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Sr. Director:
¿Quién se anima? Hay situaciones que se repiten sin cesar, a diario, en partes de nuestro país, su capital Montevideo y áreas cercanas, por ejemplo.
Una. Los rapiñeros y arrebatadores operan en general en moto. Van de a dos. Uno conduce, el otro roba. Por otro lado, ciento cincuenta motociclistas murieron en el primer semestre de este año en Uruguay. Sí, 150. El 66,7% de los fallecidos en accidentes de tránsito en ciudades, durante el primer semestre de 2013, está constituido por motociclistas.
¿Quién se anima a prohibir más de un pasajero por moto? Como en Honduras. U otras ciudades, Guatemala, Medellín. Por un plazo, a prueba, en ciertas localidades. Como sea. ¿Hay dudas que una medida de esas características abatirá de inmediato los índices de rapiñas y simultáneamente la mortalidad de motociclistas? ¿Quién se anima?
Otra. Vidrieras. Fachadas de comercios donde se maneja dinero habitualmente. Viene de señalar el licenciado Robert Parrado (revista “Póliza”, 113) que según cómo estén dispuestas las vidrieras de los comercios podrán constituirse en una barrera frente a los delincuentes o, por lo contrario, una oportunidad para estos. Ver “hacia afuera”, ¿hoy implica que también pueda verse “desde afuera”?
¿Quién se anima a resolver que esta situación se dilucide a favor de la seguridad de los comercios, de sus empleados y de sus clientes? Al respecto, pues, parecería del caso conocer criterios y directivas desde quien detenta el monopolio de protección de la ciudadanía en cuanto a su seguridad: el Ministerio del Interior. En otras palabras o jergas, el ámbito responsable de la seguridad ciudadana.
Otra. Legítima defensa policial. Desde 2004 yace en carpetas del Archivo del Poder Legislativo un proyecto de ley por el que varios diputados de la época propusimos que para el caso de violencia ejercida contra agentes policiales por más de un delincuente, se presumirá la legítima defensa. La propuesta apunta a agregar un elemento jurídico a favor de quienes combaten al delito, en muchas ocasiones en inferioridad numérica. Hoy la situación marca que un agente policial que deba atravesar por dicha circunstancia —enfrentarse a más de un presunto delincuente— tiene la carga de probar que cumplió con todos los requisitos de la legítima defensa si de su acción resultan víctimas. ¿Quién se anima a desarchivar ese proyecto?
Otra más. Tenencia de armas por personas con antecedentes debe ser delito. Días atrás se trató en nuestro Parlamento el proyecto de ley por el que se tipifican como delitos el tráfico, tanto internacional como interno, uso, fabricación y tenencia, no autorizados, de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados. El proyecto —que aún debe pasar por nuevos trámites legislativos— implica un avance respecto a la normativa vigente que de alguna forma es omisa respecto a una realidad marcada por un impresionante mercado informal, paralelo, ilegal, de armas —en gran medida— al servicio del delito. Se tipifican nuevos delitos y penas, se establecen límites que contribuirán a dificultar el acceso y uso de armas por la delincuencia. Pero es tal el conjunto de plazos que pueden sumarse (legislativos, de reglamentación, de regularización) para que las nuevas previsiones entren en efectiva aplicación, que parece tratarse de una norma para una realidad que llegará dentro de mucho tiempo. Y esa realidad, la inseguridad, ya está instalada y como todos sabemos condiciona nuestras vidas y nuestra libertad. Acá se trata de establecer ya, por una norma legal que bien puede aprobarse en plazos breves, que la tenencia y/o porte de armas de fuego por personas con antecedentes penales, violentos o no, es delito con pena de prisión. Al respecto, ha hecho público su pensamiento en un sentido similar el actual presidente de Diputados, Germán Cardoso. Se trata de un verdadero golpe a la delincuencia. Y la inmediatez en la vigencia de la norma es fundamental para su eficacia. ¿Quién se anima?
Podemos agregar nuevos temas para ver quién se anima a abordarlos y con qué posición. Debatamos sobre los llamados “billetes espías” en lugares donde se manejan sumas de dinero atractivas para la delincuencia. También sobre la posibilidad de enviar SMS al servicio 911.
