Era plena posguerra en España, cuando Pedro Carrera, cansado de que no lo dejaran hacer pan y habiendo sido detenido ya una vez por no cumplir con esta norma, decide cruzar el Atlántico y buscar nuevas oportunidades en América. Para entonces era dueño, junto con su hermano Miguel, de una pastelería a las afueras de Barcelona, en Sant Joan Despi. Sin embargo, teniendo en cuenta lo que le había comentado un amigo suyo sobre Uruguay, “una tierra de oportunidades, donde había mucho por hacer”, pensó que emprender en ese mismo rubro del otro lado del océano, sería una mejor opción. En 1950 llegaba a Montevideo junto con su esposa y sus tres hijos. Las máquinas para comenzar el negocio, que se trajo desde allá, llegarían tiempo después. Por eso, durante los primeros meses, la familia cocinó xuixos en su casa, unos croissants fritos, muy crocantes, rellenos de crema pastelera, y Pedro junto con su hijo Juan, de 9 años, salían a venderlos por la playa de Pocitos. Al año siguiente, cuando llegaron las máquinas, se instalaron en el primer local de la confitería, en Vázquez y 18 de Julio. A los dos años, se mudaron al actual local de Magallanes y Colonia. Al principio era un solo padrón, pero con el paso de los años la sucursal se fue agrandando hasta lo que es hoy. Actualmente allí se encuentra también la planta de elaboración.
Sin embargo, ya no es solo una confitería, es mucho más. “Nuestros locales tienen la particularidad que resuelven todos los momentos del día, en la mañana, al mediodía, en la tarde y en la noche podés encontrar comida fresca y a un precio razonable”, comenta a Trayectorias Diego Albanell, asesor de dirección. “De a poco fuimos cambiando. Históricamente éramos confitería Carrera, ahora somos mucho más, ahora es más Carrera que confitería”, explica.
Más allá de esto, Álvaro Rodríguez, gerente general, asegura que la esencia de la empresa no ha cambiado. “Cuidamos de forma celosa la manera en la que se elaboran los productos, porque nuestro cliente lo percibe, sabe muy bien con el paladar si hay algo que cambió”, sostiene. De hecho, según señala María José Carrera, directora de Carrera e hija de Juan, el postre Masini sigue siendo “el trofeo” de la empresa. La lista de productos top 5 se completa con la pizza, los sándwiches y los postres Alpino y de frutillas. Todo esto sin olvidar las especialidades catalanas, que en Carrera se cuidan con especial dedicación, ya que la remontan a sus orígenes. Allí, en Barcelona, Calroda, la confitería de la familia Carrera hizo historia hasta 2013. De los planes de crecimiento a futuro de Carrera, los nuevos desafíos y más, charlaron con Trayectorias María José y su hermana, María Noel, también directora, junto a Diego Albanell y Álvaro Rodríguez. Aquí un tramo de la conversación.
Pedro Carrera y familia llegan a Montevideo desde Barcelona, en barco, en 1950.
¿Siguen manteniendo las recetas tradicionales de los primeros tiempos?
Álvaro: Absolutamente. Las recetas están blindadas, no se tocan. Nosotros trabajamos sobre la gestión, tratamos de mejorar todos los aspectos de la empresa, pero cuidando en forma celosa la manera en la que se elaboran los productos, porque nuestro cliente lo percibe, sabe muy bien con el paladar si hay algo que cambió. Nos lo hace saber.
María José: Además, nos encanta seguir las tradiciones. Un ejemplo es el casal catalá, que siempre estuvo muy ligado a las especialidades catalanas, que trajo nuestro padre. Las cocas de San Juan, las ensaimadas, los panellets, también. Seguimos cuidando ese nicho de catalanes que nos compran.
¿Las materias primas son todas uruguayas?
Álvaro: Nosotros tenemos una frase interna: Lo que uno consume en Carrera es lo que se ve. El producto no tiene nada que uno no vea. No utilizamos ningún tipo de aditivo, no utilizamos emulsionantes, conservantes, colorantes, no usamos nada de eso. Ese es uno de los fuertes de nuestra elaboración. Las materias primas son uruguayas de primera calidad, pero hay algún producto como, por ejemplo, el tomate que utilizamos para la salsa de la pizza que sigue siendo importado. Es un producto con determinadas características, que no conseguimos en plaza.
María José: Lo fresco siempre fue un atractivo, hoy en día todavía está más valorado comer sin aditivos, sin conservantes. Hoy la gente busca lo natural.
Diego: Es lindo decirlo porque es lo que se vende, pero eso implica para nosotros una operativa enorme. Implica ir varias veces al día a los locales para reponer la mercadería y recibir materias primas varias veces por semana.

