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    “Trabajar en Secom es como estar en casa; cuando uno se siente mimado, trabaja mucho mejor”

    Es el primer servicio de acompañantes de Uruguay y el mundo, cuenta con 150.000 afiliados y acaba de abrir una sucursal en Tacuarembó. “Antes hacía proyectos para crecer, ahora el crecimiento significa dar calidad en el servicio”, señala su fundadora y directora

    Repartiendo folletos puerta a puerta, en las ferias y en reuniones de amigas, especialmente organizadas para dar a conocer la propuesta innovadora, nació Secom, el primer servicio de acompañantes del Uruguay y del mundo. “Mundialmente no existía una empresa como Secom que ofreciera un servicio de acompañantes”, comenta a Trayectorias Alicia Esqueira, fundadora y actual directora de Secom. “La idea surgió de mi propia experiencia. De joven estuve muchas veces internada y entonces pensé: ‘Por qué no crear un servicio de compañía’” que atienda y acompañe a las personas convalecientes, recuerda. Con el tiempo fue madurando la idea, hasta que por fin se decidió a llevarla a cabo: ofrecer a sus socios un servicio de compañía profesional, tanto en el sanatorio como a domicilio. “Era una idea difícil de aterrizar”, y “además me decían que estaba loca, que nadie iba a dejar con personas extrañas a sus seres queridos”. Pero Alicia estaba convencida, y a estos comentarios desalentadores les respondía: “Voy a crear una empresa bien grande”.

    El primer socio se afilió el 28 de agosto de 1991. Desde entonces cada año en esa fecha Secom festeja su aniversario. Hoy, con 32 años, la empresa cuenta con 2.000 funcionarios y alrededor de 150.000 socios de todas las edades. Además, tiene una escuela de capacitación de acompañantes y una fundación que ofrece actividades y talleres de recreación para aquellos socios que utilizan casi nada el servicio de compañía. Al parecer, la idea de Alicia no estaba para nada errada. “Si habrá cambiado (la vida) y habré cambiado yo que, de empezar en un pedacito de mi casa, hoy tengo un edificio. Toda la esquina de Andes y Colonia es Secom”, afirma. En el segundo piso de esas mismas oficinas, recibió a Trayectorias para conversar de los desafíos por delante, de la forma de trabajar que caracteriza a sus acompañantes, los servicios que ofrece a los socios y más. Aquí, un tramo de la conversación.


    ¿Qué servicios ofrece hoy en día Secom a sus socios?

    La idea es poder brindar a quien se afilia la mejor compañía, con gente calificada. Secom es el único servicio de compañía que tiene escuela de capacitación, que está avalada por el Ministerio de Educación y Cultura. Cualquier persona que quiere trabajar como acompañante en Secom tiene que pasar por la escuela. Allí se le da un curso de inducción rápido que hace foco en el confort del paciente, la terminología médica y la preparación para patologías graves. El uso de la terminología médica por parte de los acompañantes es importante porque ellos son el intermediario entre la familia y el paciente, entonces tienen que saber manejarla para entender y explicar.

    ¿Cuánto dura el curso de capacitación?

    Entre seis meses y un año. Un mes después de empezar la capacitación, los participantes comienzan a trabajar con pacientes que no están graves. Nuestros acompañantes son calificados, les damos diplomas. Con gran orgullo, puedo decir que los acompañantes aquí no rotan, se quedan en Secom. Acá no tenemos problemas en las fiestas o los días de paro. Ellos buscan la forma de poder ir a trabajar. Eso es muy lindo. El acompañante es un ser sumamente importante en esta empresa. Tiene calidez humana y amor por lo que hace. Para una persona que está grave, en etapa terminal, el acompañante tiene que ser el soporte. Nos ha pasado también de cuidar personas que no tienen familia. Cuando fallecen, en el velorio no hay nadie más que el acompañante y un vecino.

    ¿En los comienzos fue fácil explicar a la gente lo que era un servicio de acompañantes?

    No fue tan difícil. En aquel momento, yo reunía a las vendedoras y practicábamos vendiéndonos el servicio unas a otras, siempre poniéndonos trabas, de forma de entrenarnos. Hoy tienen supervisores. Antes lo hacía yo sola. Me facilitó el ser docente.

    Además del servicio de acompañante en sanatorio o en domicilio, ¿ofrecen algún otro tipo de servicio?

    Hay socios de muchos años que a veces no utilizan el servicio o lo utilizan muy poco. Entonces, esos socios tienen un premio que consiste en entradas para el teatro, para el cine, le regalamos recreación. Pero además, desde hace unos años, existe Fundación Secom, donde se ofrecen diversos talleres para aquellos socios que no utilizan el servicio o lo hacen muy poco. Allí pueden aprender historia, idiomas, hacer taichí, yoga, canto, tejido, etc. Todos los talleres son gratis. El socio paga una cuota mensual y, si se enferma, tiene personal capacitado que lo atiende y acompaña, pero, si no utiliza este servicio, puede hacer uso de los servicios de la fundación.

