro Calderone, autor de ficciones juveniles como “Casi ángeles” y “Aliados”, el sistema de televisión a la carta es una vieja demanda de los televidentes.

    “Desde hace tiempo, desde los 90, desde que salió la videocasetera que la gente grababa y trataba de escaparse a la programación —dijo el jueves 12 en la conferencia MonTV—. Y nosotros persistíamos, incluso hasta hace dos o tres años los gerentes de programación luchaban y corrían los horarios. Hicieron, por lo menos en Buenos Aires, estragos. Había horarios imposibles tratando de torcer o de manipular la forma en que el usuario consumía el producto. La realidad es que el usuario terminó por ganar esa pulseada”.

    La avidez por contenidos a demanda llevó a que en los últimos años se multiplicaran las empresas que brindan video por Internet. Netflix es la más conocida en la actualidad, está disponible en Uruguay, cobra una tarifa de U$S 7,99 por acceder a su catálogo e incluso produce series como “House of Cards” y “Orange is the New Black”. Otros servicios similares en Estados Unidos son Amazon Instant Video y Hulu. Plataformas como Aereo, Zattoo y TotalChannel retransmiten contenidos de los canales de televisión y permiten grabar. Otros como la argentina Cuevana permiten ver contenidos a demanda que no están alojados en servidores propios sino que enlazan hacia fuentes externas, lo que ha generado controversia en cuanto a su legalidad.

    Algunas de las principales empresas tecnológicas se sumaron a la avanzada durante el 2013. Chromecast de Google es un dispositivo que permite ver contenidos de YouTube, Netflix y otras fuentes directo en el televisor. Apple TV es un reproductor digital que también permite acceder a ese tipo de contenidos. Movistar TV Go es una prestación para que los usuarios de esa compañía puedan ver televisión en sus móviles. También HBO presentó una aplicación móvil que reproduce el contenido de las señales de esa cadena.

    Es la profundización de la convergencia tecnológica, un concepto que implica tener acceso a diferentes servicios en una sola plataforma. Netflix tiene camino recorrido en ese sentido: los controles remotos de algunos televisores ya vienen con un botón que permite conectarse con ese proveedor.

    Multipantalla.

    La irrupción de las nuevas tecnologías no impone la desaparición del consumo de televisión tradicional, sino una coexistencia entre dispositivos, la “multipantalla”.

    En Uruguay en el 2009 la televisión seguía siendo la principal atracción recreativa según el Segundo Informe Nacional Sobre Consumo y Comportamiento Cultural del Observatorio Universitario de Políticas Culturales: el 99,8% de los consultados dijo que había mirado televisión ese año, el 88,2% que escuchó radio y el 61% usó Internet.

    En Estados Unidos en el primer cuarto del 2012 unos 283,3 millones de habitantes habían mirado televisión tradicional; un año después lo habían hecho 282,9 millones, según el informe de junio de la consultora Nielsen. En cambio, aumentó la cantidad de usuarios que vieron televisión en diferido con métodos de grabación digital: pasó de 145,5 millones a 166 millones. Entre esos dos años disminuyó el número de gente que vio videos en Internet, de 162,5 millones a 155,1 millones, pero aumentó la cantidad de usuarios que los miraron en sus teléfonos móviles: de 35,9 millones a 45,3 millones.

    Aún las dos modalidades que cayeron en cantidad de espectadores aumentaron en horas de consumo: en el primer cuarto del 2012 los usuarios habían visto 155 horas y 46 minutos de televisión tradicional por mes y al año siguiente 157 horas y 32 minutos. Quienes vieron video en Internet consumieron 5 horas 24 minutos mensuales en promedio en 2012, y 7 horas 2 minutos en el 2013.

    Un estudio de la consultora alemana TNS de agosto reveló que en ese país el uso de Internet aumentó de 50 a 80 minutos diarios, pero la televisión sigue ocupando la mayor parte del tiempo de los germanos: 160 minutos. El estudio indica que el 28% de la población de entre 14 y 64 años navega por Internet mientras ve televisión.

    El regulador británico de comunicaciones Ofcom difundió un estudio que indica que aumentó el tiempo que pasan las familias en torno al televisor principal de la casa: en 2002 lo hacía el 88% de los adultos al menos una vez a la semana y ahora lo hace el 91%. Según el informe, difundido por el sitio de la BBC, el motivo principal es que la segunda pantalla —tabletas y teléfonos celulares— está llevando a los adolescentes de sus habitaciones a los espacios compartidos.