¿Quién se anima?
Diego Martínez
CI 1.480.399-7
Sr. Director:
En este momento hay varios escenarios de violencia y esclavitud presentes en nuestro planeta. Entre los que me han impactado más figuran: el drama de la antigua Birmania —hoy Myanmar— la cual sigue en manos de una truculenta dictadura militar que azota al país desde 1962. Hace un año se estrenó la película “The Lady” en Montevideo, la cual narra un tramo de la vida de Aung San Suu Kyi, presidenta electa por el pueblo y todavía sin poder ejercer su cargo. El filme es muy recomendable y nos da un pantallazo de cómo han vivido en ese rincón del planeta.
Otro de los malos y déspotas que actualmente ostentan el poder es el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un. Para los que leemos las noticias internacionales, nos sorprende que en pleno siglo XXI exista tanta demencia concentrada en una persona —un Hitler de la era moderna— y que lamentablemente la comunidad mundial no haya tomado medidas más severas contra esta clase de sujetos. Prácticamente todo su pueblo es esclavo en campos de concentración y padece hambruna; hace poco se presentaron ante la ONU testigos de ese infierno a relatar las torturas a las que habían sido sometidos.
Finalmente Siria, un serio y mediático problema ya que hasta ahora no se ha resuelto una intervención militar sobre dicho país. Son muy recientes las imágenes de muerte y sufrimiento experimentadas por la población civil y de las cuales los principales medios de prensa del mundo se han hecho eco.
Algo tienen en común los casos anteriormente mencionados: todos usan el aparato militar para mantenerse en el poder. Si los ciudadanos no se comportan de la forma esperada entonces son censurados y/o eliminados por las fuerzas armadas. Estos tiranos siguen vigentes porque tienen las armas de su lado y amenazan continuamente con usarlas si no se hacen las cosas a su manera. En una sociedad sana, las fuerzas armadas solamente responden al pueblo soberano y no a los caprichos de unos pocos que las usan para su propio provecho.
Por supuesto que la lista continúa y muchos lectores tendrán más para agregar, pero toda esta presentación es para invitar a la reflexión a los uruguayos y para que puedan ver que la paz de que gozamos es un bien invaluable; los que viajan a esos países y palpan esas crudas realidades llegan a esta misma conclusión. Lo otro y no menos importante es que podemos perder todo si no lo cuidamos. Esa responsabilidad compete a todo el pueblo uruguayo y no la podemos delegar en nadie; debemos tener participación activa en la preservación de nuestro sistema democrático para que nunca volvamos a tener ninguna clase de dictadura o sometimiento.
Hoy y siempre debemos estar preparados para defender y de ser necesario dar la vida por nuestra libertad. Desde la infancia cantamos con nuestro himno estrofas impregnadas de espíritu combatiente, las cuales espero que nunca se transformen en letra muerta ni caigan en el olvido por desuso: “Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir. Es el voto que el alma pronuncia y que, heroicos, sabremos cumplir”.
Andrés Prieto Hernández
C.I 1.734.589-3
Sr. Director:
Estamos desamparados. Días felices aquellos en que las conexiones a Internet funcionaban de maravillas. Hasta que el gigante Antel apareció en escena. Se tuvo la brillante idea de instalar la fibra óptica y fue cuando comenzó el caos.
Al inicio de agosto, una empresa tercerizada Micromecánica encargada de la instalación en hogares de dicha tecnología, concurre a mi domicilio para iniciar los trabajos pertinentes.
Como era de esperar, los muchachos muy simpáticos hicieron su trabajo sin regalar nada ni constatación ni conformidad de trabajo bien realizado.
Eso sí, firmar la planillita y por supuesto que la “retribución” al finalizar sus tareas no debe faltar nunca en la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero.
Y ahora el drama.
Mal funcionamiento de las conexiones y llamadas burocráticas para subsanar el error.
Tres concurrencias a domicilio arreglando parcialmente pero cayendo nuevamente en la inconexión, hasta que el viernes 30 de agosto, luego de dos cambios de modem (ONT) y habiendo chequeado personalmente las instalaciones me decido llamar a las 13 hs a reclamos 08001199 y a la empresa responsable de su colocación.
