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Un recorrido por los tragos más consumidos en Punta del Este
Barra de La vermutería del este en I´marangatú. Foto: Adrián Echeverriaga.
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Sunset Beach, de Posto 5, lleva Aperol, ron, maracuyá, limón y almíbar neutro. Es refrescante, cítrico y vistoso. Foto: Adrián Echeverriaga.
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Expresso I’marangatú, contiene vodka Sernova, licor Borghetti, almíbar y un shot de café expreso. Foto: Adrián Echeverriaga.
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El trago de la casa del parador Muelle 3 comparte nombre con el local gastronómico. Contiene gin, romero, albahaca, lima, pomelo y vino blanco. Foto: Adrián Echeverriaga.
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Elegante by Willy Mike es un trago de Provence Wine & Spirits Bar de Enjoy; tiene limoncello, maracuyá, ananá, almíbar de mandarina y espumante. Foto: Lucía Durán.
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Punta Sour de Huma, contiene vino tannat, grappamiel y bourbon. Ganó el premio de Mejor cóctel de Punta del Este en el torneo organizado por la Asociación Uruguaya de Bartenders.
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Big Bang Tai es un trago de Huma, de The Grand Hotel; tiene jugo de lima, ron, Tanqueray Sevilla, amargo de angostura y amargo de naranja.
Las vacaciones de veranoson el momento ideal para relajarse y disfrutar, y muchos eligen pasar esos momentos con un buen trago. Ya sea un clásico, uno de autor o uno sin alcohol, estas preparaciones son el maridaje preferido para los días y las noches de calor.
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“La cultura de la coctelería viene creciendo en Uruguay”, asegura Felix Alves, el bartender brasileño a cargo de Huma, el cóctel bar del rooftop de The Grand Hotel. Pero el desarrollo de esta rama de la gastronomía no solo es notorio aquí sino en el mundo entero. Su colega español Christian Hornos, que visitó el hotel Enjoy a comienzos de la temporada para experimentar con nuevas materias primas, sabores y texturas, lo explica de la siguiente forma: “La coctelería siempre ha sido una mezcla de cosas, agarrar un producto y darle cierto sabor a un destilado, o hacer una mezcla de un determinado producto con otro, pero solo mezclar. Por qué no empezar a pensar como lo hacen los cocineros o pasteleros. ¿Cómo puedo hacer para gelificar cualquier producto y comerlo en otra textura? La coctelería comenzó a ir un poco más allá”, señala. “Antes se utilizaba mucho la base, lo que venía dentro de la botella, ahora cada bartender crea su propio almíbar o hace su propio bitter. Cada uno va teniendo sus propios secretos, igual que los chefs. A eso se suma que las marcas de bebida han diversificado muchos sus sabores. Los productos tienen más variedades que antes. Esto permite que los bartenders puedan llegar a productos finales más originales. Es una mezcla entre la creación del bartender y de la propia industria”, dice Hornos.
Benteveo de Magnum se prepara con Gin Libertad (nacional), shrub de peras y tandori, tónica y va acompañado de un “huevo” que es una esferificación de maracuyá, mango y óleo saccharum. Foto: Lucía Durán.
Horacio Silvera, el jefe de barra del parador Posto 5, ubicado en la parada 5 de la Mansa, coincide en que ha cambiado mucho en los 14 años que lleva trabajando en el rubro. “Han aparecido un montón de técnicas y herramientas que te permiten innovar y hacer cosas diferentes. Cuando empecé la coctelería era más básica, hoy hay espumas, gelificaciones de alcoholes, distintos métodos de trabajo”.
Alves, que ha trabajado en Ibiza, Londres y Fernando de Noronha, entre otros destinos, ve al uruguayo como un público bastante curioso, que no tiene miedo de probar cosas nuevas y tiene mucho interés por la gastronomía en general. Cree que es fácil trabajar con uruguayos y que el turismo familiar que recibe Punta del Este permite crear productos más sofisticados de lo que se puede hacer en otros puntos, que reciben un turismo más joven. El público familiar tiene un mayor poder de compra y además busca una experiencia más completa a nivel gastronómico y confortable a nivel de servicio. Contrapone al turista que llega a Punta del Este, por ejemplo, con el que reciben las playas de Ferrugem, en Brasil, que es muy joven y no muestra demasiado interés por lo gastronómico.
Mr Raul de Posto 5, tiene whisky Jack Daniels Honey, Aperol, maracuyá y limón. Lleva un garnish de naranja deshidratada y una ramita de canela. Foto: Adrian Echeverriaga.
“Me gusta trabajar aquí porque la oferta de cócteles tiene tonos más bitter e incluye tipos de bebidas que no trabajamos tanto en otros países, como la grappamiel. No sé si es por la innmigracion italiana propia de Uruguay o por estar cerca de Argentina, que también tiene una inmigración italiana muy fuerte. Pero hay mucho consumo de productos con tonos amargos como fernet, campari, cynar (licor de alcachofas), más que en todas las otras partes del mundo donde trabajé. El consumo es más del que veo en Ibiza, por ejemplo, y la facturación en Ibiza es mucho mayor”, asegura.