    Del taller de tejido surge Tejidos del Corazón. Con motivo del Día del Niño, se reúnen todas las tejedoras y el shopping Tres Cruces nos cede el lugar y nos regala las lanas. Lo que tejemos lo donamos a escuelas. Este año tocó el barrio Santa Eugenia, donde está el sacerdote Juan Andrés (el Gordo) Verde.

    ¿Los socios son en su mayoría personas mayores o también se asocia gente joven?

    Hay gente joven. El socio más joven que tuvimos tenía tres meses en el momento que se lo afilió. En realidad se afilia la familia. Hubo un cambio también en la sociedad. Antes trabajaba el hombre y la mujer se quedaba en casa, encargada de las tareas de cuidado. Hoy trabajan los dos y no pueden hacerse cargo de su papá que es mayor, de su suegro que está enfermo. Secom, a mi entender, sigue siendo el apoyo perfecto. Por algo somos el primer servicio de compañía y el más grande.

    ¿Cuáles son los valores de la empresa?

    Lo primordial es el amor y la paciencia. Es maravilloso trabajar en Secom. Yo no tengo personal rotativo. Muchos de los que trabajan hoy empezaron de muy jóvenes, hoy siguen acá y dicen que no se quieren jubilar. Somos realmente un grupo humano que amamos lo que hacemos. Trabajar en Secom significa vocación, amor y paciencia, tres pilares que son muy importantes.

    ¿Los servicios de Secom se prestan en todo el país?

    Se prestan en todo el país; estamos presentes en 12 filiales, además de Montevideo. La última sucursal que abrimos este año fue en Tacuarembó. En el interior funciona (el servicio). La gente piensa que en el interior todavía se le sigue pidiendo a la vecina que preste una mano, pero la vida cambió. Si habrá cambiado y habré cambiado yo que, de empezar en un pedacito de mi casa, hoy tengo un edificio. Toda la esquina de Andes y Colonia es Secom.

    Secom cuenta con la certificación ISO 9001 y va por la 27001. ¿Qué implican cada una?

    Sí, recién terminamos con la 9001, que asegura la calidad del servicio. Pero también tuve que recurrir a la 27001 para asegurar la protección a los datos del socio. La semana pasada tuvimos una auditoría y la semana que viene tenemos otra. O sea, estamos en pleno proceso. La 27001 la utilizan los bancos porque tienen gran cantidad de información, pero acá también tenemos muchos datos de los socios y hay que tenerlos muy bien guardados.

    ¿Pensó en algún momento llegar a lo que llegó?

    Sí, aunque nadie creía en el proyecto y me decían que estaba loca, que nadie iba a dejar con personas extrañas a sus seres queridos. Yo les decía: “Voy a crear una empresa bien grande”. El primero en creerme fue mi primer socio. El aniversario de Secom lo festejamos el día que se inscribió el primer socio. Fue el dueño de la Imprenta Regina, a la que llegué en los primeros años, sin dinero y con necesidad de hacer unos folletos para la difusión de la empresa. Ese señor, cuando me entregó el material, me dijo: “Para que vea que yo le creo, me voy a afiliar ahora”. Se afilió un 28 de agosto de 1991.

    ¿Cuál es el secreto del éxito?

    El secreto del éxito es estar siempre renovándose, estar atento a la competencia, pero no vivir con ese tema. Es mi empresa y la quiero hacer funcionar como a mí me gusta. También es muy importante trabajar todos juntos. Por más que yo sea la directora, no hago nada si no lo comunico al personal y cada uno me da su parecer. No se trata de imponer, se trata de trabajar en equipo. Esto es una familia y lo trabajamos como tal. Durante la pandemia, que fue la etapa más complicada para Secom, mucha gente fue a seguro de paro porque los acompañantes se quedaron sin trabajo, no los dejaban entrar en las salas de los hospitales. Lo superamos de esta forma: el acompañante iba a seguro de paro, donde le pagaban el 70% o el 75% del sueldo, según los casos, y Secom le complementaba el sueldo, además de entregarle una canasta familiar. Trabajar en Secom es como estar en casa; cuando uno se siente mimado, trabaja mucho mejor.

    ¿Cómo se imagina la empresa en cinco años? ¿Tiene algún proyecto entre manos?

    Por lo pronto, irme al exterior, no. Me sigo quedando en Uruguay. Soy uruguaya y voy a trabajar para mi gente. Los proyectos se van dando sobre la marcha. Antes hacía proyectos para crecer, ahora el crecimiento significa dar calidad en el servicio, dar calidad en la atención. Tengo algunas cosas guardaditas en mi cabeza que no son para el momento.