—A esta altura de la vida, no me animo a decir que lo peor pasó, pero creo que sí. El año arranca mal en noviembre con el Código del Proceso Penal. Porque si bien el código está bien, hubo algunos cortocircuitos. Hubo un crecimiento de la rapiña, de los homicidios, muy importante. Cuando se aprueban las modificaciones al código nuevo, las cosas se enderezan. Entonces, otra vez empiezan a emparejarse los procesamientos con prisión después del código con los de antes del código. El primer mes en el que los homicidios se ponen a tono con el año anterior es setiembre, o sea, enseguida de la aprobación de los cambios. La otra cosa favorable que pasó además de la modificación del código es que me pasé meses diciendo que nos estaban sacando unos 600 policías por día para casos de violencia doméstica y ahora nos están sacando unos 200.Y la otra cosa que pasó positiva fue que se aprobaron las modificaciones para el ingreso a la Policía. Siempre veníamos corriendo de atrás las vacantes. Desde todo este punto de vista, estamos cada vez mejor.
—¿Prevén que vayan a bajar los delitos para fin de año?
—Lo que vimos después de la aprobación de las modificaciones del Código del Proceso, es que había un crecimiento desencadenado y que empezó a bajar la curva. Sigue creciendo, pero baja la curva de crecimiento. Ya pasamos por esto una vez, logramos bajar la curva y mejoramos. Pero fue muy fuerte el “efecto noviembre”.
—Se le fue al diablo la promesa electoral de bajar 30% las rapiñas.
—Dificultó muchísimo su cumplimiento. Tampoco me animo a decir que no la vamos a cumplir, es muy difícil, pero no me animo a descartarlo.
—¿Está bajo control el delito en Uruguay?
—Cuando se habla del aumento de las rapiñas, también hay que ver qué tipo de rapiña aumenta. Nosotros metimos las tablets en los patrulleros y estamos registrando como rapiña a una señora que sale a correr por la rambla y le roban la botella de agua.
—¿Por qué?
—Y si lo hacen con violencia, es una rapiña. Y esa señora antes no iba a denunciar a la comisaría que le robaron una botella de agua. Hoy, si le pasa un patrullero por al lado o un policía por al lado con la tablet, lo denuncia. Y si lo denuncia, aumenta. O sea, se denuncia mucho más que antes. En cuanto a si está bajo control, creo que está encauzada la lucha contra el delito.
—En el Parlamento habló de una epidemia de delitos con algunos focos.
—Lo comparaba con un médico combatinedo una epidemia. La forma de medir su desempeño en ese caso no es si aumentaron las muertes, es si logró evitar que aumentaran más. En el caso de la Policía, es si evita o no más situaciones que están ocurriendo. Y yo creo que sí. Porque en toda la región aumentan mucho más. ¿Por qué acá no? Si acá vienen chilenos, argentinos, brasileños, colombianos, vienen de todos lados a delinquir acá. La banda de mexicanos que robó acá y que se agarró a todos en tres días, antes robaron en Canadá, en México y en Costa Rica. Pero los agarramos acá.
—¿Por qué vienen a robar acá?
—Porque hay plata.
—¿Y no porque sea más fácil robar?
—¿Y por qué en los demás lados robaron y no los agarraron, mientras que acá los agarramos en tres días? ¿Era más fácil robar acá si los agarramos en tres días?
—¿Usted dice que vienen a robar acá porque hay más plata?
—Esta comparación la he hecho muchas veces. Cuando leía novelas policiales de joven, todas se desarrollaban en donde había casinos en Europa, en lugares turísticos de Europa, porque ahí iba la plata. Bueno, está viniendo acá la plata. Y con la plata vienen los chorros de otros lados. La diferencia es que nosotros los agarramos. Los chilenos que venían a robar los cajeros lo hacían porque acá no había entintado.A Punta del Este vienen escaladores de Colombia, de Argentina. Vienen a robar turistas, no vienen a robar al uruguayo clase media, vienen a robar al turista con plata.
—¿Había preocupación en el gobierno respecto a las consecuencias que podían tener en parte del Frente Amplio y de la opinión pública operativos como los de Los Palomares?
