Bayardi ve un espíritu refundacional en las futuras autoridades de Defensa

Y si el ministro entrante afirma que el Frente Amplio llevó a cabo “un proceso de desmantelamiento y abandono” de las Fuerzas Armadas por prejuicios políticos e ideológicos, y ejemplo de ello es que “los militares son los más postergados de la administración pública”, su par saliente lo niega de plano. Que estos gobiernos generaron marcos legales para la institución militar, retruca Bayardi, aunque las “restricciones presupuestales” impidieron equipar mejor a las fuerzas. Y aun así en esto últimos 15 años mejoraron los salarios de los militares 85%, “como nunca en democracia”, añade, por lo que “no hubo discriminación política ideológica con el Frente en el gobierno ni se actuó de forma prescindente” hacia el mundo militar. 

Ambos dirigentes también discrepan sobre el anteproyecto de ley de urgente consideración que, de aprobarse, le impone el desafío al Ministerio de Defensa de “neutralizar” aviones, una medida que según García busca convertirse en un “efecto disuasivo” para combatir el narcotráfico aéreo. Para ello la Fuerza Aérea cuenta con modelos Cesna A-37B Dragnofly (Libélula), cazas de 40 años de antigüedad, comenta Bayardi, y advierte que “la neutralización por la fuerza” —que puede implicar el derribo— debe activarse cuando peligran intereses vitales para el país.  

“Si el problema es el traslado de paquetes de drogas, no parece que haya un interés vital en juego, sino el combate contra el delito de narcotráfico, que sin duda afecta la seguridad”, afirma. Y sigue: “En realidad las drogas —sobre todo la cocaína— se producen en Bolivia, en Perú y en Colombia, algo en Paraguay, por lo que para llegar al espacio aéreo uruguayo primero atraviesan otros espacios aéreos que tienen sus propias leyes de derribo”. Entiende que el narcotráfico hay que combatirlo “con otros instrumentos”, o contar con naves modernas. “¿Realmente esta medida tendrá un efecto disuasivo para el narco?”, plantea.

Bayardi sostiene que desde antes de la transición, en plena campaña política, “se transmitió un discurso exasperante sobre el problema de la seguridad, que se grabó en el imaginario social y hoy se sigue estimulando con declaraciones políticas de tipo represivo, diciendo que a partir de ahora todo esto se corregirá”. En ese sentido, el ministro advierte un espíritu refundacional o “adanista” por parte del nuevo elenco gobernante. 

“Lo mismo se hizo en Argentina a los pocos meses de asumir el gobierno de Mauricio Macri, en 2016, con decretos de necesidad y urgencia. Este discurso político macrista que hoy se replica de este lado responde a una concepción política y a la idea de que en unos pocos días empieza lo mejor, lo cual tampoco es cierto. Estamos aún en transición y deberíamos aflojar un poco con el discurso tribunero”, dice Bayardi.