entrevista de Mauro Florentín
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDespués de la crisis de la aftosa de comienzos de la década pasada, Uruguay recuperó casi todos los mercados de exportación y va por más. El titular de la Dirección de Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería (MGAP), Francisco Muzio, dijo a Campo que la expectativa es que el acceso para la carne vacuna y los lácteos se concrete antes del final de la actual administración de gobierno.
El MGAP además tiene en la mira otros destinos que se muestran atractivos, como Panamá, para la colocación de carne bovina y ovina.
En cuanto a mercados a los que ya se accede con negocios de la carne y los lácteos “los empresarios no se pueden quejar”, sostuvo el jerarca.
Sobre la situación sanitaria y la aftosa, Muzio dijo que esa enfermedad no está “erradicada” pero se va “caminando bien hacia ese objetivo”.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista.
–La carne vacuna es uno de los productos uruguayos que se venden a más mercados. ¿Qué evaluación hace de la gestión de Ganadería en esa área?
–Más allá de la cantidad de nuevos mercados a los que accede actualmente la carne vacuna uruguaya —que eran algo más de 80 en 2005 y ahora se superan los 120—, lo importante es su cualidad. El ingreso a Corea del Sur tiene un significado muy importante por el hecho de entrar a un mercado siendo un país que está libre de fiebre aftosa con vacunación.
Tras la crisis de la aftosa en 2001 primero se logró la apertura de Estados Unidos y luego vino México —que llevó una larga negociación—, lo que fue una señal importante para alcanzar el objetivo de tener otros destinos para la carne uruguaya.
–¿Los exportadores aprovecharon esos mercados?
—La apertura del mercado coreano es todavía reciente, ya que primero se aprobó el ingreso de carne de un grupo de frigoríficos y ahora una segunda tanda. Es un mercado que aún se está conociendo y en que la carne importada, no solo la de Uruguay, tiene valores inferiores a la coreana. Tal vez por el gusto, la tradición y de razas desarrolladas por ellos. Es una raza muy similar a la Wagyu, que también tiene un alto contenido de grasa intramuscular, y eso hace que les guste más, paguen precios mayores, pero el consumo además es menor al del uruguayo. Un kilo de carne local era de U$S 35 a U$S 40 y la importada vale la mitad, dependiendo del corte.
—¿Se desaprovecharon oportunidades comerciales en el caso de la carne?
—Varias veces participamos de la Junta Directiva del Inac y ahí se nos plantea, junto con la Unidad de Asuntos Internacionales del Ministerio, cuáles son los mercados en los que tienen más interés los empresarios. En algunos se nos ha demorado (la apertura), como el caso de Japón, que tiene un análisis de riesgo prolongado y voluminoso en cuanto a solicitud de información. A veces, los mercados eran interesantes en un momento y luego ya no. La fortaleza está en tener una amplia gama de posibilidades.
En cuanto a mercados accesibles, en el caso de la carne los empresarios no se pueden quejar. En los productos lácteos se da la misma impronta, ya que pueden ingresar a casi todos los mercados del mundo.
–Para la carne falta Japón. ¿El año próximo puede darse la apertura de ese mercado?
–Pienso que sí. Por la expectativa y los avances alcanzados hasta ahora es probable que en 2014 se logre la apertura del mercado de Japón. El objetivo es llegar a eso antes del final de la actual administración de gobierno.
Se debería valorar cómo se evolucionó en el marco sanitario desde la crisis aftósica, donde Uruguay jugó un papel relevante a nivel regional. La fiebre aftosa no es un problema de un país; si hay una enfermedad transfronteriza que es importante esa es la aftosa. No debemos olvidar los casos que hubo en países de la región, como Brasil, Argentina, Paraguay, siendo el más reciente en enero de 2012.
No estoy asegurando que la enfermedad esté erradicada, pero sí que vamos caminando bien hacia ese objetivo.
–¿Hoy todavía existe riesgo a nivel regional de que se den casos de aftosa?
–Lo que no está totalmente descartado es que exista circulación viral, por las características de la ganadería. Pero estamos avanzando mucho. Se habla de instalar un banco de vacunas a nivel regional, al igual que Estados Unidos. En el futuro el riesgo mayor será más extrarregional que intrarregional, porque la aftosa en el mundo sigue existiendo.
