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    Bordaberry pidió a sus dirigentes que no lo dejen solo y que confíen en él para negociar un acuerdo con los blancos para Montevideo

    A cada uno de los que hablaron en contra de su postura se le acercó y lo saludó con un beso y un abrazo. De esta manera Pedro Bordaberry, el líder de Vamos Uruguay, buscaba el sábado 18 bajar la tensión que había en la asamblea de su sector que discutió la propuesta de acordar con el Partido Nacional para ganar las departamentales en Montevideo dentro de dos años.

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    Con el diputado y secretario general del Ejecutivo de Montevideo, Fernando Amado, como la principal figura en contra de este acuerdo, las horas previas y la propia asamblea estuvieron marcadas por algunos momentos de tensión.

    Pedro Bordaberry

    “Vamos a mantener la alegría que teníamos cuando entramos, esto parece un velorio”, comentó el dirigente de Canelones Carmelo Capozzolo luego de que la asamblea, por una aplastante mayoría, resolviera apoyar las negociaciones para acordar con el Partido Nacional. Un rato antes, el propio Bordaberry había pedido “respeto” hacia quienes opinaban distinto y aseguró que quien “discrepa no es un demagogo”.

    En los seis años de vida del sector, la asamblea del sábado pasado fue la mayor. Según los organizadores, unas 800 personas fueron hasta el salón de fiestas de Casa de Galicia ubicado en pleno Centro de Montevideo. Generalmente a estos encuentros asiste un número sensiblemente menor. Pero dada la importancia del tema a discutir, y porque había dos posiciones, se pidió que cada departamento enviara la mayor cantidad de militantes, explicaron a Búsqueda fuentes del sector.

    En la interna de Vamos Uruguay varios dirigentes entendían que la postura de Amado, contraria al acuerdo, aparecía como “desafiante” a Bordaberry.

    Por eso, desde el arranque se dejó en claro el liderazgo de Bordaberry. “Pedro hizo la gran revolución de la política. Nos hizo senadores, diputados”, afirmó el intendente de Salto y nuevo secretario general del sector, Germán Coutinho.

    El jefe departamental, que se definió como “Pedrista”, explicó que estaba en la reunión para “apoyar y respaldar” al “líder” con sus “aciertos y errores”.

    “No los voy a defraudar”.

    “A los que han planteado dudas, o han planteado otras opciones, les pido que confien, que me den su confianza (...). Soy, nací y seré siempre colorado. Acompañenmé, no los voy a defraudar, (...) no me dejen solo”, planteó Bordaberry en su discurso en el que pidió apoyar el acuerdo.

    Antes, señaló que “hubo mucha pasión” en la discusión previa del tema. “Miren que veo las redes sociales y me abstengo de intervenir”, aclaró Bordaberry sobre algunos comentarios que militantes del sector intercambiaron en las últimas dos semanas.

    Dijo que en el fondo las dos partes tienen el mismo objetivo: “que el próximo gobierno departamental sea del Partido Colorado porque se entiende que se puede terminar con este desastre”.

    Bordaberry sostuvo que “no se deja de ser colorado por hacer un acuerdo”, y recordó que los gobiernos de Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle debieron pactar. Adelantó que para gobernar a partir de 2015, también deberán acordar con el Partido Nacional.

    “Quienes están en desacuerdo dicen que se quiere terminar con el Partido Colorado. Colorados fuimos los que aceptamos ser candidatos a intendentes en el año 2005. ¿Nos van a decir a nosotros quiénes pueden ser colorados y quién no? Colorados fuimos los que nos quedamos en 2002 con un tenedor yendo a la guerra”, afirmó.

    En esa línea, remarcó que el acuerdo es la “oportunidad única de transformar” la ciudad y aseguró que los montevideanos son “profundamente batllistas y colorados”.

    Antes de Bordaberry, argumentaron a favor del acuerdo los senadores Ope Pasquet y Alfredo Solari y el diputado Aníbal Gloodtdofsky.

    Pasquet, encargado de negociar con el senador Gustavo Penadés (Herrerismo), subrayó que el acuerdo ha sido “público”, “transparente” e “institucional”.

    Recordó que una encuesta reciente de Cifra mostró que 46% de las personas está de acuerdo en que se unan blancos y colorados. “Si nos unimos hay una alta probabilidad de ganar”, afirmó.

    Advirtió además, que si concretan el acuerdo desde la izquierda les van a “decir de todo”.

