En medio de la pandemia global causada por el virus Covid-19, los países tratan de proteger a sus poblaciones mediante la obtención de vacunas y la implementación de medidas sanitarias como el uso del tapabocas. “Al mismo tiempo que hay países ricos con muy buena vacunación, tenemos continentes enteros, como el africano, con baja cobertura y más de un billón de personas que aún no han recibido ninguna vacuna”, dice la jerarca internacional a Búsqueda.
–La declaración sobre el final de la pandemia en Europa fue del director regional en ese continente, pero la posición global de la OMS es que esta no es la última variante del coronavirus. Ómicron se está volviendo dominante ya que está presente en casi todos los países. Si bien no ha desplazado por completo a la variante Delta, es seguro que no será la última variante. Por eso, es muy difícil prever con absoluta certeza que el fin de la pandemia se dé por la variante ómicron. ¿Y por qué digo eso? Primero, porque hay una gran disparidad en el acceso a las vacunas en el mundo. Al mismo tiempo que hay países ricos con muy buena vacunación, tenemos continentes enteros, como el africano, con baja cobertura y más de un billón de personas que aún no han recibido ninguna vacuna. Por otro lado, este virus ingresa fácilmente y es muy adaptable. Genera muchas mutaciones y muy rápidamente. Y tenemos variantes de preocupación. Hoy está entre delta y ómicron, pero es muy probable que veamos nuevas variantes de esta misma cepa. Ya se está investigando una subvariante de ómicron. Por eso, no estamos en el final de la pandemia.
–¿Qué información tiene la OMS de esta nueva variante?
–Es importante señalar que el sistema de vigilancia global para secuenciamiento del virus está funcionando de una forma muy rápida. Gisaid (sigla en inglés de la Iniciativa Global para Compartir los Datos de los Virus Gripales) es el mayor banco de secuenciamiento del mundo y sus últimos datos indican que más del 90% de los casos analizados son de ómicron. Dentro de esta variante, la mayor parte de los contagios se produce con la cepa original denominada BA. 1. Ahora está surgiendo la llamada BA. 2. No es una nueva variante, es una subvariante. Varios países han detectado aumentos de esta subvariante, pero hoy el 98% de los casos de ómicron se dan con la cepa original. Hoy no es motivo de preocupación.
Foto: Nicolás Garrido / Búsqueda
–En países como Uruguay la vacunación masiva de la población ha conseguido que la variante ómicron no haya colapsado el sistema hospitalario. ¿Estamos cerca de que la enfermedad se transforme en endémica?
–La expectativa es que el virus se torne endémico con el tiempo, pero por ahora no lo es. Un virus que continúa matando a 50.000 personas por semana no es endémico. De todas formas, la menor letalidad puede ser explicada por varias cosas. Una de ellas es que en países como Uruguay se tenga una población altamente vacunada. Las vacunas, a pesar de existir algún escape inmunológico de ómicron, continúan siendo extremadamente efectivas para prevenir infecciones graves y muertes. Los casos que están siendo hospitalizados, en su inmensa mayoría son de personas no vacunadas o que tienen otras patologías asociadas. Lo que tenemos hoy es una mezcla entre un estado inmunológico mayor de las personas, porque ya se contrajo el virus o porque se vacunaron, y personas no vacunadas. Por eso, lo bueno de Uruguay, donde no hay tanta resistencia a la vacuna, es que las personas pueden continuar haciendo lo que el gobierno dice con la vacunación. Si la población debe recibir un refuerzo, va a recibir un refuerzo. La vacuna es lo mejor que tenemos en este momento para controlar la pandemia y disminuir el número de muertes por año.
–Algunos países como Chile e Israel comenzaron a aplicar una cuarta dosis. En Uruguay, el gobierno analiza esa posibilidad. ¿Qué recomienda la OMS?
–La OMS no tiene ninguna evidencia de que se precise una cuarta dosis. La evidencia indica que es conveniente una tercera dosis como parte del esquema primario para los vacunados con Sinovac. La propuesta para dosis adicionales, también llamadas booster, es en personas de mayor riesgo, más edad o con patologías asociadas. Los niños no tienen indicación de booster. Solo niños con comorbilidades.