Creo que se maduró. Paraguay corrigió algunos temas, como el manejo de la autoridad sanitaria.
–En ese sentido, ¿qué rol juegan los ganaderos uruguayos que están produciendo en Paraguay?
–En las zonas de Paraguay donde están instalados los productores uruguayos no hay problemas sanitarios, como por ejemplo la fiebre aftosa.
En los años noventa trabajé varias veces en ese país y el cambio que hay hoy en Paraguay en eso es muy significativo. Porque en el Chaco han desarrollado pasturas y están logrando ganadería y engorde donde antes solo había vegetación chaqueña.
–Cada tanto la Unión Europea (UE) rechaza algún embarque de carne uruguaya. ¿A qué se deben esos problemas?
–Justamente, a la reciente misión europea que inspeccionó la producción de carne de Uruguay le planteamos que el Comité Veterinario Permanente del Cono Sur hizo gestiones ante la UE y la Organización Mundial de Sanidad Animal señalando que algunos controles que se aplicaban en algunos puertos de entrada a Europa, como Holanda y Alemania, no tenían base científica para aseverar que las bacterias que encontraban eran cepas patógenas de escherichia coli (bacteria). Y tampoco la UE tiene una postura única para todo ese bloque y lo que queremos es que las reglas de juego sean claras en ese aspecto.
–¿Cuáles fueron las observaciones que hizo esa auditoría europea respecto a las cuotas de exportación de carne con el pago de aranceles rebajados?
–La principal observación es que el Instituto Nacional de Carnes debe tener registro tanto de lo que va para la cuota Hilton como lo que rechaza. Los europeos detectaron que el Inac no llevaba un registro de los cortes de carne que la certificación de calidad rechazaba. Es una situación perfectamente corregible.
–¿El gobierno tiene previsto pedir a la UE un aumento de la cuota Hilton? ¿Cuáles son los mercados potenciales para avanzar en carne y lácteos?
–El Inac ha propugnado ese tipo de acciones y los Ministerios de Ganadería y de Relaciones Exteriores pueden hacer gestiones. Pero es muy difícil lograr esos cambios en la UE. Ahí las cosas requieren consultas a muchos países, por lo que demandan bastante tiempo.
En lácteos se lograron accesos importantes en Centroamérica, como Costa Rica y Panamá.
Ahora estamos esperando una misión para la apertura del mercado panameño para las carnes bovina y ovina. Ese país, por todo el movimiento que implica el canal de Panamá y las obras de ampliación previstas —que significarán prácticamente un segundo canal—, tiene un gran potencial de consumo. Lo he visto en los hoteles las veces que me tocó viajar a la reunión de la Comisión Panamericana para la lucha contra la fiebre aftosa.
12 casos sospechosos de aftosa y controles aleatorios para el verano
–¿Cuántos casos sospechosos de aftosa descartó Ganadería en 2013?
—Anualmente se descartan una docena de casos.
Hay una tendencia mundial, después de varios años de vacunación, al aflojamiento en esta, principalmente en casos de productores que no vivieron ese problema.
–¿El MGAP reforzará los controles sanitarios ante la llegada masiva de turistas en este verano?
–Los controles siempre se hacen. Cuando viene un gran número de turistas no es fácil hacerlos porque van directamente en contra del flujo de visitantes. Eso ocurre cuando los controles se hacen sumamente rígidos.
Estamos pensando más bien en un sistema de controles aleatorios, con la implementación de un semáforo: cuando se encienda una luz roja entonces debe revisarse todo el equipaje y si es verde sigue por un canal libre. De todas maneras, queremos fortalecer y profesionalizar las barreras sanitarias y para eso se realizó una consultoría. El Ministerio tiene planeado renovar los recursos humanos.
Pero seguramente la percepción en cuanto a las enfermedades más importantes, como la fiebre aftosa, es que el nivel de riesgo regional está en lo que es el entorno de las fronteras de Uruguay. Uno podría pensar distinto en algo que viniera de origen extracontinental, y ahí estamos hablando de otro tipo de cepa del virus (de aftosa) y de otra enfermedad que sea exótica.
Con un control aleatorio como el previsto, se estaría contemplando el riesgo regional.
Otra cosa es el tema del contrabando, que pasa por los controles aduaneros.
El riesgo de que el virus de aftosa ingrese a Uruguay no tiene la misma impronta que tenía hace unos 10 años.