La película del director Álvaro Brechner se presentó en Venecia y recibió tres nominaciones a los Premios Goya como Mejor filme iberoamericano, Mejor guion adaptado, y Mejor actor secundario (Antonio de la Torre).
, regenerado3La película del director Álvaro Brechner se presentó en Venecia y recibió tres nominaciones a los Premios Goya como Mejor filme iberoamericano, Mejor guion adaptado, y Mejor actor secundario (Antonio de la Torre).
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Es una película. Basada en hechos reales. La historia de la prisión que vivieron, más en condición de rehenes que de presos, tres integrantes del movimiento tupamaro, durante 12 años. No cualquier integrante. Con el tiempo, un presidente del Uruguay famoso en todo el mundo; un ministro de Defensa muerto en funciones; un escritor que ocupó un cargo de cultura municipal. Es una película. Inspirada en el libro que Rosencof y Huidobro publicaron a dos años de recuperar la libertad. Es en Memorias del calabozo que quedó escrita la historia de su encierro y supervivencia. Y es sobre esa narrativa que el cineasta Álvaro Brechner decidió hacer su película.
Es una película. Que cuenta, de una manera muy precisa, el día que cayó Huidobro. Es una escena muy realista. El sangriento abril de 1972, cuando policías y militares irrumpieron en la casa de la calle Amazonas 1440, en Malvín, y mataron a Luis Martirena y su esposa Ivette Jiménez. En una buhardilla fueron atrapados Huidobro —herido— y Cámpora. Plantadas fueron las armas para justificar un tiroteo a mansalva. La casa, donde tiempo después se criaron los Fernández, los mismos de los Buenos Muchachos, todavía tiene algunos agujeros de bala. Eso me dicen. Es una película, que apela a lo onírico pesadillesco para exponer los vaivenes del espíritu humano en condiciones de aislamiento. Y también apela al humor. Incluso, a lo cursi.
Es una película. Una película que enseguida levantó polvareda. Que rápidamente avivó lo inevitable: el intenso debate del pasado reciente. Es una película. Que no refleja fielmente todo lo que pasó. Que tiene el sesgo romántico —épico— de la literatura tupa. Que es una nueva publicidad para la fama internacional de Mujica. Que cuenta la mitad de la historia. O menos todavía. Es que es una película. No la antología del origen y desenlace de la violencia del pasado cercano. No es un documental siquiera. No viene a saldar las diferencias, pero tampoco a exagerarlas. Ni construye nuevos héroes, ni esconde viejos villanos. Es una película. Y una bastante buena, por cierto.
* Periodista, coconductor del programa Fácil desviarse de Del Sol FM.