—No sé los sectores, la fuerza política, pero los votantes de la fuerza política esto lo entienden perfectamente. El otro día vi un programa en el que había un policía, un juez y un sociólogo, yo me alarmé con lo que decía el sociólogo, que además es frenteamplista. Decía que era lamentable ver al encargado de las políticas de convivencia al frente de las topadoras, tirando viviendas, que eso era represión pura. ¿Se puso a pensar el sociólogo que de 540 personas habían desalojado a 105 con un revólver en la cabeza? Acaso las políticas sociales son: “Bueno, ta, nosotros no vamos a intervenir, los desalojaron”. Es ridícula esa posición. Las políticas sociales tienen que hacerse con un mínimo de autoridad para que tengan efecto. Desde la izquierda a veces se plantea: “Tienen que hacer políticas sociales”. Y le piden al Ministerio del Interior que haga políticas sociales, pero el Ministerio del Interior no las va a hacer, va a llevar adelante acciones policiales.
—¿Qué sociólogo dijo eso?
—Eduardo Morás.
'Cuando leía novelas policiales de joven, todas se desarrollaban en donde había casinos en Europa, en lugares turísticos de Europa, porque ahí iba la plata. Bueno, está viniendo acá la plata. Y con la plata vienen los chorros de otros lados. La diferencia es que nosotros los agarramos'.
—¿La academia está lejos de la realidad y por eso, según usted, erra el diagnóstico?
—Creo que si esto se analiza desde los libros y no desde la realidad… En los libros no dice que a la quinta parte de los habitantes de un complejo los sacan con revólveres en la cabeza y que si lo hacen no hay que tenerlo en cuenta. Hay que tenerlo en cuenta, porque si no la gente vive en el miedo. ¿Qué medida sociológica se aplica al que vive en el miedo? No hay que tener miedo a usar la fuerza policial. Ahora, también hay que usar las políticas sociales, porque son las que van a dar efecto en el mediano y largo plazo. Pero para llevarlas adelante tiene que haber autoridad y política policial. Creo que los frenteamplistas de a pie, los que viven en esos barrios, lo entienden.
—¿Y los dirigentes frenteamplistas?
—La mayoría entiende, alguno, no.
—En una entrevista en Crónicas dijo que la seguridad no es el tema “que más mueve la aguja” en lo electoral.
—Dije que hay un asesor electoral no uruguayo que dice que las elecciones no se pierden cuando la gente habla de seguridad. Sí se pierden cuando habla de economía. Acá le han aflojado a la seguridad y sí están hablando de economía: crisis, empleo, grado inversor. Y yo digo que la seguridad no mueve la aguja pero genera disconformidad y si a esa disconformidad se le suma la disconformidad que puede producir la baja del empleo o la baja del salario, eso mueve la aguja.
—¿Se está dando esa situación en Uruguay?
—Una cosa es hablar de economía en Argentina o en Brasil, donde previeron una inflación que no pueden contener, y caen las jubilaciones, y aumenta el desempleo, y la deuda externa crece. Hablar de economía acá es más difícil, porque acá inventan una crisis a pesar de que es el único país de la región en que siguen creciendo el salario, las jubilaciones, el PBI, que sigue logrando mercados.
—¿Cree que no hay razones para preocuparse por la economía?
—Una cosa es preocuparse; decir que estamos en crisis es otra. Es el único país de la región que está creciendo, los demás se están cayendo con las políticas que promueve acá la oposición: acá salieron los “autoconvocados” a pedir la baja del costo del Estado, a devaluar, a frenar el aumento salarial por la vía de los Consejos de Salario, a parar las políticas sociales. Eso lo hicieron en Argentina y en Brasil. ¿Cuál es el resultado? Decir que acá estamos en crisis es mentira. Acá hay una crisis económica inventada.
—Sin embargo, según las encuestas hay muchos votantes del Frente Amplio indecisos sobre a quién votar en las próximas elecciones. Claramente, algo les molesta.
—Una cosa es la realidad y otra cosa es la percepción de la realidad, y acá hay una influencia ideológica en la percepción de la realidad. Y desde el punto de vista de la evolución política, hablemos de eso unos meses antes de las elecciones, no ahora. Porque hay gente que unos meses antes recuerda cosas, eh, a veces se olvida pero cuando tiene que decidir se acuerda. Y se va a acordar de muchas cosas que han pasado antes.
—¿No cree que el Frente Amplio está en una situación complicada de cara a las elecciones?
—No quiero decir con esto que el Frente vaya a ganar. A mí algunos politólogos me dicen que es muy muy difícil que el Frente tenga mayoría parlamentaria, y es muy muy difícil que el Frente pierda las elecciones en un balotaje. Yo les digo que es muy muy difícil pero no imposible que tengamos la mayoría parlamentaria, y que es muy, muy difícil pero no imposible que el Frente pierda las elecciones en un balotaje. A mí, entonces, lo que me preocupa no es la realidad económica, sino que hay gente convencida de que vamos a ganar y se dedica a esperar el triunfo en vez de construirlo. Si nos dedicamos a esperar el triunfo vamos a perder las elecciones. Estoy seguro que hoy en la dirigencia del Frente hay gente convencida de eso. Solo así se explica que haya un debate tan fuerte sobre las candidaturas.