La operadora de Antel muy amablemente responde que hará ingreso al reclamo correspondiente. Por su parte, el funcionario de la empresa responsable me comunica que corroborará si hay algún operario cerca para concurrir a mi domicilio.
Por supuesto (los reyes magos no existen), viernes, no concurre nadie.
Sábado reitero mi llamado a ambos, casualmente la misma respuesta y la misma ausencia a mi domicilio.
¿Domingo? Solo manifesté nuevamente mi queja a la operadora del ente estatal, pues la empresa responsable se encuentra cerrada hasta el lunes.
El domingo 1º hora 20, me encuentro insólitamente sin un servicio, que yo no pedí me lo instalase, un servicio que funcionaba maravillosamente hasta que algunos genios crearon la fibra óptica, un servicio que lo pago rigurosamente todos los meses y que desde hace 96 hs, no lo tengo disponible (léase pago por algo que no se me brinda) y lo más insólito, la empresa responsable justamente no se hace cargo de la falla en el servicio que le debe brindar a un usuario (léase no atención ni viernes ni sábado ni domingo).
Mi trabajo insume gran parte del manejo de información mediante el uso de Internet, pero ¿qué les importará a las autoridades, no? Total, mientras pague y estemos al día, ¿la calidad del servicio? Bien, gracias.
La pregunta (en lugar de “Salven el Millón”, salven a los “3 millones de Uruguayos”); ¿quién se hace cargo de toda esta irregularidad, que más allá de ser denunciada, se busca poner en conocimiento de toda la población salvaguardándola ante posibles servicios que vayan a recibir? En mi profesión una omisión similar implica juicios, demandas y ainda mais, ¿y a los responsables de esta omisión qué pena les cabe?
Por eso salvemos a 3 millones de potenciales afectados.
Dr. Juan Pablo Monzani
Médico radiólogo
CI 1.891.309-3
Sr. Director:
Por la presente solicito a usted la publicación del texto adjunto.
Corresponde al discurso pronunciado por el Ing. Jacinto Muxí Muñoz, en representación de la Fundación Padre Novoa, en el acto realizado el lunes 19 del corriente en El Dorado, Canelones, con motivo del lanzamiento del Parque Educativo Padre Novoa.
Agradeciendo su atención, lo saluda atentamente,
p. Fundación Padre Novoa
Cr. Roberto Fossati Soares de Lima
Presidente
El Padre Novoa. Les damos la bienvenida: autoridades nacionales y departamentales, colaboradores, alumnos y ex alumnos del Colegio San Adolfo, miembros y amigos de la Compañía de Jesús, amigos de Fe y Alegría, amigos de Fupan, amigos todos desde siempre del P. Novoa. En resumen, bienvenidos todos los que hoy nos acompañan.
Mis queridos amigos de Fupan (Fundación Padre Novoa) me distinguieron, eligiéndome para hablar hoy en la conmemoración de un centenario, nada más y nada menos que los 100 años del nacimiento de un jesuita ejemplar: el Padre José Arnoldo del Corazón de Jesús Novoa Rébori.
Esta distinción involucra una gran responsabilidad que esencialmente consiste en representar, de manera cabal, a todo este grupo de personas que el P. Novoa educó, formó, aconsejó, acompañó y ayudó a desarrollar sus talentos.
En lo medular, sirvió a todos nosotros en el sentido más noble y cristiano que la palabra tiene, así como a todos aquellos a quienes, con respeto y dignidad, les dio la oportunidad de servir a otros más necesitados.
De paso, dar a conocer su rica historia, marcada por la sencillez y la humildad, a quienes no lo conocieron, y por tanto no tuvieron la suerte de compartir el noble camino de su vida.
Si habrá sido grande su obra que hoy, a casi 18 años de su partida al reino de los cielos, sigue siendo capaz de convocar y de reunir a su gente y mostrar que no sólo tuvo capacidad para hacer tanto por el prójimo, sino que tuvo la inteligencia de rodearse de un grupo de gente a quienes contagió su entusiasmo para la plena continuidad de su obra.