–El presidente de Pfizer ya predice una dosis anual de la vacuna contra el Covid-19, como se aplica la de la gripe. ¿Vamos hacia eso?
–Nuestra posición es que es muy posible que haya que convivir con el coronavirus por más tiempo. La OMS tiene un grupo específico asesor que estudia la composición de las vacunas para combatir las variantes y de ahí determina el perfil adecuado para las vacunas. Próximamente, la OMS va a analizar una posible vacuna para todos los coronavirus. Que sirva para combatir todas las variantes. Sobre las declaraciones de Albert Bourla de que va a ser necesario una dosis anual, la gente no sabe que hay 3 billones de personas que ni siquiera se dieron la primera dosis. Por eso, si bien hay perspectiva de que la pandemia se torne endémica, lo que no se puede ahora es pensar que ya estamos en una endemia. El virus está en una fase adulta, con nuevas variantes surgiendo y con impacto en la sociedad.
–¿Es posible crear una vacuna para todas las variantes del coronavirus?
–Las vacunas contra este coronavirus se hicieron porque ya había una investigación previa. No se comenzó de cero. La tecnología estaba disponible con las vacunas de ARNm. Por eso se pudo lograr que estuvieran disponibles en tan corto plazo. La intención es que ya se comience el trabajo para crear una vacuna para la familia entera de variantes del coronavirus. Es una familia muy grande.
Foto: Nicolás Garrido / Búsqueda
–Lo que queda claro es que ómicron no va a ser la última variante…
–No. Quisiéramos que fuese la última variante. Y con los virus, o se erradican o continúan evolucionando como sucedió con el coronavirus. Cuando la OMS declaró la emergencia, dos años atrás, había menos de 100 casos, tres meses después estaba en todo el mundo. Es un virus altamente transmisible, que afecta al sistema respiratorio y que es muy democrático porque afectó a países ricos, pobres… a todo el mundo. Y se comprobó que no había una preparación adecuada para una pandemia. Tanto en el sentido de servicios, de circulación de bienes, productos de salud, etc. Entonces no se puede pensar que ya se acabó. Va a acabar, pero la gente va a convivir con el coronavirus por algún tiempo.
–¿Cuál es el siguiente paso?
–Algunas cosas básicas se deben continuar. Muchos gobiernos ya tienen banalizado este coronavirus y creen que la variante ómicron va a contagiar a todos y no se requerirán más cuidados especiales. La OMS cree que esta es una posición extremadamente peligrosa. Este virus tiene una alta capacidad de adaptación y todavía provoca un número significativo de muertes. Por eso, la OMS recomienda a los países que revisen sus estrategias. Deben procurar aumentar la cobertura vacunal. Precisamos vacunas mejores, porque las de hoy previenen enfermedades graves, pero no son buenas contra la transmisión del virus. Se necesita dar continuidad a las investigaciones de vacunas que impacten en la prevención de la transmisión. Los países tienen que continuar invirtiendo para reducir la mortalidad. Hay países que una vez que pasaron los picos de internación desactivaron la inversión en cuidados intensivos, en adquisición de oxígeno… Deberían mantener una estructura para ser utilizada cuando sea necesario. Además, tienen que considerar políticas de refuerzo porque la inmunidad va a descender en un tiempo. En ese sentido, tienen que calibrar las medidas de protección de la salud pública. Con un pico de ómicron no es hora de dejar de recomendar el uso de tapabocas, la higienización de manos, ambientes ventilados y evitar aglomeraciones. Mientras los países tengan capacidad de hacer secuenciamiento del virus, podrán monitorear la aparición de nuevas variantes. Pero hoy para acabar con la fase aguda de la pandemia hay que vacunar a todo el mundo, porque así disminuye la presión hospitalaria. En Uruguay se vio ahora con el aumento de casos. Eso fue gracias a la vacuna.
–Uruguay viene experimentando una subida récord de casos desde hace semanas. En base a su experiencia, ¿se puede predecir cuándo llegará el pico de contagios?