    “Soy profundamente colorado y no me importa que me digan rosado o rabanito”, enfatizó por su parte Solari.

    Gloodtdofsky dijo que el acuerdo es “triplemente positivo” y significa la “renovación”. Para el legislador el acuerdo es válido porque combina el “know how” (conocimiento por experiencia) que tienen los blancos por administrar varias intendencias y la historia del Partido Colorado, que “construyó” Montevideo.

    Empanadas.

    Fernando Amado fue el primer dirigente que argumentó en contra de la iniciativa. Su intervención era esperada y fue recibida solo con los aplausos de quienes integran su agrupación.

    El diputado destacó primero el trabajo de Pasquet, “serio y responsable”, y lo contrastó con el manejo “liviano” que le dieron los blancos al tema.

    Opinó que el acuerdo es un “mal negocio” porque es “funcional a Tabaré Vázquez y el Frente Amplio”. “Divide el departamento entre ellos y nosotros y eso genera una lógica bipolar”, explicó. Opinó, asimismo, que “dos más dos en política no es cuatro”.

    También se refirió a los resultados de la encuesta de Cifra citados por Pasquet: “Si ese es el argumento, estamos en el horno”. Planteó que no se puede resolver sobre la base de esos números, porque “sería demagogia”. Y si se guiaran por las encuestas, agregó, los colorados no tendrían chance para ganar. “Tendríamos que estar todos entregados. (...) Pero no solo no estoy entregado, sin que estoy convencido que tenemos el mejor candidato a presidente de la República”, afirmó.

    Sabedor de que perdería la votación, Amado aclaró que no será “obstáculo” para que se lleve adelante el acuerdo.

    Luego de las primeras argumentaciones y de la exposición de Bordaberry, se pasó inmediatamente a votar una moción en la que se respaldaba seguir negociando. Esto molestó a varios dirigentes ya que en ese momento quedaban más de 20 personas por hablar.

    Mientras cerca de la mitad se iba de sala o se afanaba buscando unas empanadas y un vaso de refresco, pidió la palabra el edil de Montevideo, Martín Bueno. “Estamos ante una decisión clave y no podemos estar para las empanadas”, se quejó visiblemente molesto. Tras cuestionar la “incapacidad” de los directores de la Intendencia de Montevideo, Bueno dijo que hoy “blancos y colorados son menos que frentistas”.

    “Acá nadie es más colorado que nadie. Ni los que están a favor ni los que están en contra del acuerdo. Les digo a los recién llegados que escriben importantes columnas diciendo que no se trabaja, que acá estamos trabajando mucho desde 2002, en la peor crisis. ¡Repartíamos listas de Stirling! ¿Ustedes saben lo que era salir a repartir listas en ese momento?”, preguntó.

    El dirigente Carlos Mecol, de Flores, también rechazó el acuerdo. Opinó que el “ejemplo a seguir” es Salto, donde se ganó la Intendencia con “mucho trabajo y un excelente candidato”. “No me generan confianza los socios blancos. (...) Nos dejaron a pata en el 2002”, recordó y solicitó a los dirigentes que “piensen” la decisión antes de votar y que resolvieran definitivamente en la Convención Nacional, donde se necesitarán 401 votos para aprobar un acuerdo.

    Santiago Campiglia, también de Flores, cuestionó el acuerdo. Campiglia, quien en pocos días pasará a ser parte del Comité Ejecutivo Nacional colorado en representación de sus jóvenes, recordó que está en política gracias a Bordaberry. Por eso dijo que no le puede “decir que no” a su líder, pero aclaró que no respalda el acuerdo.

    Afirmó que en Montevideo se “olvidaron de la gente, de escucharla”, y criticó al Partido Nacional. “Nosotros padecemos a los blancos. Es la realidad de todos los departamentos”. “Si quieren hacer un nuevo partido háganlo, pero dejen al Partido Colorado que tenga sus candidatos”, reclamó muy emocionado.

    Tras la decisión del sábado de Vamos Uruguay, que se suma a la postura favorable del sector Batllistas de Ley, los colorados deberán resolver cuándo citan a la Convención Nacional para que defina si acepta o no el acuerdo. Para ello se necesita la votación de dos tercios del total. La idea de los principales dirigentes es ir a esa convención con un acuerdo concreto. En tanto, el sábado 25 se realizará una Convención Departamental de Montevideo, donde se analizará la “estrategia” para las elecciones de 2015, según informó Amado.

    Política
    2013-05-23T00:00:00