“Toda forma de presión” contra Rusia sirve, incluidas eventuales sanciones de Uruguay; es el “orden mundial” actual lo que peligra

En dialogo con Búsqueda a una semana del comienzo de la guerra, el embajador remarcó el rechazo de la Unión Europea al gobierno de Vladimir Putin y la estrategia global de la comunidad “para que todos los Estados del mundo condenen su comportamiento ilegal”. También dejó las puertas abiertas para que más países, incluido Uruguay, se sumen a las sanciones contra Rusia ante lo que considera una amenaza “a la vida, la seguridad y la prosperidad de la gente”.

—¿Confía en que mediante el diálogo se alance una solución?

—Estamos muy lejos de una salida consensuada en este momento. Cuando hay un agresor muy potente, muy poderoso, que agrede sin justificación alguna a un vecino que es mucho más débil, no creo que podamos invocar una resolución pacífica de los conflictos. Hay varios que dicen que es una condición de igualdad entre agredido y agresor. ¡No, no lo es! Encima el agresor tiene armas nucleares. Es importante que este concepto quede muy claro, porque varios países del mundo dicen que son dos países en conflicto. Sí, son dos países, pero dos países muy distintos, que se comportan de forma muy distinta.

—¿Un conflicto de este tipo puede fortalecer militarmente a Europa?

—Los países miembros de la Unión Europea están construyendo una defensa europea común y en la propia Unión Europea tenemos la European Peace Facility, con la cual efectivamente podremos enfrentar a enemigos y desafíos comunes. Mediante la European Peace Facility hemos destinado la compra de armas para Ucrania con el fin de que se defienda contra una agresión ilegal e injustificada. Entonces la capacidad militar de la Unión Europea se está fortaleciendo mucho. Se habló mucho y se dieron muchos pasos adelante en estos años. Empezamos siendo una unión económica, luego política y ahora geopolítica, que está construyendo su potencial también a través de avances en materia de coordinación militar. Esto es para poder ser fuertes, y nos está uniendo mucho. Hay temas en los que estábamos divididos y ahora estamos unidos, es un poco paradójico decirlo, pero nos estamos uniendo frente a esta crisis porque nos está haciendo entender la importancia de juntarnos aún más y poner en común aún más nuestras capacidades económicas, políticas y también militares.

—Dijo que está en juego la estabilidad global, pero la situación es particularmente amenazante para Europa.

—Es un conflicto que nos involucra directamente porque es con un país vecino de la Unión Europea, como Ucrania, que estaba tomando un camino de asociación con la Unión Europea y que además está en nuestra frontera. La Unión Europea entonces reaccionó de forma muy fuerte, con declaraciones, pero sobre todo con sanciones y con una operación global para que todos los Estados del mundo condenen el comportamiento ilegal de Rusia contra Ucrania. Estas son las dos acciones principales que tuvimos. Europa se siente muy involucrada pero quiere que se involucren todos los países del mundo. Quiere un consenso global en contra de Rusia.

—¿Cree que son suficientes las sanciones contra Rusia?

—Europa está muy enfocada en las sanciones. Todos dicen que hay que parar, pero ¿cómo hacer para que Rusia pare? Nosotros estamos entonces aplicando un abanico de sanciones muy fuertes: el cierre del espacio aéreo a todos los aviones rusos, hemos prohibido los medios rusos, como hizo Antel aquí, con Russia Today y con Sputnik, y sobre todo es fundamental excluir muchos bancos rusos del sistema Swift. Estamos coordinando entre varios países para empujar y aplicar estas sanciones con el fin de que Rusia las pueda sentir y puedan tener un efecto.

—Mencionó la decisión de Antel de cortar la señal de Russia Today en Vera TV. ¿Le gustaría a la Unión Europea que Uruguay adopte otras medidas y sanciones contra Rusia?

