Los trenes a vapor
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáSi hay una persona que ha hecho viable el funcionamiento en Uruguay del patrimonio histórico rodante ferroviario, los trenes a vapor, es Rodolfo Fontela.
Lo pudo hacer por las siguientes razones:
1. Tiene atrás dos generaciones de ferroviarios, padre y abuelo, ambos vinculados a la parte de los “fierros” y del tránsito de trenes.
2. Nació y vivió hasta su juventud en el barrio Peñarol. Fue ferroviario durante una decena de años.
3. Trabajó en barcos a vapor aprendiendo el manejo de esa histórica tecnología que marcó la revolución industrial. El primer barco a vapor es de 1804 y el primer ferrocarril de 1825. Actualmente ni los trenes ni los barcos son a vapor, ni nada se mueve con la tecnología que estandarizó Watt en 1784, salvo el tren a vapor de la Asociación Uruguaya Amigos del Riel; por tanto estamos frente a lo único que de manera vivencial en Uruguay nos une a la revolución industrial.
4. Rodolfo Fontela arraigó dentro de sí la pasión por el tren a vapor. Al igual que otras personas en otros rubros (por ejemplo, los pioneros de la arqueología uruguaya), lo hizo de manera amateur y con criterio profesional. La tarea de Rodolfo Fontela se inscribe en la disciplina que se llama arqueología industrial, con amplio reconocimiento y labor en el mundo como el caso de España toda y en el Reino Unido, lugar donde nació en la década de los 60. Buscar en Google solamente la enorme cantidad de lugares donde está puesto en valor el pasado industrial en España, como símbolo de identidad local y de desarrollo, y compararlo con el caso de Peñarol, de sus bienes inmuebles, el histórico taller mecánico y las corridas para revivir todo esa historia que se realizan los sábados.
5. Fontela tuvo la capacidad de vincularse con otras personas participando en colectivos sin fines de lucro como la Asociación Uruguaya Amigos del Riel, a la cual, junto con otros, la transformó de una institución nostálgica, exclusivamente declarativa, sin sede, sin archivo, sin bienes históricos en funcionamiento, en una institución orientada a la preservación de material rodante y con capacidad de correr trenes a vapor para público local y visitantes extranjeros. A través de dicha sociedad sin fines de lucro en intrincadas relaciones con AFE, construyó imprescindibles acuerdos para obtener material en desuso, recuperarlo y brindar servicios históricos. Rodolfo Fontela, al igual que los pioneros de la arqueología uruguaya, invirtió miles de horas honorarias y dinero de su propio peculio en la tarea de recuperar y mantener en marcha trenes a vapor. Cabe aclarar que el peculio de Rodolfo Fontela no se asoma en volumen al de los pioneros de la aqueología uruguaya, como son el caso de Maeso, Tadei y demás que tenían un buen pasar. Para ilustrarlo, Rodolfo Fontela reside en una vivienda en la cooperativa Mesa 3 en Garzón y Propios.
6. Junto con otros construyó Fontela acuerdos, asociaciones para potenciar y complementar las corridas de trenes. Así, la Asociación Uruguaya Amigos del Riel estableció vínculos con las agencias de turismo para ofrecer a cruceristas paseos en tren en Uruguay. Tuvieron éxito, brindaron el servicio y recuperaron la inversión. También acordaron con la Intendencia de Montevideo los primeros viajes, en Semana de Turismo del 2010, que devendrían en el hoy clásico Tren a Vapor a Peñarol, que funciona con regularidad todos los sábados con el respaldo formal del Municipio G, Sociedad Amigos Barrio Peñarol, Ministerio de Turismo y Deporte y Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación y tiene 83% de ocupación.
7. Rodolfo Fontela y Jorge Pozzi protagonizaron algo insólito. El año pasado fueron contratados por el Museo del Ferrocarril Vasco (Fundación Eukotren) para adiestrar a seis maquinistas en la tarea de conducir locomotoras a vapor. Dicho museo —que tiene seis locomotoras en funcionamiento y miles de metros cuadrados de exposición— oficializó la norma que ambos llevaron y la hizo parte del reglamento.
8. La Asociación Uruguaya Amigos del Riel, en Montevideo, logró lo que Buenos Aires no tiene: un tren histórico a vapor para la ciudadanía. En todo Brasil solo hay seis.