    “Es el futuro”.

    La mayor videoteca de Internet es el sitio YouTube, creado en 2005 y comprado en 2006 por Google. Allí se ven videos más de 4.000 millones de veces por día, según datos del 2012. Su creación y expansión no sólo permitió que los usuarios de Internet tengan a disposición una cantidad inabarcable de videos gratuitos sino que convirtió a los consumidores de videos en productores. Cualquiera puede filmar y subir un video; de su capacidad de atraer audiencia depende su éxito.

    Mientras que YouTube es el ejemplo más conocido de acceso a video por la red abierta Internet, esa tecnología permite otros modelos, como el IPTV, que es un sistema que usa el mismo protocolo pero es administrado centralmente por un proveedor.

    “Es una red cerrada, no una red públicamente disponible. Termina en un set-top box necesariamente, sin eso no lo ves. El dueño de la transmisora tiene la llave para ver ese contenido y puede priorizar tráfico, decidir que una señal ande mejor que otra”, explicó Sebastián Bellagamba, director regional para Latinoamérica y el Caribe de la organización Internet Society, en una conversación con Búsqueda en agosto en su oficina de la rambla de Montevideo.

    IPTV fue el único segmento de la televisión paga que tuvo un crecimiento en los Estados Unidos durante el 2013, según un estudio de la consultora IHS. De acuerdo a otro informe, de Leichtman Research Group, los operadores de IPTV más importantes (AT&T y Verizon) sumaron 373.000 abonados, superando el crecimiento del año anterior.

    En el mundo hay unas 100 millones de suscripciones de IPTV, calculó la empresa Pyramid Research en su último informe “Research in focus”, que afirma también que los tres principales mercados de IPTV —China, Francia y Estados Unidos— representan la mitad de los clientes del mundo.

    Desde el comienzo de la actual administración Antel estudia incorporar un servicio de IPTV, pero todavía no hizo ningún anuncio. El proyecto de ley de telecomunicaciones que el gobierno quería presentar en el 2013 queda para el año que entra.

    El legislador frenteamplista Carlos Varela, presidente de la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados, dijo en el evento de fin de año de la Cámara de Telecomunicaciones del Uruguay (CTU) que la ley de SCA “no prohíbe la convergencia tecnológica” y “establece limitaciones a Antel”, que “no puede, por ejemplo, tener televisión abierta o salelital”.

    “La IPTV es en realidad el centro del debate, que no se menciona pero está ahí (...). Es el futuro”, afirmó.

    La transmisión audiovisual por las redes de telecomunicaciones enfrenta además cuestionamientos de las empresas de ese rubro, que consideran que sus inversiones en infraestructura son facturadas por los proveedores de contenidos.

    “Hoy los operadores construimos las redes por las cuales circulan los Google, los Facebook o los YouTube del mundo, que son los que se llevan los ingresos. Tenemos que buscar adaptarnos al cambio”, sostuvo el presidente de la CTU, José Pedro Derrégibus, en su discurso de cierre del evento.

    Existen también sistemas híbridos como Netflix, que da un servicio cerrado sobre la red abierta, o los que combinan el broadcasting con Internet, como la televisión para abonados de proveedores como DirecTV. Un suscriptor de esa empresa puede ver la programación de la señal satelital que capta la antena en el techo de su casa pero también puede acceder al contenido por Internet desde cualquier lugar del mundo.

    “Ves cómo cambian los modelos de negocios. Parten de la premisa de que el cliente ya es suscriptor y no importa tanto cómo le entrega ese servicio —sostiene Bellagamba—. Conceptualmente cambia mucho, y eso creo que te da una pista de por dónde va a ir el negocio para el futuro, cómo se independizan del medio de transmisión los proveedores de contenidos”.

    Otros ingresos.

    La falta de un modelo de negocios comprobado es lo que hace dudar a las cadenas de lanzarse de lleno. Los ingresos por publicidad en Internet siguen siendo escasos y el alto nivel de piratería online permite que muchos accedan a contenidos gratis.

    Bellagamba opina que en los últimos años la cultura de la gratuidad en Internet “cambió mucho” porque el público “ya no tiene miedo de pagar”.

    “La gente pretendía que las cosas fueran gratis en tanto la calidad no colmara las expectativas. Hoy, mientras vos recibas la calidad esperada por el precio que estás dispuesto a pagar, ya te es indiferente. Internet es tan ubicua que dejó de ser un medio disociado de los otros medios”, sostuvo.

