Es la península más grande de Costa Rica. Limitada por el golfo de Papagayo al norte y el de Nicoya al sur en el océano Pacífico, Nicoya es un escenario de densa vegetación tropical, un paisaje constituido por playas de arena fina y grisácea, cabos, islas, acantilados, golfos, bahías, esteros y ríos de aguas que descienden drenando colinas de rocas sedimentarias y volcánicas.
El escritor y explorador Dan Buettner, habitual colaborador de “The New York Times” y creador del concepto “Blue Zones”, que refiere a los lugares del mundo donde se vive más tiempo y cuyos pobladores son más felices y gozan de mejor salud, incluyó a la península de Nicoya entre los cinco destinos de mayor población longeva del planeta. Precisamente sobre eso hace referencia en “Blue Zones: Lesson for Living Longer from the People Who’ve lived the Longest” (“La zona azul: Lecciones para una vida más larga de las personas que han vivido más”), libro editado por National Geographic Society, en el que presenta un catálogo de sitios con esta particularidad. En ese quinteto, Buettner ubica junto con Nicoya a las islas tropicales de Okinawa (Japón), la región de Barbagia en Cerdeña (Italia), la isla de Icaria (Grecia) y la séptima comunidad adventista de Loma Linda (California, EEUU).
Nicoya, con una extensión de cerca de 4.100 kilómetros y una población cercana a las 132.000 personas, ubicada al noroeste de Costa Rica, cuenta con más de 5.000 habitantes mayores de 75 años, según datos del Centro Centroamericano de Población (CCP). Además, los varones de esta región costarricense tienen la esperanza de vida más alta del mundo. Allí, un hombre que llega a los 80, puede vivir un promedio de 8,2 años más; y uno que alcanza los 90, tiene una previsión de vida 4,4 años más, por encima de naciones como Japón, Islandia o Estados Unidos.
En paralelo, una investigación realizada por el demógrafo Luis Rosero Bixby halló que en esta zona la mortalidad de los mayores de 90 años es 10% más baja que en el resto del país, y que la mortalidad por cáncer es 23% más baja.
Una vida con sentido. No es de extrañar que este país de Centroamérica tenga en el turismo de bienestar una de sus prioridades. De ahí que el slogan que aparece en la página oficial sea “Más que vacaciones, es salud”. “Vivimos en un sociedad en la que la gente está estresada, lo que no les permite dedicarse el tiempo suficiente a ellos mismos”, explica Ireth Rodríguez, jefa de Promoción del Instituto Costarricense de Turismo. “Costa Rica es una tierra de paraísos naturales que ha creado una combinación ideal entre estos ambientes y unas infraestructuras adecuadas para ofrecer un turismo de bienestar”, agrega.
La pregunta es cómo, de qué manera. Respuesta: en Nicoya, el visitante puede descansar en lugares paradisíacos, donde la comida, las actividades y los tratamientos de estética tienen como objetivo fundamental brindar un estado de bienestar.
Nicoya es una de las regiones más importantes en producción agrícola del país, además de ser uno de los destinos turísticos de mayor relevancia de Costa Rica. “Mucha población mayor actualmente sigue trabajando en sus tierras. Este trabajo que realizan a diario los mantiene llenos de vida”, sostiene Rodríguez. “Hay casos de gente de 90 años que sigue trabajando en sus campos sembrando yuca, maíz o frijoles. Esto hace que su vida tenga sentido y puede ser uno de los motivos por los que la gente del lugar sea longeva”.
El mundo sabe que la dieta mediterránea, el arroz y el pescado japonés son claves en el secreto de la longevidad. Los Templarios, que seguían una dieta rigurosa y atención a la higiene, vivían hasta los 70 años en la Edad Media, 35 más que el promedio de sus coetáneos, que vivían entre 25 y 40 años. Su dieta explicaría esa excepcional longevidad: poca carne roja, muchas legumbres, mucho pescado y abundante fruta fresca. Y en Nicoya, ¿qué comen los costarricenses de esa zona?
Rodríguez sostiene que la clave está en “una alimentación de productos libres de químicos”. Y agrega: “Una dieta sana basada en alimentos como el maíz, los frijoles, la yuca y la leche”. Los habitantes de la península también comen muchas frutas, verduras y cereales que contienen muchos nutrientes, fibra, carotenos, proteínas y vitaminas, “además del consumo de agua que, según los científicos, ha podido contribuir a que los habitantes más longevos de la zona hayan desarrollado un organismo fuerte”, agrega Rodríguez. Otro factor alimenticio que contribuiría a la longevidad de los nicoyanos es la alcalinidad del agua, aunque todavía están pendientes los estudios que confirmen esta hipótesis.