Y si las significativas constataciones como las del historiador Eric Hosbswan son posibles de ser citadas y vivenciadas cada sábado en los viajes a Peñarol, es gracias a todo lo anterior y a aquellas empresas e instituciones que acompañan de manera desinteresada.
Van las frases del mencionado historiador, forman parte del guión de las visitas de los sábados, se transmiten de manera coloquial (no de manera textual como se transcriben acá). Se citan para que se tenga conciencia de que quienes llevan adelante esto no están jugando a los trenes en un hobbie escala uno a uno, sino acercando la historia internacional, nacional y local, de manera vivencial entre la población. Del libro La era de las revoluciones 1763-1848, de Eric Hosbswan:
“La revolución industrial fue probablemente el acontecimiento más importante de la historia del mundo y, en todo caso, desde la invención de la agricultura y las ciudades” (en el neolítico, hace 7 mil años).
“Por primera vez en la historia, se liberó de cadenas al poder productivo de las sociedades humanas, que desde entonces se hicieron capaces de una constante, rápida y hasta el presente ilimitada multiplicación de hombres, bienes y servicios”.
“La locomotora lanzando al viento sus penachos de humo a través de países y continentes, los terraplenes y túneles, los puentes y estaciones, formaban un colosal conjunto, al lado del cual las pirámides, los acueductos romanos e incluso la Gran Muralla de la China resultaban pálidos y provincianos. El ferrocarril constituía el gran triunfo del hombre por medio de la técnica”.
Gracias, Sr. Director, por este espacio que intenta sumar a favor de una de las dimensiones de la identidad del Uruguay y su vinculación con el mundo.
CC BZA 29184
Sr. Director:
Con fecha 29.8.2013, me enteré por la prensa que el Tribunal en lo Penal de 2º turno revocó el procesamiento dictado contra el ex alcalde de Atlántida, arquitecto Walter González, y según su abogado, el Dr. Pritsch, este señor iniciará juicio contra el Poder Judicial por los perjuicios que dicho procesamiento le ocasionó. De más está decir mi sorpresa al enterarme por ese medio de prensa, ya que, en mi calidad de denunciante, no soy notificada de tal resolución.
Solicité entonces, las explicaciones del caso a mi abogado patrocinante, Dr. Víctor Della Valle, quien además de explicarme que el Tribunal por mayoría —y no por unanimidad—, consideró que era un tema de naturaleza civil y no penal, me proporcionó copia de la sentencia revocatoria.
Pese a mi total desazón y desconcierto por el fallo, me reconfortó la frontal y terminante discordia del Sr. Ministro Dr. William Corujo, con sus colegas, Dres. Tapie y Balcaldi, por lo que creo del caso —dada la publicidad que al menos en un medio de prensa el ex alcalde le dio a la revocatoria— mencionar algunas citas textuales del ministro discorde, respecto al denunciado y el archivo de la causa.
Expresa el prestigioso ministro discorde, discrepando con sus colegas, que hay que analizar toda la masa de pruebas para determinar si el imputado ha incurrido o no en un hecho con apariencia delictiva y atender a ese dato enorme que es para el Derecho la realidad de la vida. En ese marco, señala que es lógico lo que expresara en declaración jurada el Sr. E.U., apoderado de Vulcano, en el sentido que el Arq. González actuó fraudulentamente abusando de su poder y de la probada confianza que le tenía la denunciante, modificó la forma de realización de la obra, la que quedó por administración directa para hacer recaer toda la responsabilidad sobre Vulcano.