—No es un tema que hemos tratado con el gobierno, no he hablado con Cancillería específicamente de las sanciones que pueda adoptar Uruguay. He hablado de las sanciones que ha aplicado la Unión Europea. Pero sí, efectivamente, podrían también tener un efecto, más allá de que sea simbólico. La coalición de los socios internacionales que está tomando sanciones contra Rusia involucra a la Unión Europea, Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Noruega, Corea del Sur, Japón y Australia, y creo que no está para nada cerrada esa coalición, es decir, si otros quieren adoptar sanciones parecidas u otro tipo de sanción no habría ningún problema. Al revés, creo que cualquier forma de presión que podamos aplicar en defensa del orden legal mundial hay que aplicarla porque en juego hay mucho más que la independencia y el respeto del territorio de Ucrania. En juego hay un orden mundial que unos países quieren cambiar, y eso es peligroso. Es un momento que efectivamente debe impulsarnos a unirnos más para enfrentar acciones que amenazan el orden mundial, la vida, la seguridad y la prosperidad de la gente.

—¿De qué hablaron con el gobierno?

—El viernes pedimos una reunión porque es un tema urgente y hemos hablado con la viceministra Carolina Ache, porque el canciller Francisco Bustillo se encontraba en el Parlamento. La viceministra recibió a los embajadores europeos bajo mi iniciativa y nos aseguró el apoyo y la convicción de Uruguay a todas las resoluciones de la Unión Europea.

Protesta frente a la embajada de Rusia en Montevideo. Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS

—¿Está conforme la Unión Europea con el posicionamiento de Uruguay respecto a la guerra?

—Uruguay ha sido muy positivo, muy claro. Naturalmente, he leído lo que pasó en la OEA, ese accidente, pero al final todo volvió a la normalidad de lo que es Uruguay: un país democrático que cree en las reglas, que es muy conocido en el mundo por su confiabilidad en temas de democracia y derechos humanos. Entonces no me cabía ninguna duda que Uruguay iba a apoyar la resolución que las Naciones Unidas adoptó este miércoles, y no solo a apoyar, sino a copatrocinar. Una resolución que además tiene el apoyo de la mayoría de los países del mundo. Todo el mundo se da cuenta de la injusticia que está cometiendo Rusia y los daños que está sufriendo Ucrania. El tema hoy es rechazar la invasión y la agresión rusa y volver a un marco de derecho internacional fundado no en la ley del más fuerte, sino en las reglas escritas. Y lo digo en beneficio de todos los países del mundo que un día pueden enfrentarse a un vecino que quiera hacer valer la ley del más fuerte.

—El foco de la Unión Europea está en Ucrania. ¿Puede esto demorar la concreción del tratado de libre comercio con el Mercosur?

—No creo que se pueda postergar, por el momento el tratado de libre comercio va por su camino. Este es un año de grandes decisiones internas, de elecciones importantes, y seguimos negociando algunos temas más pequeños relativos al acuerdo. Además, lo que está pasando con Rusia y con Ucrania creo que fortalece los bloques regionales, fortalece a la Unión Europea y al Mercosur y muestra cómo unirse tiene un valor que no es el simple valor económico y comercial de un acuerdo. El acuerdo Unión Europea-Mercosur es un acuerdo de asociación que tiene muchas implicancias políticas y de cooperación y no solo de tipo comercial. No pasará desapercibido el hecho de que el bloque de América Latina y el Caribe votó de forma casi unánime la resolución de Naciones Unidas que condena a Rusia. Incluso algunos países que tradicionalmente apoyan a Rusia se abstuvieron y todos los otros votaron a favor. Y eso creo que es un mensaje que en Europa va a resonar muy bien porque cuando se trata de valores comunes América Latina responde.

—Más allá del TLC, ¿cómo cree que la guerra pueda impactar económicamente a Uruguay?

—Escuché días atrás a Ignacio Bartesaghi y contestó algo interesante: que hay cambios a escala mundial y eso puede ser provechoso para algunos sectores de la economía uruguaya y puede perjudicar a otros. Claramente, el precio de los granos parecería ir bien porque hay menos granos exportados por Rusia y por Ucrania a otros países del mundo, y el combustible podría ser un problema. Pero a final de cuentas una guerra nunca le hace bien a la economía del mundo.