Cabildo Abierto se inspira en la Hungría de Viktor Orbán para impulsar sus políticas de natalidad y contra la “agenda de género”

El gobierno de Hungría fue acusado por la Unión Europea (UE) de “socavar la libertad de prensa, académica y religiosa” y de incumplir con los “estándares democráticos”, como destaca una nota publicada por La Mañana, afín a CA, y también linkeada por Manini Ríos, con la que acompañó al posteo donde citó el concepto restrictivo de familia adoptado en ese país.

“Una forma de hacer patria”

Más allá de su perfil “autoritario” y “autocrático”, según sus críticos dentro de la UE, varias políticas del gobierno de Hungría han inspirado la estrategia política de CA. El partido de Manini Ríos también encarna posturas contrarias al matrimonio igualitario, la educación sexual en el sistema educativo y el aborto.

En filas cabildantes “el modelo húngaro” es seguido en parte como un ejemplo por su defensa de los valores cristianos, de la patria y la familia, así como de la soberanía nacional frente a la globalización.

En los últimos meses, previo a las elecciones de abril que ratificaron a Orbán en el poder, su gobierno anunció un paquete de gasto por unos US$ 4.000 millones para amortiguar la pérdida de poder adquisitivo. Entre otras medidas, prometió introducir una paga extra para aumentos salariales a militares y policías, funcionarios y pensionistas, y una exención del impuesto a la renta personal para menores de 25 años y progenitores. Y, de hecho, la política de promoción de la natalidad que premia a la familia tradicional aplicada en Hungría inspiró en cierta medida el proyecto presentado en junio por Manini Ríos en respuesta a la caída de la tasa de natalidad en Uruguay.

Entre las medidas planteadas por los cabildantes está una licencia especial paternal —de hasta 45 días durante los dos primeros años de vida del menor— y la reducción del gravamen a la renta personal (IRPF) para las familias por concepto de educación, alimentación, vivienda y salud. Además, Cabildo Abierto propuso que los empleadores que tengan un servicio de guardería o jardín de infantes sin costo para sus trabajadores puedan deducir parte de sus aportes al Banco de Previsión Social por cada niño que lo use.

Al elaborar estas propuestas, el partido de Manini Ríos tomó como referencia las medidas adoptadas por países con bajas tasas de natalidad, especialmente europeos, explicó a El País el senador cabildante Raúl Lozano, y, entre otros, destacó al gobierno de Orbán.

“En Hungría se implementa la reducción de impuestos e intereses en la compra de vivienda para los padres”, dijo Lozano, en línea con el proyecto de minuta de comunicación de CA aprobado el 10 de junio por la Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado, que en su primer artículo declara de interés nacional la implementación de políticas para el fomento de la natalidad. La caída demográfica “probablemente es el problema más grande que tiene el país”, dijo Lozano y agregó que, de seguir esta tendencia, habrá más población envejecida, menos fuerza de trabajo y mayor riesgo para subvencionar las prestaciones de la seguridad social.

De ahí que haya que mirar ejemplos como el de Hungría o Suecia. Y como en Europa del Este, donde varios países aplican lo que se conoce como el “beneficio universal infantil”, una renta básica solo al alcance de las familias con hijos, planteó.

Por su parte, el diputado cabildante Rodrigo Albernaz, católico y también defensor de la familia tradicional, no oculta el sesgo ideológico de la iniciativa. “Hay una serie de valores que queremos reforzar, incluido el fortalecimiento de la institución del matrimonio, junto con el apoyo al nacimiento de más uruguayos”, dijo a Búsqueda Albernaz, convencido de que “apoyar y promover el objetivo de tener hijos es una forma de hacer patria”.

La tasa de nacimientos en Uruguay viene descendiendo en forma sostenida, en un proceso que se ha acelerado “significativamente en los últimos años”, destacó el diputado, con base en la exposición de motivos del proyecto presentado por Manini Ríos.

El documento expresa que en 2020 nacieron 35.866 niños en el país, 1.606 menos que en 2019 (una baja de 4,3%), frente a 50.541 registrados en 2003. Así, Uruguay pasó a ser considerado “de muy baja fecundidad”, lo que implica que cada mujer en edad de ser madre tiene, en promedio, menos de 1,5 hijos. Según Albernaz, este descenso en la tasa de fecundidad —de 2,52 en 1990 a 1,4 en la actualidad— tiene que ver con medidas aprobadas durante las administraciones del Frente Amplio, como “la ley del aborto”, dijo, entre otros factores como la inestabilidad laboral y económica y la “falta de incentivos” para aumentar la familia.

“Está claro que tener hijos en Uruguay es caro”, aseguró este representante salteño, padre de dos niños. Sin duda, afirmó, esta es una de las variables que inciden en las parejas a la hora de decidir, además de motivos culturales y laborales. Y de ahí sustentó la necesidad de incrementar los incentivos para estimular a las parejas a tener hijos, despejando la variable económica como factor de decisión.

Ya en campaña electoral, tres años atrás, Manini Ríos había dicho a Búsqueda que la sociedad uruguaya se merece una nueva discusión sobre estos temas, particularmente sobre políticas de fomento de la natalidad y contrarias al aborto. El entonces candidato presidencial prometió que desde el gobierno volvería a plantear el debate para defender “el derecho a la vida”.

“Soy totalmente contrario al aborto. Eso que se está sacando de las madres es una vida, y no lo digo desde lo religioso, lo digo desde lo científico. Todos en algún momento fuimos eso que hoy se saca de una madre y se tira a la basura. ¡Fuimos eso!”, dijo Manini Ríos. Y también prometió “hacer todo lo posible para que no haya abortos” en Uruguay, sobre todo por “casos de mujeres que llevan varios abortos y lo toman como un método anticonceptivo, lo cual es una barbaridad”.