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La gestión del Ministerio de Defensa Nacional, y más precisamente la relación con las Fuerzas Armadas, no fue un tema fácil para el Frente Amplio en sus sucesivos gobiernos. Hubo choques por el interés de buscar a los desaparecidos y habilitar a que la Justicia investigara los delitos cometidos durante la dictadura, por los intentos de reformas a la denominada “caja militar” y por la elaboración de una nueva ley orgánica militar. Los sucesivos conflictos derivaron en sanciones y remociones a comandantes en jefe del Ejército, entre ellos el actual senador Guido Manini Ríos.
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Nuevamente en la oposición y con la mirada puesta en las elecciones del 2024, la coalición de izquierda tiene el desafío de volver a definir su postura respecto a los militares. El debate sobre el rol y tamaño de las Fuerzas Armadas en un eventual gobierno frenteamplista surgió durante la elaboración del borrador de sus “bases programáticas”, y podría reavivarse en el próximo congreso de la coalición, dijeron a Búsqueda fuentes políticas.
“El Frente Amplio tiene un gran desafío con el tema Fuerzas Armadas”, decía la exsenadora frenteamplista Constanza Moreira, el martes 2 de mayo, en el lanzamiento del espacio político Izquierda y Libertad, que aglomera a su sector, Casa Grande, y a otros como el Partido Socialista, el Partido por la Victoria del Pueblo y la Lista 5005. La exlegisladora admitió allí que la visión de las Fuerzas Armadas era un factor que unía a estos grupos políticos. “Necesitamos unas Fuerzas Armadas profesionales, necesitamos unas Fuerzas Armadas democráticas, que tengan un proyecto común con el país, y no un proyecto propio”, sostenía, denunciando la existencia de un “partido militar”.
De hecho, el documento fundacional del espacio Izquierda y Libertad tiene 11 puntos, y uno de ellos refiere a la “democratización de las Fuerzas Armadas”. Allí se habla de su “reforma democrática”, “discutiendo su rol y reduciendo drásticamente el Ejército, sin afectar puestos de trabajo y redistribuyendo funcionariado a actividades civiles”. El planteo también incluye modificar la educación media militar, promoviendo el respeto a los derechos humanos y la democracia; revisar las políticas de cooperación internacional en materia de defensa, y modificar los “privilegios” de la caja militar.
El borrador del programa del Frente Amplio, no obstante, es bastante más moderado al respecto. En el capítulo referente al tema, plantea “continuar el camino de fortalecimiento institucional de la conducción política de la Defensa iniciado durante los gobiernos frenteamplistas”. Además, sostiene que si la coalición accede al poder “se seguirá reafirmando la vocación democrática de nuestras FF.AA. a partir del apego al Estado democrático de derecho, a la Constitución y las leyes”, y se asegura el “máximo esfuerzo presupuestal posible para el equipamiento necesario y los actos militares que se requieran para la custodia de la soberanía” y de los recursos naturales.
Entre las propuestas, llama a reafirmar la conducción histórica de la política exterior de la defensa sobre “la base de los principios de no intervención en los asuntos internos de otras naciones y la solución pacífica de las controversias entre los Estados”. Respecto a las operaciones de Paz de Naciones Unidas, sostiene que “son parte de la política exterior de la República” y “se estudiarán caso a caso priorizando una visión regional conjunta, valorando si efectivamente contribuyen a la paz”, con base en la Carta de la ONU sobre el “arreglo pacífico de controversias”.
A su vez, se propone la convocatoria de “ámbitos multidisciplinarios e interinstitucionales de consulta y análisis integral” para “racionalizar y adecuar todos los recursos humanos y materiales de las Fuerzas Armadas, de manera gradual en cada una de las armas”, priorizando el “cometido principal” que les asignó la Ley Marco de Defensa.
La palabra racionalizar fue uno de los temas debatidos en la unidad temática del Frente Amplio que discutió este tema. La representación del Partido Socialista buscó que el programa hablara de impulsar un “redimensionamiento” de las Fuerzas Armadas, lo que generó el rechazo de otros sectores como el Movimiento de Participación Popular.
Una fuente especializada en el tema que siguió el debate de cerca dijo a Búsqueda que la propuesta socialista implicaba poner “la carreta delante de los bueyes” y que lo que se debe hacer es dar una “discusión”, con una participación “amplia” de varios actores; y en función de ese debate, definir “cómo se racionalizan los recursos económicos, humanos y materiales para tener una defensa militar relativamente creíble en términos objetivos”.
En la interna del Frente Amplio hay sectores que plantean que el tema de las Fuerzas Armadas es delicado de cara a las elecciones y recuerdan que Cabildo Abierto tuvo una muy buena votación en ese sector, dijo uno de los informantes.
Fuentes del Partido Socialista consultadas por Búsqueda sostuvieron que aceptaron apoyar una redacción de “consenso” que incluyera el término racionalizar y no el que preferían. Al ser un concepto más “lavado” que la idea de “redimensionar” a las Fuerzas Armadas, insistirán en los debates posteriores para que haya una definición más afín al documento fundacional del espacio Izquierda y Libertad.
Las bases programáticas del Frente Amplio se presentarán el próximo sábado en el Plenario Nacional de la fuerza política, y a partir de allí comenzarán a ser discutidas por bases y coordinadoras de la coalición de izquierda. El documento final será aprobado en el Congreso del Frente Amplio, que se realizará el 8, 9 y 10 de diciembre.