    El productor audiovisual Fernando Labrada, presidente de la consultora Media Research Consultancy, considera que “la publicidad no es la reina de los ingresos” sino que “hay otros modelos”, como el VoD o el patrocinio.

    “Hay que buscar otros ingresos, y los ingresos van a venir básicamente del mundo del ‘on demand’. Por eso tiene mucha importancia el pay TV, por eso tienen mucha importancia los canales temáticos. El hecho de que yo pueda hacer un click en Internet y pagar 0,5 dólares, eso es el futuro”, dijo a Búsqueda.

    “La televisión no va a perder terreno en Internet. Lo va a ganar. Es una oportunidad nueva para los propios operadores. Internet no es una alternativa a la televisión, es un medio donde la televisión se va a desarrollar”.

    Un híbrido.

    En busca de ese modelo que incorpore las nuevas tecnologías pero sea negocio, desde el 2012 las grandes cadenas del mundo estudian un sistema de transmisión de contenidos que combine el modelo tradicional de broadcasting con Internet. La iniciativa que están elaborando se llama Future of Broadcast Television (FoBTV); nació en una reunión en Shanghai en 2011 y se formalizó con la firma de un memorandum un año después.

    Rafael Sotelo, representante en Uruguay del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, explicó el 14 de agosto en una conferencia en la Intendencia de Montevideo el razonamiento de quienes lo impulsan. Las últimas tendencias marcan que los usuarios quieren ver los contenidos en cualquier momento y en cualquier lugar a través de sus terminales móviles y, según datos de Cisco, el “60% del tráfico de Internet” es de video y audio. Como “cada vez hay mayor demanda de banda ancha”, las cadenas incluidas en FoBTV no creen que “la infraestructura de banda ancha móvil pueda distribuir contenidos en una escala mucho más grande que lo que lo hace ahora” ni que “pueda absorber este tsunami de datos del creciente consumo de video por Internet hecho individualmente por terminales inteligentes”.

    Entonces los broadcasters proponen que la terminal de televisión del futuro tenga una “interfaz híbrida”.

    Esa terminal, explicó Sotelo, debería ser del estilo “smart TV” y manejar los contenidos que llegan por broadcasting y por Internet indistintamente, ocultando al usuario los aspectos técnicos relacionados con localizar y presentar el contenido; es decir, que el usuario ni siquiera tenga por qué enterarse de si está viendo un contenido por emisión tradicional o por Internet.

    El receptor recibiría contenidos por dos caminos: de uno a muchos, con el sistema de broadcasting tradicional y la posibilidad de grabar contenidos, y de uno a uno, con conexión de banda ancha por Wi-Fi

    “Este concepto de smart broadcast pretende generalizar el uso de plataformas híbridas a lo largo de la cadena de valor multimedia; se utiliza tanto el broadcasting como las tecnologías de banda ancha para resultar una gama completa de servicios de televisión ya sea para televisión fija o para las terminales móviles inteligentes”, explicó Sotelo.

    El experto adelantó, sin embargo, que no es seguro que la iniciativa FoBTV salga adelante. “Vimos mucha movida alrededor de esto; podrá cuajar o no. Aparte tienen años de llevarse mal, esa es una de las razones por las que podría no llegar a nada”.

    Bellagamba opina que “hay muchas oportunidades para los espacios híbridos”.

    “A medida que todos vayamos teniendo acceso a Internet, que sea de mejor categoría, vas a tener espacio para un montón de cosas”, dijo. El experto prevé que el futuro “apunta mucho más al Internet de las cosas” y a consumir productos culturales en “un montón de interfases distintas”.

    “Yo ayer miré el programa de Lanata y lo veía haciendo un broadcast desde mi teléfono —contó como ejemplo—. Se emite por Internet, lo ejecuto acá, lo transmito desde mi mesa de luz wireless hasta un Apple TV y lo veo en la tele. ¿Cuál es la pantalla ahí? Yo ya me perdí. Es mucho más difuso. ¿Qué converge en qué? ¿El celular en Internet o Internet en el celular? Un iPhone, qué es? ¿Es un teléfono? Recién puedo discar un número dando cuatro pasos. No es un teléfono, es un aparato que además tiene la capacidad de hablar por teléfono. Todo converge en uno; lo que estamos viendo es un mundo centrado en el usuario”.

    Desarrollo
    2014-01-02T00:00:00