Silvera, en tanto, se anima a dar otra posible explicación para el gusto de los uruguayos —y argentinos— por las bebidas con tonos amargos. “La gente que toma mate desarrolla el paladar de los amargos mucho más que una persona que no, tiene una mayor tolerancia y aceptación”, explica y añade que “a un centroamericano, que está acostumbrado a tomar cosas dulces, le das un trago amargo con fernet o cynar y probablemente no le guste”.
Contrario a lo que opina Alves, Silvera ve al público uruguayo como muy convencional. En su opinión, la innovación llega de la mano de las nuevas generaciones que se animan a probar nuevos sabores y texturas, aunque admite que la apertura también depende de la llegada de nuevos productos al mercado. “Hace 20 años tomar Jägermeister no era común porque no se conocía”, explica.
Sbagliato es un trago con vermouth Carpano Rosso, bitter rojo, espumante y una rodaja de naranja, de I´marangatú. Foto: Adrian Echeverriaga.
Los clásicos versus los de autor. “Los tragos de autor están de moda”, asegura Guillermina de los Santos, que integra el plantel de bartenders de Enjoy Punta del Este desde hace ocho temporadas. La tendencia, que se puede apreciar a simple vista si uno se detiene a estudiar las cartas de los bares de tragos, es a ir hacia los tragos con firma, más complejos e innovadores en sus sabores. A pesar de que las preparaciones tienden a ser cada vez más elaboradas, el arte de la coctelería se basa en el equilibrio y nada puede tapar el sabor de lo otro, por lo que crear un trago que conquiste al público no es tarea sencilla.
Artista, este trago de Huma el bar del rooftop de Grand Hotel, contiene tequila añejo 1800, martini dry, jugo de ananá, almíbar de bayas de goji con un garnish de anís estrellado.
Cada lugar tiene su trago insignia y la mayoría de las veces, como sucede con los platos en los restaurantes, es el que lleva el nombre de la casa. Pero hay nombres que son repetidos por los clientes, estén o no estén en las cartas. “Los clásicos por algo son clásicos”, dice Silvera. “Hay tragos como el Negroni (cóctel de origen italiano preparado a base de gin, campari y vermut rosso) que se siguen consumiendo hasta el día de hoy”, explica. Lo que muchas veces sucede con los clásicos es que se hacen reversiones, se utiliza la misma base pero se representa de diferentes maneras, sour o spritz, por ejemplo.
Muchos de estos cócteles son fáciles de preparar. Se les llama de corte cuando, como el cuba libre, consisten en mezclar dos bebidas, en este caso ron y cola, y agregar una rodaja de limón. Algo tan simple como eso resulta en un sabor que se ha transformado en estandarte de toda una nación.
Aperol spritz de Muelle 3. Foto: Adrian Echeverriaga.
El trago del verano. Entre los que tienen más salida en el verano destaca ampliamente el Aperol spritz, un trago de origen italiano compuesto por Aperol (un bitter con toques cítricos), prosecco (un vino blanco italiano) y agua con gas. Originalmente el spritz estaba compuesto solo por el vino blanco y agua con gas, pero luego se añadió este bitter desarrollado en los años 20 y nació el spritz de Aperol. En todas las barras consultadas comentaron que es el trago o uno de los tragos con más salida del verano. Su frescura parece ideal para esta estación, su colorido combina muy bien con los atardeceres playeros y además es muy fotogénico, detalle no menor en el mundo de las redes sociales.
Sin embargo, no es una novedad. “Es un cóctel de verano de ocho años atrás”, asegura Alves, que añade que en Huma lo preparan con almíbar de ananá, lo que le da un tono diferente. “En la última década el Aperol spritz está presente en todos los bares, si no hay Aperol spritz no es un bar de tragos”, asegura. Quizá la percepción de un boom en el consumo de este aperitivo se deba a que las modas internacionales llegan un poco tarde a Uruguay y no sea algo novedoso, sino un fenómeno que se repite desde hace varias temporadas. Sea como sea, este refrescante trago de tonos ocre, rojizos y anaranjados,que se sirve en versión clásica o reversionado, es el más elegido. Tal vez sea por su color atractivo y su sabor penetrante que perdura en la retina y en la mente del consumidor.
Lemobull y Bewitched, dos tragos sin alcohol de la carta de Provence Wine & Spirits Bar de Enjoy. Foto: Lucía Durán.
0%. Toda buena barra ofrece alguna opción sin alcohol para quienes no pueden tomar bebidas alcohólicas. Estas preparaciones son tan elaboradas como cualquiera de sus pares alcohólicas y los sabores a los que se llega pueden ser igual de complejos. Lo atractivo es que tienen un público objetivo más amplio en edad y que en algunos casos, especialmente si no contienen mucha carga de azúcares, pueden ser consumidas sin moderación.
Huma, Grand Hotel.
Un uruguayo, un argentino y un brasileño. Un uruguayo, un argentino y un brasileño entran a un bar. ¿Qué piden para tomar? Según lo recabado por Galería, es probable que el uruguayo pida un farol de whisky, con o sin hielo, o un trago que lo contenga, el brasileño algo con vodka, siendo una caipiroska una buena opción, y el argentino un fernet solo o con cola, aunque quizá cambie de idea y termine saboreando una copa de vino.