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La producción de arroz en Uruguay alcanza registros de productividad (en kilos por hectárea) que “son altísimos”, de una manera “extremadamente eficiente” y con una integración de casi 40 años entre cultivadores, molinos e instituciones de investigación y del gobierno. Esos datos colocan al país “como un ejemplo en el mundo”, lo que lleva a tener “una preferencia” en algunos mercados, como Perú, México, Europa y otros destinos.
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Pero Goldoni advirtió que eso “no alcanza para cubrir los costos” de la cadena arrocera y que “como inversores” ven esto “con preocupación”.
Ese ejecutivo planteó la interrogante: “¿Si Uruguay no logra sobrevivir y competir de una manera satisfactoria en el mundo, con estos niveles de productividad y de preferencia en el mercado, entonces quién sobrevivirá?”.
En la zafra pasada el rendimiento promedio de arroz fue de 8.000 kilos por hectárea, 7% inferior a la anterior.
Respecto a las perspectivas del negocio para los próximos años, Goldoni manifestó que “deberá haber un ajuste al alza en el precio internacional del arroz, porque no es sostenible el programa de subsidio de Estados Unidos y porque los productores de Asia tampoco están ganando dinero”.
“Las perspectivas a corto plazo no son favorables pero en el mediano plazo esto se revertirá y volveremos a tener niveles de rentabilidad como en otros años”, dijo.
Saman, que fue creada en 1942 y adquirida en 2007 por la empresa Camil Alimentos de Brasil, maneja cerca del 50% de la producción de arroz local y se ubica entre los principales exportadores de ese grano en la región.
Parados
Varios camiones que transportaban arroz a Brasil “quedaron 15 días parados en la frontera brasileña sin poder ingresar” a ese mercado, debido a “problemas internos de la aduana” de ese país norteño, especialmente por los “paros”, se lamentó Goldoni.
Consideró que debido a esos inconvenientes las empresas uruguayas están “perdiendo la oportunidad de hacer el mejor negocio”, que es exportar a ese destino.
“Brasil es el mercado que hoy remunera mejor el arroz producido en Uruguay, con un precio promedio de la tonelada que está cerca de U$S 460 en frontera, lo que equivale a unos U$S 520 en Montevideo”, indicó. Pese a las trabas fronterizas, ese empresario resaltó que del volumen de arroz exportado en lo que va del año “casi un tercio” fue al mercado brasileño.
Comparó que el escenario actual es “totalmente diferente” al registrado en 2015, cuando el arroz brasileño competía con el grano uruguayo. Este año la colocación de arroz en Brasil representa “una ventana de oportunidad que es necesario aprovechar de la mejor manera” pero con dificultades por “la barrera que hay en la frontera”.
La producción arrocera brasileña es de unos 11,5 millones de toneladas de grano con cáscara y el consumo interno en ese país es de un volumen casi similar, pero el año pasado tuvo la oportunidad de exportar favorecido por la competitividad cambiaria, lo que restó grano para el mercado local.
A eso se sumaron las pérdidas de producción en el sur de ese país, debido a problemas climáticos. Entonces “este año tendrá que importar algo más de un millón de toneladas para cubrir el déficit” entre oferta y demanda, calculó Goldoni.
Comentó que además el gobierno brasileño no tiene un stock regulador para contener el precio interno del arroz, lo que dejó librado al mercado el valor de ese grano.
