Entrevista a José Ignacio Otegui, presidente de la Cámara de la Construcción.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá—Recientemente el Poder Ejecutivo aprobó incentivos para grandes proyectos de vivienda buscando impulsar esa actividad ¿Usted cómo ve esa medida?
—Eso es un mamarracho. ¿Cuántos proyectos de vivienda hay de más de U$S 15 millones? En Punta del Este sé que hay uno. Y punto. ¿Pero con eso voy a cambiar el signo de la industria? Estas cosas son bienvenidas, pero no cambian el signo.
Y lo que va a sacar el Ministerio de Vivienda por decreto, que baja los beneficios para los que compren vivienda de interés social (VIS) para alquilar, es un mamarracho también. Es un error. Va a generar lo contrario a lo que quieren.
—La Asociación de Promotores Privados de la Construcción (Appcu) ve con cierto recelo que el gobierno esté negociando con UPM condiciones para su instalación y no contemple los reclamos de los inversores locales. ¿Qué dice a eso?
—Si hay algo que no puede hacer Appcu es hablar después de que aprobaron la VIS. Y no quiero hablar más de eso. Si tenés un beneficio de 18%-20%, es un número muy importante en un negocio. Lo que pasa es que la VIS tiene otras limitaciones y es la posibilidad de que la gente llegue a poder pagar los precios que ellos están pidiendo. Los promotores han ido perdiendo pie, es la realidad. Si son el 20% de la construcción, que se preocupen por el 20% y que rezonguen por ese 20%, porque tampoco las hacen todas ellos. Nosotros hacemos muchas eh…
—La Appcu sugirió disfrazarse de nórdicos para obtener la atención del gobierno…
—Lo que pasa es que no necesitás vestirte así, porque la gente de UPM tiene socios locales con el 9% de la sociedad y esos no son rubios, son morochos. Y tienen acá muchísima inversión. Hay que verlo en un contexto de equilibrio. Si yo para explicar por qué a mí no me dan pelota en lo que pedí —que son 18 pesos más para mí—salgo a decir cosas de una forma indebida, creo que cometo un error.
Sí creo que hay que decirle claro al gobierno que hay que respetar a todo el que invierte y lo mismo a los sindicatos. No importa si el dólar viene de Finlandia, Estados Unidos, Argentina o Uruguay, hay que respetarlo, porque si no hay inversión, no hay trabajo.