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“Estación Las Piedras”, anuncia Carlos con un cantito mientras avanza por el pasillo desde el fondo del tren hasta la puerta delantera. Sólo pasaron 32 minutos desde que el coche partió con cinco pasajeros desde la Nueva Terminal de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE), ubicada en la esquina de Paraguay y Nicaragua.
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El guarda baja del coche y se queda en la estación conversando con un vendedor de repasadores y manteles. El tren recién emprenderá el camino de regreso en 20 minutos. La charla es interrumpida continuamente por las preguntas de vecinas que pasan por la estación: algunas quieren saber a qué hora pasa el tren que sigue hasta las localidades de Progreso y 25 de Agosto, otras simplemente quieren saber los horarios del tren porque planean llevar a sus hijos a conocerlo. Otros no hacen preguntas, pero se toman fotos frente al ferrocarril.
“Las tenés muertas a todas las viejas, Carlitos. No va alcanzar el tren para llevar tanta vieja”, bromea el vendedor cuando ve venir de regreso al guarda. Ambos se conocen desde hace tres años, cuando el vendedor comenzó a tomar el tren por las tardes luego de trabajar desde temprano en la mañana ofreciendo sus repasadores en el 121.
Pero, en contra de las predicciones del vendedor, el coche motor emprende el camino de regreso con sólo 15 pasajeros, cuando tiene capacidad para llevar 68 sentados y 45 parados. Con el tren nuevamente en marcha, y luego de dar una entrevista a un canal de televisión de Canelones, Carlos se acerca otra vez al vendedor, que le entrega una tarjetita.
“Te invito a mi cumpleaños”, le dice y suelta una risa pícara y de pocos dientes, mientras su amigo observa el papel y descubre que se trata de la tarjeta de una casa de masajes.
Cuando retoman la charla ambos coinciden en que el próximo tren que saldrá es en el que viaja más gente. “Ahora agarramos la salida de los trabajos y la salida de Fripur”, comenta Carlos.
El presidente de AFE, Jorge Setelich, sostiene también que “a última hora” de la tarde “mucha gente de trabajo” aprovecha para subir al tren. “Pasa que son 36 minutos a Las Piedras, para el que anda en ómnibus es la mitad de tiempo”.
Comparación.
Viajar en ómnibus desde la terminal de Colón hasta la parada más cercana a la Nueva Estación de AFE puede tardar entre 31 minutos y 59 minutos, según las estimaciones de la página web de la Intendencia de Montevideo. Para realizar ese trayecto los usuarios tienen a disposición seis líneas de ómnibus: G Ciudad Vieja, G Portones (ambos utilizan el corredor Garzón), D5, 148, 147 Aduana y 147 Ciudad Vieja.
La opción más rápida es el D5, que completa ese recorrido en 31 minutos, seguida por el G Portones, que tarda 35 minutos. Tanto el G Ciudad Vieja como el 148 demoran 38 minutos en unir esos dos puntos, el 147 Aduana lo hace en 48 minutos y el 147 Ciudadela en 59 minutos.
El D5, que es el que hace más rápido el trayecto, es una línea diferencial y por eso el boleto cuesta $32.
Los pocos pasajeros que partieron el viernes 27 a las 13:40 desde la Nueva Estación de AFE tardaron apenas 15 minutos en llegar a la Terminal de Colón. Antes de subir al tren solo tuvieron que pagarle a Carlos $17 por su boleto para viajar en asientos reclinables y con aire acondicionado.
La comparación es aún más ventajosa para el tren si se toma a Las Piedras como destino. Las líneas de ómnibus 230 (Cutcsa), 4A, 4D y 5D (Coetc) realizan ese recorrido.
El boleto del 230 para ese tramo cuesta $40 y, dependiendo de la hora, puede demorar entre 60 y 78 minutos en unir la terminal de Río Branco con el barrio Obelisco de Las Piedras, según los itinerarios publicados en la página web de Cutcsa. El 4D tarda 72 minutos en viajar desde Río Branco al barrio San Francisco de Las Piedras, mientras que el 4A y el 5D demoran entre 88 minutos y 92 minutos en hacerlo.
En tren, llegar desde la Nueva Terminal hasta Las Piedras demanda $32 y 36 minutos, aunque el viaje del 27 de setiembre el tren lo hizo en 32 minutos.
La gran desventaja del tren a la hora de transportar pasajeros —y para los pasajeros a la hora de viajar— es la frecuencia. De lunes a viernes AFE presta 11 servicios diarios a Las Piedras entre las 5:46 y las 19:16. Para el trayecto a Colón, solo la línea G cuenta con 260 frecuencias diarias. En tanto, sumando los servicios de Cutcsa y Coetc a Las Piedras hay casi 200 frecuencias diarias de ómnibus.
¿Novelería?
Al mediodía del viernes 27 la Nueva Terminal de AFE parece parte de una película de catástrofe en la que tras una invasión extraterrestre todos los habitantes se marcharon pero algunos edificios siguen allí, intactos, desiertos. En la boletería un papel anuncia los precios del boleto hasta las distintas estaciones, pero detrás de la persiana baja no hay nadie. Desde afuera solo se escuchan los pasos sobre la tierra del guardia de seguridad.
El panorama era totalmente distinto el fin de semana del 21 y 22 de setiembre, dos días después de que se inaugurara el servicio. Según dijo a Búsqueda Setelich, sólo el sábado cerca de 1.400 pasajeros usaron el tren, aunque sabe que “mucha gente fue a ver cómo era por novelería”.
El presidente del ente sostuvo que las cifras de pasajeros transportados son aún “muy inestables”. De todos modos es “optimista” con el servicio porque insume “la mitad” de tiempo que el ómnibus y asegura que se está “empezando a subir gente de trabajo”.
El gerente de pasajeros de AFE, Juan Silveira, dijo a Búsqueda que la cantidad de pasajeros viene incrementándose sostenidamente y anunció que harán un balance del funcionamiento de las nuevas unidades cuando se cumpla un mes de servicio.
Los usuarios habituales, en tanto, disfrutan la diferencia con el servicio anterior. “¡Qué andar que tiene esto, qué nivel!”, cavilaba solo en un asiento un veterano al que Carlos ayudó a subir en la estación Carnelli. “Ayer ya me calenté con un ciruja que subió tomando cerveza y se paraba en el asiento”, le comentaba indignado al guarda, que respondía solo con una mirada comprensiva.
