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Los policías con experiencia sostienen que cada vez que alguien asume al frente de la Jefatura de Montevideo, llega con planes que prometen ser la solución al aumento de la delincuencia. Y por lo general ocurre que en los primeros meses suelen haber buenos resultados, ya sea porque las ideas son buenas o porque los subalternos quieren “llenar el ojo” de su nuevo jefe, hasta que al poco tiempo la interna se relaja y las cosas vuelven a su curso.
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Cuando en mayo asumió al frente de la Jefatura de Montevideo, Mario Layera transmitió a su equipo y a quienes recibía en su nuevo despacho que su objetivo es torcer esa historia y eludir el destino que han tenido los cambios que aplicaron sus antecesores. Por eso, si bien los primeros resultados de su gestión muestran una baja en las rapiñas y una mejora en el tiempo de respuesta del servicio 911, Layera planteó a las autoridades del Ministerio del Interior que es necesario esperar unos meses antes de sacar conclusiones, dijeron a Búsqueda fuentes de esa secretaría de Estado.
En particular, el jefe de Montevideo está preocupado porque las resistencias internas a los cambios que impulsa el Ministerio hagan naufragar las Unidades de Respuesta de la Policía de Montevideo (URPM), uno de los principales cambios que aplicó. Pero no solo el presunto “boicot” interno es un problema, el aumento del patrullaje puede trancarse por cuestiones práctica: faltan efectivos con libretas de conducir y hay policías sin suficiente preparación.
Cifras.
En abril, cuando el jefe de Montevideo era Diego Fernández, las denuncias de rapiñas (robo con violencia o amenaza de violencia) alcanzaron el punto más alto en el año, según datos de la Jefatura. Recién en setiembre el delito que más preocupa a las autoridades del Ministerio y la Policía, por su efecto en la sensación de inseguridad de la población, bajó a menos de 1.000 en un mes (ver gráfica).
A ese dato se suma el hecho de que setiembre fue el mes con mayor cantidad de procesamientos en Montevideo. Ese mes hubo 367 personas procesadas por la Justicia, 194 por hurtos o rapiñas. Mientras que la caída en las denuncias puede deberse a que las víctimas prefirieron no recurrir a la Policía o que los delincuentes bajaron su actividad, el incremento de los procesados marca “mejor el desempeño” de la Policía, explicó un oficial de la Jefatura que participa en las reuniones de Comando.
Layera transmitió esos datos a las autoridades del Ministerio, dijeron los informantes, pero les advirtió que “es pronto para saber el impacto” del despliegue. “Evidentemente se estaba dando un incremento del delito a partir de marzo que ahora está empezando a reducirse. Hay que esperar a los próximos meses”, añadió.
El nuevo despliegue implicó la creación de las URPM, compuestas por al menos un patrullero, un móvil encubierto, cuatro motos y los efectivos de a pie u otros vehículos que puedan aportar las comisarías. Esos equipos están asignados a controlar uno o más sectores de la capital.
En una entrevista con el semanario “Voces”, publicada el jueves 10, el ministro Eduardo Bonomi sostuvo que cuando se planteó el nuevo sistema de patrullaje “tuvo resistencias”, pero que ahora “hay cada vez más gente que quiere participar” en la propuesta. “Las evaluaciones primarias indican que ha aumentado de forma importante la cantidad de delincuentes que están siendo detenidos en momentos en los cuales están llevando adelante un hurto o una rapiña”, añadió.
Para Layera, los oficiales de Policía de Montevideo están empezando a comprometerse con la reestructura, aunque todavía hay núcleos de resistencia y, en algunos casos, hay problemas de “capacitación” del personal. La idea de las autoridades es que las comisarías destinen la amplia mayoría de sus efectivos a tareas de vigilancia y eso “choca” con el hecho de que muchos no tienen práctica “suficiente” para enfrentar situaciones de emergencia, como enfrentarse a un delincuente en la vía pública, explicó uno de los consultados.
Los primeros resultados favorables también se deben, de acuerdo con las autoridades del Ministerio, a la disminución del tiempo de respuesta de la Policía ante las llamadas de emergencia.
Según datos de la Policía, en el 98% de los casos la respuesta a las llamadas “prioridad 1” —hechos graves y en proceso como rapiñas o copamientos— está por debajo de los 10 minutos, cuando hasta hace unos meses se demoraba entre 10 y 20 minutos.
Móviles.
El Comando de la Jefatura cree que el patrullaje puede seguir mejorando y por eso tiene expectativas positivas ante la llegada de los vehículos que adquirió el Ministerio. No obstante, los informantes explicaron que la posibilidad de que haya más autos y motos en la calle se puede ver postergada porque faltan policías con libreta de conducir.
Las nuevas autoridades de la Policía de Montevideo advierten que hace cerca de dos años hubo una donación de decenas de motos y que muchas estuvieron varios meses sin ser armadas porque no había quiénes las pudieran manejar.
Al ser interrogado al respecto, un oficial que está trabajando en la reestructura de Montevideo respondió que a “cada paso” que se da aparece “un nuevo problema”.