A los 15 años, José Novoa entró en el Noviciado de la Compañía de Jesús.
En 1944 se ordenó sacerdote y poco antes de su muerte festejó sus Bodas de Oro como jesuita.
Su tarea educativa la desarrolló básicamente en tres etapas: fue prefecto y rector del Colegio Sagrado Corazón, ex Seminario, luego rector del Colegio San Javier en Tacuarembó y por último, aquí, en la Capilla y Colegio San Adolfo, en donde desarrolló una admirable obra social, dedicado a la gente del lugar y en particular a su gran pasión: los niños.
Muchos tuvimos el enorme privilegio de ser sus alumnos en el Colegio Seminario y después sus amigos en el resto de la vida, compartiendo frecuentes encuentros y participando en sus actividades aquí en El Dorado.
Nos inculcó y transmitió múltiples facetas de su personalidad: humildad, disciplina, responsabilidad, austeridad, caridad, en definitiva verdadero amor al prójimo.
Su sola presencia imponía respeto. La autoridad la ejerció siempre con mucha firmeza, que sabía combinar con una adecuada dosis de elasticidad e inteligencia práctica.
Tenía el don de saber escuchar. Captaba el fondo del problema y nunca dejaba pasar la oportunidad de emitir sus sabios consejos. Siempre con respeto, tolerancia y comprensión.
Fue capaz de superar con fuerza y garra sin límites algunas enfermedades y pruebas que Dios puso en su camino. Decía, en agradecimiento, “yerba mala nunca muere”.
Alternaba con absoluta comodidad en todos los ambientes, estaba a gusto con todas las personas, desde la más modesta hasta la más encumbrada. Sin fingir ni simular nunca. La nota la daba siempre su dignidad. Que no era distancia, ni límite, sino conciencia de su rol y valoración de su actitud cristiana. Siempre era el mismo.
Como educador fue genial. No sólo se preocupaba por trasmitir los conocimientos curriculares sino que le era fundamental el aspecto humano de los educandos, a quienes procuraba dotar de las mejores herramientas para afrontar la vida en toda su dimensión.
En la enseñanza procuró siempre los mejores profesores, algunos de los cuales se convirtieron en verdaderos hitos de la docencia, y para ejemplo cito sólo a tres educadores que tuvimos en el Colegio Seminario: la Srta. Amelia, el Profesor Martínez, el querido “gallego” Martínez y el Profesor Valls, el inolvidable “macho” Valls, porque la lista sería sin duda interminable.
Complementó la educación con los famosos viajes al exterior. Muchos pueblos y ciudades, no sólo de América sino también de Europa, fueron testigos de ese modo de enseñanza que utilizó con tanto éxito en la formación de niños y jóvenes. De allí la recordada frase: “Novoa sin fronteras”.
Para explicar el por qué de los viajes, nada mejor que sus propias palabras, escritas allá por 1983: “Se dice que el mejor medio de aprender son los audiovisuales. Supera a todo esto lo que entra por los ojos en su verdadera dimensión. Visitar museos, fábricas, recorrer distancias, conocer ciudades, ríos, ver montañas, lagos, etc., constituyen una enseñanza superior a cualquier otro medio. Tratar personas distintas, convivir días y días con otros, saber comer lo que nos sirven, viajar con incomodidades por un bien mayor, educa a la persona, la hace salir de su entorno, descubriendo que el barrio o la ciudad o el país que uno habita, no es lo único que existe. Que en otras partes hay cosas que sirven, que hay que valorarlas y al mismo tiempo nos hace valorar lo propio. Enriquece nuestra vida humana, nuestra cultura, medimos todo de otra manera”.
Sigo brevemente con sus propias palabras: “Los viajes se hacen en enero porque nuestra manera de dormir es en el suelo y con una manta. El comer está representado por los Primus de 4 y 8 bocas, las ollas de 50 y 75 litros, arroz, polenta, fideos, papas, abundantes tucos, sardinas, mortadela, paté, mermeladas, dulces, además del infaltable pan y el siempre caliente té. Nuestro albergue: colegios públicos y privados, o salones parroquiales. La locomoción el tren, que también nos sirve de capilla, comedor y dormitorio, o los ómnibus, hasta de a tres por asiento. Los frutos son múltiples, sobre todo en estos barrios, porque da la posibilidad que otros tienen”.
