Hasta hace poco tiempo no muchos colombianos estaban preocupados con el golf. En estos días, ante la posibilidad de que Camilo Villegas pierda su tarjeta del PGA Tour, el tema se convirtió casi en un problema nacional, comentado por profesionales, aficionados, y por la prensa.
Es que, en el principal circuito profesional del mundo, el nivel hoy en día es muy elevado y son muchos los competidores que aspiran a lograr o asegurar un lugar en dicha gira.
Pese al reconocimiento de sus grandes condiciones, que nadie pone en duda, las discretas actuaciones en una temporada que está terminando han generado incertidumbre respecto a la continuidad del colombiano en el primer nivel, pues para conservar su tarjeta, Villegas tiene que clasificarse entre los primeros 125 golfistas del ranking de ganancias.
Tras un vigésimo puesto logrado la semana pasada en el McGladrey Classic, disputado en el Sea Island Golf Club, en el estado de Georgia, Villegas pasó a ocupar ahora el puesto 150.
El estadounidense Tom Gainey fue el vencedor del torneo con 264 golpes, 16 bajo el par, para hacerse con una bolsa de U$S 720.000.
Quedando solamente un torneo oficial por jugarse y de acuerdo a sus posibilidades, la última carta que tendrá el deportista colombiano de mantenerse en el PGA Tour será jugar la última fase de la escuela clasificatoria, que otorgará diez lugares para la próxima temporada.
Villegas, de 30 años de edad y nacido en Medellín, consiguió tres títulos del PGA Tour en su carrera: el BMW Championship y The Tour Championship, ambos en 2008, y el Honda Classic en 2010. Sin embargo, últimamente no ha podido ubicarse entre las primeras posiciones en un torneo oficial. Su mejor desempeño en esta temporada fue en el Zurich Classic de Nueva Orleans, Estados Unidos, donde terminó en el puesto 18º. Dos semanas antes de este certamen, Villegas se había retirado en la segunda ronda del RBC Heritage por dolores en la espalda.
Hasta mediados de octubre había participado en 25 campeonatos, de los cuales superó el corte clasificatorio en trece y entró entre los mejores 25 clasificados en apenas tres.
Lleva ganados algo más de 400.000 dólares en premios, menos de la mitad de lo que obtuvo en 2011, ocupando actualmente el puesto 206 del ranking mundial.
“Camilo mostró cosas interesantes en su último torneo jugado en Las Vegas. Jugó bastante mejor de lo que lo venía haciendo. Lo que sucedió, a mi entender, es que entró en una mala racha y después se hace difícil jugar bien cuando uno no se tiene confianza”, comentó Carlos Avendaño dirigente de la Federación Colombiana de Golf.
En descenso
Así no tengan mayores conocimientos del mundo del golf, los colombianos no toleran la idea de que el mejor exponente del país que ha tenido en la elite de este deporte esté a punto del “descenso”, comentó el diario “El País” de Cali, al referirse al bajo nivel de su ídolo.
La situación preocupa al ambiente deportivo porque Camilo es muy querido en su país, gracias a sus triunfos internacionales y a su gran simpatía.
En octubre del año pasado estuvo en Montevideo para realizar una exhibición en el Club de Golf del Uruguay ante un importante número de aficionados locales. Demostró entonces sus condiciones golfísticas y humanas. Estuvo siempre dispuesto a fotografiarse, a firmar cientos de autógrafos, exhibiendo en la ocasión una gran sencillez y amabilidad, condiciones personales sumadas a un alto nivel de profesionalismo.
La polémica se centra ahora en las razones de ese bajón tan pronunciado. Algunos lo atribuyen a un cambio de caddie, otros le echan la culpa a modificaciones radicales en su swing, mientras otros manejan la existencia de un juicio millonario por haber cambiado de marca de palos a pesar de tener un contrato firmado con una determinada firma.
Francisco Aleman, comentarista de golf de la cadena ESPN, comentó para Búsqueda mediante un correo electrónico, la situación deportiva que vive el joven colombiano. “Estos bajones los tienen hasta los mejores jugadores del mundo en todas las disciplinas deportivas, por lo cual es una situación más que probable en el golf, un deporte tan complejo”, señaló el comentarista argentino.
Rogelio González, quien fuera el profesor desde que Camilo era un niño, afirmó: “A veces tanta técnica absorbe al jugador. Es como una especie de remolino”. “Esa búsqueda permanente de la perfección, en la que se trata de dominar tantas técnicas, puede llevar al mejor golfista del mundo cuesta abajo hasta destruirlo” advirtió.
“El golf es un deporte simple y natural, pero hay gente que lo complica, señaló González, quien puso como ejemplo al caso de otro jugador colombiano, Eduardo Herrera, quien buscando la perfección llegó el día en que no sabía cómo pegarle a la pelota”.
“En el mundo del golf, tanto en Estados Unidos como en Europa se mueven especialistas en captar estrellas ya formadas para ofrecerse como asesores, entrenadores, técnicos o caddies y así ganar mucho dinero. Posiblemente Camilo se dejó llevar por alguna de estas propuestas y terminó enredado. Cuando un jugador ha aprendido muchas técnicas necesita detenerse y pensar y Camilo no necesitaba a mi juicio, de ese método para jugar. Él es un golfista que no precisa pensar mucho en su swing. Es como pedirle a Messi, una estrella innata del fútbol, que juegue de tal o cual manera, eso le estará quitando la habilidad natural” añadió el destacado profesor.
“Esa obsesión por apropiarse de tanto recurso técnico llevaron a que el alumno estrella de González acabara por perder su naturalidad, su swing innato, hasta caer más allá del puesto 200 del ranking mundial, en el cual en su mejor momento llegó a ocupar el séptimo lugar”, indicó “El País.
El reto más riguroso
Luis Martínez, profesional del Club Campestre de Medellín, el club donde surgió Villegas, tiene una opinión diferente acerca de su actualidad. Martínez piensa que Camilo está jugando mejor ahora porque tiene mayores recursos técnicos producto de una práctica constante. “Tarde o temprano saldrá de este pozo en el que ha caído, los resultados no lo han favorecido porque hay excelentes jugadores y el nivel es muy bueno” aseguró el instructor, quien conoce a Villegas desde niño.
Para el comentarista del diario “El Tiempo” de Bogotá, Germán Calle, Villegas enfrenta “su más riguroso reto desde que llegó a las grandes ligas del golf en el 2006. “El camino es bien difícil. Todos los jugadores que están en estos últimos torneos de la gira llegan en las mismas condiciones de Camilo: la primera por supuesto es ganar uno de esos campeonatos como forma de permanecer en el circuito, con lo cual además se aseguran la tarjeta por los próximos dos años. La segunda es conseguir el dinero en premios que lo ubique entre los 125 mejores del ranking de ganancias y la última instancia es la nada accesible Qualifying School”, sostuvo.
Calle sintetizó el problema de Villegas afirmando que “este año Camilo perdió el swing, los fairways, el putt. Y lo peor, la confianza en su juego”. Esperemos, añadió, “que el mes y medio que estuvo sin jugar torneos oficiales le haya servido para volver a recuperar su ritmo”.