El postre de frutilla es uno de los favoritos de los clientes.
¿Cómo es el cliente de Carrera?
Álvaro: Es un cliente adulto de determinado poder adquisitivo. A la vez, en este último tiempo, al tener tiendas en los shoppings, se empieza a conocer que brindamos un producto de calidad a muy buen precio, entonces comienza a crecer la demanda de artículos más masivos, como la pizza o las pizzetas. También ha pasado, que a partir de la apertura de la página web, que para nosotros es un sexto local, ya que tenemos un movimiento muy importante, pudimos acceder a una variedad de clientes, que antes no teníamos. El abanico se ha ampliado. Es algo que venimos buscando. Queremos seguir renovando el concepto de confitería para que las nuevas generaciones lo vean como algo atractivo.
María José: Por eso, ahora somos Carrera. Siguiendo un poco esta línea, ahora tenemos una cocina de investigación, en la que vamos probando cosas, buscamos que están haciendo del otro lado del mundo, incorporamos productos nuevos. Eso está buenísimo. A la gente le encanta llegar a un lugar y ver que hay cosas y sabores nuevos.
María Noel: Cuando fuimos abriendo locales, siempre hablábamos de unir generaciones. Siempre buscamos que el adulto, el abuelo traiga a su nieto y que eso se vaya transmitiendo entre generaciones.
¿Buscan el equilibrio entre la tradición y las nuevas tendencias?
María José: Sí, incluso en Barcelona, a pesar de ser muy tradicionalistas y disfrutar mucho de sus fechas festivas, asociándolas a una comida particular, también están innovando. Por ejemplo, ahora con los florentinos, que también estamos haciendo acá. Es una galletita de almendra con una capita finita de chocolate. Antes estaban más cerrados a sus tradiciones, ahora ves un montón de cosas nuevas. Nosotros queremos seguir esa misma línea.

Hasta el día de hoy el postre Masini sigue siendo “el trofeo” de Carrera
¿Qué les aporta estar ubicados en shoppings?
María José: Ya nuestro padre, cuando arrancaron los primeros shoppings, vio la oportunidad. La ciudad se fue descentralizando, la gente ya no iba a la Caja de Jubilaciones o al Banco República. Entonces, él apostó por Punta Carretas y después por Géant, dos opuestos en laciudad. Nosotros complementamos con Montevideo Shopping y Plaza Italia, logrando así estar presentes en gran parte de la ciudad.
Álvaro: Antes en vacaciones de julio, los abuelos iban al cine con los nietos en 18 Julio. Eso se perdió. Hoy van a los shoppings. Como decíamos, hay un tema asociado al flujo. La estrategia de vender productos frescos requiere alta rotación. Es muy probable que a última hora del día en nuestros locales haya muy poca oferta de productos y eso es justamente lo que buscamos. Al otro día se repone con mercadería fresca, elaborada en el día. Para mantener esa estrategia se necesita una demanda. Por eso tenemos una propuesta para todos los momentos del día con buen precio y productos frescos. Se trata también de un cambio que se fue dando en la sociedad. Hoy hay muchos locales de fiesta que brindan todos los servicios de manera integral, algo que antes no ocurría. Antes se llamaba a una confitería para que se encargara del catering. Entonces, si bien nosotros seguimos estando presentes en ese tipo de eventos, la estrategia fue fortalecer los puntos de venta y abarcar las franjas costeras de Montevideo, por ahora.
Se dice que las empresas familiares no suelen subsistir a la segunda generación y ustedes ya están en la tercera. ¿Cuál es la receta?
María Noel: El equipo.
María José: Mantenerse unidos y en pro del corazón del negocio, encontrar gente que comparta los mismos valores y quiera lo mismo para la empresa.
Álvaro: Ponerle pasión. Querer lo que uno hace. La forma en que buscamos lo mejor para la empresa, va por encima de las personas. Es un equipo y buscamos siempre acuerdos para alcanzar los objetivos, aunque no siempre son caminos rectos, estamos muy contentos con cómo venimos evolucionando.
Diego: Yo creo que gran parte de la razón es también que no hubo grandes revoluciones de cambios. Generalmente, las terceras generaciones llegan con su librito de cambio, quieren modernizar todo lo que hicieron las generaciones anteriores. Acá había muy buenos cimientos y dijimos: ¿cómo logramos que estos cimientos se mantengan y crezcan, sin hacer grandes cambios?

¿Cuál es el secreto del éxito?
Álvaro: Productos frescos, trabajar y lograr que el equipo comparta los mismos valores. En el equipo hay un orgullo importante por lo que hacemos. También son grandes defensores de cómo hacemos las cosas. El que hace las masas está orgulloso de cómo las hace y te lo dice: Solo nosotros hacemos esto. El que las vende sabe también que está vendiendo un producto que el cliente va a apreciar. Ese orgullo es una de las claves.
¿Cómo se imaginan la empresa en los próximos cinco años?
Álvaro: En este momento estamos en la interna soñando eso, pero todavía no lo tenemos resuelto. El movimiento que vayamos a dar va a implicar decisiones de gran porte, gracias a la consolidación que se ha logrado.
María José: Hoy la capacidad de la planta está llegando a su límite, entonces tenemos que planificar cómo sería la forma de seguir creciendo y tomar decisiones.