Los viajes que se iniciaron durante su Rectoría en el Colegio Seminario continuaron año a año en El Dorado, donde contó con el apoyo de sus amigos y ex alumnos que conocieron y apreciaron esta forma de apertura al mundo desde los años de su infancia. También fue clave la participación de su hermana que se adelantaba y programaba los viajes, así como la de sus habituales colaboradores de El Dorado que lo acompañaban en sus viajes.
Al final de cada viaje, hacía una revista donde describía con lujo de detalles el diario del viaje y presentaba su “Rendición de Cuentas”. Sus números eran fantásticos, el excelente aprovechamiento de los escasos recursos disponibles, haría poner colorado a cualquier ministro de Economía.
Estando en El Dorado se preocupó de llevar a los niños a Montevideo, donde visitaban fábricas, el puerto, el Zoológico, el Planetario, Museos, el BROU, el Cabildo, la Catedral, el Mirador Municipal, el Parque Hotel, la rambla. Los chicos no salían de su asombro cuando conocían nuevos e históricos lugares, pero lo que siempre les impactaba, según Novoa, era conocer el mar, que muchos nunca habían visto. Alguien le conseguía el ómnibus, otros proporcionaban la merienda y los refrescos, que también eran parte importante del paseo.
También los llevaba al interior del país, donde además de conocer ciudades y visitar industrias, también a establecimientos de campo de sus amigos, donde veían y aprendían sobre la producción agropecuaria. De esta manera los ponía en contacto directo con los sectores de la actividad productiva de nuestro país.
Las fechas patrias eran también motivo de festejo para su gente de El Dorado. Para ello organizaba las famosas frankfurteadas, seguidas de juegos, reparto de juguetes y para concluir chocolate y tortas a media tarde.
Como siempre, inculcaba que el trabajo era en equipo. Alguno traía los panchos, otro una bolsa de 50 kg de harina, que Novoa canjeaba al panadero del barrio por los panes, del mercado llegaba la lechuga, alguien llevaba los huevos, otro la leche condensada de Conaprole, otro se hacía cargo de la cocoa —siempre exigía la de 60 cacao-40 azúcar porque rendía más—, otro aportaba los dulces y de Montevideo llegaban las tortas.
En muchos casos eran donaciones; el resto compras luego de obtener buenos descuentos para un noble fin. Con todo esto y el trabajo de sus colaboradores más cercanos, más de 600 niños tenían oportunidad de festejar cada fecha patria mientras el P. Novoa también aprovechaba para enseñarles a venerar a nuestros próceres y a conocer algo más de nuestra historia. La fiesta era completa.
A fin de año, sus amigos del interior donaban borregos y capones, que luego de carneados y asados eran repartidos para alegrar la mesa navideña de muchas familias de El Dorado.
Algo que lo caracterizaba era que nunca pedía. Sin embargo, siempre recibía. Sin duda, Dios Padre ponía en sus manos toda clase de recursos, sabedor de que el Padre Novoa lo administraba de un modo admirable. En definitiva asumía el rol de intermediario.
Pero las actividades de formación se multiplicaban, más allá de lo curricular, de los viajes y los paseos didácticos a Montevideo y al interior del país.
Su inagotable capacidad de trabajo permitió desde el inicio de su actividad en el El Dorado, la instalación de una Policlínica, que aún hoy mantiene sus puertas abiertas.
Alumnos y familiares acudían para hacer consultas a médicos, tomarse la presión, vacunarse y recibir remedios de una farmacia repleta de medicamentos. Más adelante con el apoyo de dos odontólogos y la donación de un equipo odontológico y una turbina empezó la asistencia en esta materia.
En su momento inventó la venta de comestibles, útiles y ropa, que se realizaba a precios simbólicos para hacer rendir más los ingresos familiares. Todo tenía precio, como dije simbólico, pero él quería trasmitir que nada se logra sin esfuerzo y que la caridad debe encararse como forma de educación, no solucionando exclusivamente el problema de hoy, sino preparando a la gente para el futuro.
