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Hicieron furor en la época de los pantalones pata de elefante y melenas afro. Ella cantaba con voz aterciopelada y potente, y era todo sensualidad en el escenario. Él era feo (el menos agraciado de sus hermanos), delgadísimo, y tenía una voz aflautada. Donna Summer y Robin Gibb alimentaron la banda sonora de los 70 y sus discos estuvieron entre los más vendidos en el mundo durante aquellos años. El destino llevó a que ambos murieran con pocos días de diferencia y aquejados de cáncer. Summer falleció el jueves 17, a los 63 años; Gibb tenía 62 años y murió el domingo 20.
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A Donna Summer (Boston, 1948-Florida, 2012) se la conocía como la “reina del disco” por el éxito de sus canciones en las pistas de baile. Fue la primera artista en alcanzar el número uno de ventas con tres álbumes dobles consecutivos; luego sumó cinco premios Grammy y once discos que llegaron al disco de oro. Algunos de sus temas más famosos fueron “Last Dance”, “Bad Girls”, “I Feel Love” y “On the Radio”.
Había nacido con el nombre de LaDonna Adrian Gaines en una familia profundamente religiosa. El nombre artístico lo tomó prestado del actor Helmuth Summer, quien fue su primer marido y con quien tuvo a su hija Mimi. En 1980 se casó con Bruce Sudano, matrimonio que continuó hasta su muerte. Con él tuvo a sus hijas Brooklyn y Amanda.
Cantó gospel en las iglesias, pasó del género dance al pop y lanzó en los 80 su primer trabajo con música no disco (“The Wanderer”), en el que colaboraron Michael Jackson y Stevie Wonder. En 2008 retornó al género de sus inicios con “Crayons”, y antes de morir llegó a colaborar con el saxofonista de jazz Dave Koz en el elogiado trabajo “At The Movies”.
Entre hermanos.
Es difícil pensar en Robin Gibb (Isla de Man, Inglaterra, 1949-Londres, 2012) separado de sus hermanos, con quienes creó el famoso grupo británico Bee Gees. Lo integraban Maurice Gibb, el hermano mellizo de Robin, quien murió en enero de 2003 en Miami Beach, y Barry Gibb, el mayor. El cuarto hermano, Andy, que falleció repentinamente a los treinta años, fue también un exitoso cantante, aunque nunca integró el grupo.
Con la combinación de voces altas y el uso de falsetes, además de una base pop acompañada de grandes orquestaciones, los Bee Gees encontraron la clave de su éxito, que les llegó desde su tema “New York Mining Disaster”, pasando por “To Love Somebody”, “I’ve Got Get a Message to You”, hasta el experimental y psicodélico “Odessa”.
En 1969, Robin, quien siempre quiso ser la voz líder del grupo en lugar de Barry, se separó de sus hermanos y grabó “Saved By The Bell”. Pero en 1975 el productor Arif Mardin los volvió a unir y logró que se despojaran del sonido orquestal y se apoyaran en los sintetizadores y en la percusión. Así fue que “You Should Be Dancing” arrasó en las discotecas. En 1977, los Bee Gees participaron en la banda sonora de la película “Fiebre de sábado a la noche”, protagonizada por John Travolta, y en el mundo sonaron “Stayin’ Alive”, “Night Fever“ y la balada “How Deep Is Your Love“. Se considera que fue de las bandas sonoras más vendidas de la historia, aparte de una de las más bailadas.
En los 80, Robin lanzó al mercado tres álbumes como solista y los éxitos continuaron, aunque después sobrevino el destino trágico de su familia. Se había casado en dos oportunidades y tenía dos hijos de su primer matrimonio: Melissa y Spencer.