–En Europa ya comenzó a descender la cantidad de casos positivos diarios. Fueron casi tres meses de muchos contagios, pero es muy difícil de predecir. Depende de la cobertura vacunal del país, de las medidas de higiene que se tomen, de cuán bien se organice Uruguay para ayudar a bajar los casos. Hay que tener en cuenta que las vacunas no previenen la transmisión, por eso el uso de tapabocas y las medidas sanitarias. Muchos países en Europa reintrodujeron el uso obligatorio de tapabocas, por ejemplo. Los casos comenzaron a bajar en la región europea después de aplicarse un conjunto de medidas. Esperemos que Uruguay haga las cosas bien.
Foto: OMS
– La ganadería intensiva ha sido determinante para la aparición de las últimas epidemias como la gripe aviar o porcina. Sin embargo, este modelo sigue creciendo. ¿Deberíamos ponerle freno?
–Es un tema muy actual que está siendo discutido en estos momentos en el Comité Ejecutivo de la OMS, y que se trató en la Asamblea Mundial de Salud que se celebró en Ginebra a fines de noviembre pasado. El mundo no estaba preparado para esta pandemia. Para estar preparado se necesitan diversos acuerdos y compromisos entre todos los países para que en la próxima pandemia no tengamos los problemas que tenemos en esta. Está en una negociación entre los países, de la que Uruguay es parte, un tratado para pandemias. Algo parecido al Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS. Ese tratado creó obligaciones para los países que debieron adaptar sus legislaciones. Además, creó obligaciones para el sector privado. Hoy la gente puede constatar los avances de esa convención del tabaco. En marzo, un grupo de negociación intergubernamental va a comenzar a negociar un acuerdo internacional para preparación de pandemias que debe ser aprobado por el conjunto de los países de acá a dos años. Es la mejor medida que podría ser tomada en estos momentos. Solamente la aprobación de un tratado vinculante ayudaría al mundo a no pasar los mismos problemas que pasó estos dos años. Una de las cosas que no funcionaron bien fue el acceso equitativo a las vacunas y tecnología. Eso funcionó terriblemente. Si existiera un instrumento vinculante que cree obligaciones para que todos los países tengan responsabilidades con relación a la salud global, sería una buena medida.
–El mecanismo de reparto equitativo Covax suministró muchas menos vacunas de las que esperaba. ¿Ha sido una solución insuficiente?
–En enero el Covax consiguió hacer llegar a los países la billonésima dosis de vacunas. En los últimos dos meses consiguió mandar a los países lo que China no consiguió mandar en los 10 meses anteriores. La gente tiene ahora grandes cantidades de vacunas que están siendo aplicadas y habrá otra cantidad bastante significativa que va a ser enviada en el segundo trimestre de este año. Pasaron muchas cosas difíciles para Covax. Una fue el hecho de que los países ricos habían contratado enormes cantidades de vacunas y [las farmacéuticas] priorizaron la entrega para esos países y no para un mecanismo que estaba buscando globalizar el acceso. Ese fue un gran problema. También tuvimos un problema con grandes productores de vacunas en el mundo, como India. Entre marzo y noviembre, ese país cerró la exportación de vacunas. El mecanismo Covax tenía un gran número de dosis de AstraZeneca contratadas en India y no consiguió suplantarlas por otras. A eso se le sumó que otros tuvieron problemas de producción. Por ejemplo, Johnson & Johnson tuvo dificultades para hacer las entregas a tiempo. La duración de las dosis fue otro tema que complicó la distribución. Por ejemplo, buena parte del segundo semestre del año pasado, las donaciones de Covax que se enviaban a los países venían con un plazo de vigencia muy corto. De todas formas, hoy Covax continúa siendo el único acceso a vacunas para 92 países que no tienen muchas posibilidades de otros acuerdos. Este es un mecanismo que continúa siendo útil para un acceso equitativo de vacunas y que este año tiene una expectativa de crecimiento mucho más regular. En diciembre, la OMS aprobó una nueva vacuna producida en India llamada Novavax, y su producción está bastante estable, lo cual va a facilitar su distribución.
Contratapa
2022-02-02T17:17:00
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