Continuación de la nota central, 'Bacteria que causó muerte...'
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáOcurre desde 1980. La Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) realiza un monitoreo semanal para analizar la presencia de marea roja en la costa uruguaya que tiene extracción comercial. Toman muestras en Punta del Este, en Rocha (La Paloma, Arachania, Punta del Diablo y Barra del Chuy) y ocasionalmente en Piriápolis.
Las mareas rojas están formadas por una gran proliferación de algas tóxicas. Estas suelen estar en mariscos bivalvos. Las personas al ingerirlos pueden padecer problemas de salud que van desde diarreas y vómitos hasta parálisis neuromusculares, dependiendo de qué toxina se trate.
La Dinara establece vedas cuando detecta que el problema está presente y esto es resultado de un trabajo de investigación. Desde 1980 hubo 10 años de ausencia de toxicidad en moluscos (entre 1981 y 1991). A partir de 1991 se convirtió en un problema más seguido.
“Cada vez son más frecuentes en Uruguay y también a nivel mundial”, dijo Dinorah Medina, jefa del Departamento de Industria Pesquera de Dinara, quien opinó que no es posible afirmar que se deba al cambio climático pero sí se ve una tendencia clara al aumento.
En junio de 2017 hubo veda por marea roja que se levantó en julio, luego se implantó en agosto y se volvió a retirar en octubre y ese mismo mes se volvió a implantar hasta ahora, con algunas excepciones puntuales como la almeja y el berberecho.
Pese a este esfuerzo, “mucha gente no le hace caso a los comunicados de Dinara”, comentó Medina. “Acá recibimos las muestras y las procesamos, es totalmente objetivo pero mucha gente no le hace caso”, agregó. Además, hay quienes se resisten a respetar las recomendaciones del no consumo. Los comunicados están en el sitio web con todo el detalle, pero “falta difusión” y la Dinara sigue recibiendo consultas telefónicas.
“Cuando decimos que hay toxicidad nos gusta que nos respeten”, enfatizó Medina.
Los bivalvos son “filtradores, todo lo que pasa por el agua entra por el bivalvo y lo retiene”, explicó Medina. Si bien el calor destruye bacterias presentes en estos productos de mar, las altas temperaturas de la cocción no destruyen las toxinas que causan la marea roja.
“Cuando sacamos los comunicados empiezan las preguntas, ¿y si le echo limón? ¿y si lo caliento? Hemos escuchado de todo y no. No se va a destruir por nada”, aseguró Medina.
Las prohibiciones establecidas por Dinara se levantan cuando detectan que las toxinas ya no están presentes. Así como las toxinas entran al bivalvo pasado el tiempo al retirarse la marea roja, el agua misma depura el tóxico hasta que finalmente desaparece del molusco.
Actualmente hay una veda que se mantiene desde octubre de 2017. Solo se levantó la de almejas en diciembre de 2017 y en enero de 2018 para el berberecho. Se mantiene porque el problema sigue presente. La presencia de estas algas tóxicas se asocian a la luz solar y temperaturas cálidas en las aguas que favorecen a que las floraciones de algas continúen, explicó Medina.