Turismo sostenible. El visitante puede encontrar playas aisladas para relajarse bajo el sol, maravillosas reservas naturales (Parque Nacional de Diriá, Parque Nacional de Barra Honda o Marino Las Baulas), pueblos rurales, algunos de los mejores puntos para surfear y correr las perfectas olas de tubo (Playa de Sámara o Playa Nosara, entre otras). “Y todo esto con una gran oferta hotelera, una exquisita oferta gastronómica y spas para cuidar, tanto cuerpo como alma”, dice la agente turística. “Los visitantes de la región también pueden disfrutar de explorar las ensenadas y manglares de la zona sur y maravillarse con la llegada de las tortugas marinas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Ostional o descubrir en el Parque Nacional Barra Honda, el hogar de las cuevas subterráneas de Costa Rica”, concluye Rodríguez.Visita obligada para quien viaje a Costa Rica y busque tanto emociones, aventura como descanso y tranquilidad, esta escarpada zona bañada por el Pacífico presenta una oferta que combina, como pocos, ocio y naturaleza. La oferta de alojamiento es amplia y de calidad. Los visitantes pueden elegir desde hoteles-boutique a hoteles spa de categoría superior o “ecolodges”. También existe la opción de casas rurales para aquellos que quieran estar más en contacto con la naturaleza. El número de plazas hoteleras en la península de Nicoya es de 944 habitaciones para todos los gustos.
Costa Rica alberga aproximadamente 5% de la biodiversidad del mundo y 26% de la superficie continental del país es área protegida. El gobierno tiene como objetivo principal el respeto por la naturaleza. “Conjugar el turismo con la preservación de nuestros parques nacionales y reservas silvestres es uno de los mayores retos que tenemos y que por ahora estamos consiguiendo”, apunta Rodríguez. “Las reservas naturales tienen cupo limitado de visitantes, esa carga definida de cada área se respeta. Pero hay que resaltar que el porcentaje de zonas naturales que se visita es muy bajo y Costa Rica tiene muchas más zonas que están por descubrir”
Costa Rica se erige en un gran destino para visitar, así como el poseedor de una gran región para vivir… mucho.
ENVEJECIMIENTO LENTO
Inés Revuelta, docente e investigadora de la Escuela de Ciencias del Deporte de la Universidad Nacional (UNA) de Costa Rica, que actualmente desarrolla estudios para el envejecimiento con calidad de vida, destacó que por siglos las personas buscan “la fuente de la eterna juventud”, para lo que invierten en cirugías invasivas, costosos tratamientos y hasta métodos mágicos, sin tomar en cuenta que el secreto está en la buena alimentación y calidad de vida.
Sobre esta idea —aunque poco original, por cierto— también gira el concepto de “zona azul” (blue zones) creado por el escritor y explorador Dan Buettner, para referirse a los lugares del mundo donde la gente es más longeva y feliz. El primero tiene relación, precisamente, con una alimentación sana. Con una dieta rica en vegetales y productos naturales. Un segundo aspecto se vincula con la actividad física, la cual no necesariamente tiene que ser intensa sino de forma gradual, de manera regular. En algunos pueblos esto quiere decir media hora de caminata diaria, algo que se aleja del concepto de ir todos los días a un gimnasio. Un tercer punto es que los nicoyanos cuentan con una red social muy importante. “Son personas que están rodeadas de familiares y amistades”, comenta Revuelta.
Un cuarto elemento que caracteriza a las zonas azules es tener fe. Según explica Revuelta, en el caso de la séptima comunidad adventista de Loma Linda, California, esa es la fortaleza principal.
Un quinto y último factor y quizá uno de los más importantes: tener un propósito de vida. La investigadora de la UNA comentó que en las islas de Okinawa, otra zona azul del planeta, se emplea la técnica del Ikigai que, para ellos, se traduce en eso: un propósito de vida. En un estudio realizado con los adultos mayores de Okinawa se comprobó que estas personas siempre tenían un propósito para levantarse cada día. “Si todas las personas adoptamos en nuestras vidas estos cinco aspectos estaríamos garantizando calidad de vida”, subraya la investigadora.
A partir de estos cinco elementos, Revuelta comenzó a trabajar en lo que ella ha definido como “Envejecimiento inteligente”. Esto es, un conjunto específico de actitudes y talentos que desarrolla una persona en relación con su calidad de vida por medio de conductas que favorezcan la longevidad, con el fin de ejercer a la hora de mejorar su expectativa de vida.
En base a EFE