'Cuando se habla del aumento de las rapiñas, también hay que ver qué tipo de rapiña aumenta. Nosotros metimos las tablets en los patrulleros y estamos registrando como rapiña a una señora que sale a correr por la rambla y le roban la botella de agua'.
—¿Por qué existe tanto debate sobre las candidaturas?
—Cuando Astori tenía un proyecto de país, peleaba su proyecto de país adentro del Frente. Cuando el Pepe tenía un proyecto de país, peleaba su proyecto de país adentro del Frente. Y Tabaré lo mismo. Aun sin ser candidatos defendían su proyecto de país a lo largo y ancho del Frente. No se planteaba como ahora, de ‘voy a ser presidente con el programa que el Frente resuelva’. ¿Quién está peleando un proyecto de país ahora? Si lo tienen no lo veo. No veo candidatos hablando de proyectos.
—¿Por eso su sector, el MPP, no sabe a quién apoyar?
—Eso se está discutiendo. Nosotros como sector político nos hemos planteado discutir con todos los candidatos el proyecto del MPP, que tiene acentos dentro del programa del Frente.
—¿Carolina Cosse no representa al MPP?
—Más allá de lo que sea cada uno, oigo lo que dicen. Y nuestra propuesta que para nosotros es central, no la oí. A nadie se la oí.
—¿Va el MPP a plantear un vicepresidente para integrar la fórmula?
—La fórmula tendría que tener a alguien que tenga peso en la sociedad. No se trata de que como el Frente va a ganar, queremos tener nuestro representante en la fórmula. Se trata que como el Frente está en pelea por ganar hay que crear una fórmula que convoque gente. No cualquier heladera sirve. No, tiene que ser alguien que conjugue la capacidad de convocar gente.
—En ese sentido, la participación de Raúl Sendic en la campaña puede ser contraproducente. ¿Qué debería hacer Sendic?
—El Frente va a tener que discutir el tema y es un tema delicado porque tiene dos bibliotecas, una a favor y una en contra. Entonces cualquier resolución va a dejar descontenta a una biblioteca, y cualquier decisión puede incidir en las elecciones. Comparto lo que dice Lucía (Topolansky): el que tendría que tener una respuesta es él mismo, debería de tomarse un descanso. Yo no lo llevaría en mi lista.
—¿Cómo imagina un eventual Ministerio del Interior a cargo del Partido Nacional?
—No sé si va a ser mejor o peor, lo que sé es que no van a poder hacer lo que dicen que van a hacer. Van a tener que hacer otra cosa. Como ellos se van a dar cuenta inmediatamente de que no van a poder hacerlo, van a tener que hacer otra cosa y no van a cumplir con lo que están diciendo. Cuando dicen “tiene que haber más patrulleros”, ¿más patrulleros de qué?, si cuando estaban ellos había 20 patrulleros por turno y hoy hay 125 patrulleros por turno en Montevideo. ¿De qué están hablando? Cuando dicen “una Policía mejor entrenada”, la Policía que tenían ellos usaba el revólver 38 que tenía seis tiros y tiraban dos tiros en toda la formación policial, ahora todos tienen pistolas Glock con 51 tiros y tiran cientos de balas durante el entrenamiento. ¿Entonces de qué están hablando? Hoy hay una Policía que la mitad del estudio es patrullaje en la calle, cuando la que tenían ellos terminaba la formación y entraba a hacer trabajo burocrático durante dos o tres años antes de salir a la calle. Antes no había videovigilancia, antes entraban a los sistemas de comunicación los periodistas antes que los policías, antes no tenían helicópteros, antes no tenían aviones. ¿De qué están hablando? Están diciendo cosas que las dicen porque lo que han hecho hasta ahora fue contar delitos, cuando de 1985 hasta la fecha, salvo 2016 y 2017, en todos los años aumentaron los delitos. Ningún gobierno bajó los delitos. Y miren cómo aumentaron cuando estaban ellos y no adaptaron la Policía a la realidad del momento y al crimen organizado que entraba al país en el 2000, o a la pasta base que a partir de 2002 cambió la realidad del delito. No saben de lo que están hablando. Ahora yo no creo que cuando empiecen a probar con lo que dicen y se den contra las paredes, porque se van a dar contra las paredes, sigan insistiendo. Van a hacer otra cosa.
?? “El uruguayo te reclama con respeto”