En este campo mucho se preocupó por conseguir trabajo para su gente y vaya que tuvo éxito. Si bien muchas veces hemos escuchado “nada peor que recomendado de cura”, los del P. Novoa eran la excepción. Tengo algún “recomendado” que aún trabaja conmigo y han pasado más de treinta y cinco años.
Lógicamente, estaban presentes la catequesis, el movimiento Scout, el Centro Juvenil y también las clases de tejeduría para las chicas, entre otras actividades.
Para los más necesitados organizó durante años el clásico desayuno de los sábados y el almuerzo de los domingos.
Y, si me permiten, un atrevimiento personal: a medida que voy conociendo la vida del jesuita Jorge Bergoglio, hoy el Papa Francisco, cada vez encuentro más similitudes entre ella y la de nuestro querido Padre Novoa.
El Padre Novoa no lucía como un jesuita erudito; era un jesuita humilde, sencillo y austero, que salía al encuentro de la gente hablando un lenguaje fácilmente entendible.
Me parece verlo, cuando todas las tardes al salir del Colegio nos despedía dándonos la mano a cada uno de nosotros y llamaba a algunos para hacerles un comentario o alguna reprimenda. Estaba en todo, conocía a todos los alumnos y generalmente a su entorno familiar. Sabía todo lo que pasaban sus alumnos. Y repetía siempre que en controversia alumno-profesor, la razón la llevaba el alumno. Era el profesor que no sabía o no podía dirigir a los muchachos.
Me parece verlo cuando todos los fines de mes aparecía en la clase con el libro negro donde estaban las notas y leía las de cada uno con el correspondiente comentario.
En ese momento, utilizaba las parábolas de Jesús, la de los talentos, la del rico Epulón y el pobre Lázaro, la del sembrador, la del hijo pródigo, que poco a poco y por reiteración iba grabando en nuestras mentes. Leía como pensaba, levantaba y bajaba los ojos rápidamente, mientras repetía una sucesión de buenas o malas notas a velocidad extrema. De tanto en tanto apoyaba sus lentes en el libro y enseguida los comentarios. Nosotros entendíamos su mensaje.
Me parece ver la Velosolex cuando entraba a su despacho en El Dorado. El P. Novoa nunca quiso que le regalaran un automóvil como más de una vez le ofreció algún amigo; siempre prefirió la bicicleta y cuando sus fuerzas mermaron recurrió a la referida Velosolex para realizar su tarea pastoral.
Viajaba a Montevideo en ómnibus y sólo aceptaba que lo llevaran en auto si ello servía para hacer mayor cantidad de cosas en Montevideo y aprovechar para trasladar útiles, libros, ropa y comestibles o lo que fuere para El Dorado.
No se quedó en la Capilla y en el Colegio, salió siempre al encuentro de la gente pues buscaba a Cristo en los pobres y salía a reconquistar a fieles que en su zona iban adhiriendo a otras iglesias y credos, o simplemente abandonaban la religión.
Acuñó algunas frases que todavía hoy se siguen escuchando en su barrio, tales como: “hay que poner el amor en las obras más que en las palabras”; “tienes un amigo que se llama Jesús y que nunca te va fallar”; “todos somos valiosos y tenemos algo para dar”; “lo que me sobra no me pertenece”.
Podría continuar, pero en algún momento hay que poner punto final al recuerdo de esta rica y ejemplar historia.
Sólo me resta agradecer a Dios y a mis padres que me enviaron al Colegio Seminario, donde tuve el privilegio de conocer al Padre Novoa, un ser superior, un amigo de quien recuerdo y aplico casi a diario muchas de sus enseñanzas.
Él sigue caminando. Al igual que lo hacia en los patios del colegio. Manos en los bolsillos, cabeza mirando hacia abajo, pensando y creando.
De repente sus ojos azules intensos y cálidos aparecían. Y con esa mirada fraterna, transparente y pura la cara toda se llenaba de una sonrisa que todos aprendimos a querer y que hoy seguimos evocando.
Ing. Jacinto Muxí Muñoz