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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáTanto a nivel personal como en conversaciones con familiares y amigos percibo la falta de satisfacción en cuanto a la atención brindada por las asociaciones de asistencia médica, ya sean mutualistas o instituciones privadas de servicios.
En unas cuantas situaciones, ha comenzado a existir una categoría de asociados “preferenciales”, justamente debido a la sensación de los afiliados en cuanto a que las prestaciones no son apropiadas en muchos aspectos.
En algunos casos es notorio que las direcciones respectivas han priorizado los aspectos “comerciales” por sobre los asistenciales, incorporando numerosos grupos de personal de empresas con acuerdos grupales específicos y afines, perdiendo calidad en lo que hoy se llama en otros ámbitos “la experiencia del cliente”. Pero cobran cuotas muy significativas.
Factores habitualmente reconocidos como contrarios a los beneficios esperados son la dificultad para agendar consultas rutinarias con médicos generales; ni que hablar si se trata de especialistas; mucho más complicado en caso de exámenes o de intervenciones quirúrgicas o actos médicos de otra naturaleza.
A ello debe agregarse la frecuencia del incumplimiento de horarios pactados, con largas esperas para ser atendido, lo que manifiesta una falta de consideración por el tiempo de los pacientes, tanto o más importante que el de los profesionales. No se puede entender que egresados universitarios no sean capaces de administrar adecuadamente una agenda de actividades y de consultas con cierta sensatez, más allá de las presiones que puedan ser impuestas por las organizaciones respecto al tiempo asignado a los contactos con los asociados o al número excesivo de ellos.
La generalidad del problema hace que no existan opciones muy obvias para las personas, para buscar una mejora en la atención, cambiando de institución.
¡Mucho por mejorar!
Afiliado insatisfecho