Respecto a las declaraciones del Arq. González, en las que alega un error por contratar a la empresa que le pertenece o a la que él pertenece, expresa el Dr. Corujo: “Esto, se advierte con facilidad, es una mendacidad de órdago que transita sin esfuerzo por el hirsuto sendero penal”. Pone el acento en que en la etapa del plenario debía averiguarse cuál era la naturaleza de la relación jurídica que vinculaba a la denunciante con el arquitecto procesado, si había un contrato de obra, una administración directa o se ocultaba una especie de sociedad donde el Arq. González y sus allegados ponían dinero de su bolsillo sin recibir nada a cambio, lo que sería un escándalo llamativo y que esas cuestiones medulares ya no podrán aclararse porque lo impide una prematura e inconveniente clausura. Más adelante señala que no hay elementos como para descalificar el peritaje del Arq. Alfaro y que es insostenible que González admita primero que se queda con dinero y después diga que no fue por precio sino para reserva por gastos imprevistos de la obra. Y agrega: “Si actuó como administrador lo fue con una gestión desleal o fraudulenta”; que aquí no hubo errores como dice González, sino dolo. Está probado que el dinero para aportes de BPS lo tenía González y a él se lo entregaba Vulcano y si González no realizaba los aportes y la obra no avanzó de acuerdo a lo entregado, se apropió de ese dinero, a lo que se suman las malas condiciones de construcción. Finaliza diciendo que con estos elementos de convicción suficiente es bastante como para abrir el proceso penal con creces. Y a continuación formula una serie de interrogantes como: ¿Quién tuvo la iniciativa para declarar falsamente ante el BPS los aportes de los trabajadores? ¿Por qué dice González que cometió error al incluir trabajadores en un subcontrato con una SA? ¿Por qué la obra era de tan mala calidad? ¿Dónde fueron a parar esos recursos? ¿Se corta una investigación quedando en la vía civil un cobro de pesos y eventual daños y perjuicios, cuando existe apariencia de engaño artificioso, cuando no apropiación derechamente, de los dineros aportados por Vulcano y que no eran propiedad de González porque no justificó los gastos? ¿Por qué A.P. contratada por González declara que estaban atrasados en los aportes sociales y los sueldos los liquidaba de acuerdo con la planilla que le daba S.F., hombre de confianza de González, y cuando Vulcano la contrata le dice que liquide con datos reales? No resiste el menor análisis, dice el ministro Dr. Corujo, la alegación de González de que la causa sería obra de una siniestra conspiración contra él, que se autocalifica de ingenuo e inocente. Por todas esas razones, y porque estaban múltiples medidas instructorias pendientes y no siendo un asunto meramente civil, sino con clara connotación penal, votó por confirmar la recurrida y ordenar continuar la instrucción.
Pero me llamó la atención la omisión del Ministerio Público al no presentar el recurso de casación.
El anterior fiscal, Dr. Cancela, solicitó el procesamiento con prisión, lo que fue corroborado por la juez Dra. Canessa; cuando el defensor apeló el fallo el Dr. Reyes (nuevo fiscal) ratificó la condena y después del fallo ante una discordia de la enjundia de la asentada por el ministro Dr. Corujo, la Fiscalía no interpuso el recurso de casación. ¿Cuál es la explicación a semejante omisión, de parte del representante de la sociedad?
Finalmente, el día 8.9.2013, también por la prensa, me enteré que el Arq. González es responsable de otorgar préstamos de dineros de la Alcaldía de Atlántida, a particulares, como si fuera una institución financiera, por lo que se evalúa la presentación de denuncia penal. Es de esperar que la Justicia no considere nuevamente que se trata de un tema de naturaleza civil.
Alicia Vulcano
CI 1.128.925-7
Sr. Director:
“Que no se apaguen las bombitas amarillas”. Esta es una de las frases más conocidas de la canción “Colombina” que escribiera el cantautor uruguayo Jaime Roos. Esta habla de un murguista que al terminar su actuación “ve la sonrisa que le enviaba una princesa”, ante la duda él “le envía una reverencia” y antes de irse “un beso se posaba” en la ventana de la bañadera.
Este hombre no podía olvidarse de la muchacha y mientras seguía repitiendo los cuplés, ella se le volvía a la mente. Al terminar las actuaciones “tiró el disfraz en el respaldo del asiento, borró los restos de pintura con su mano y volando un tacho lo llevaba contra el viento”. Al llegar al tablado se la encuentra a ella, la saluda, a lo que ella “lo cortó, con su mirada indiferente… y lo dejó como si nada”.
En estos comportamientos tan naturales, como humanos, podemos analizar básicamente cualquier actividad humana. Particularmente me hace acordar mucho a la relación que ha existido entre los últimos gobiernos y la bonanza económica.
En estos dos últimos períodos nuestros gobernantes se han olvidado de seguir “trabajando” la relación tan delicada de nuestro país con la bonanza económica. Históricamente la economía nacional ha tenido una especie de “amor-odio” con lo que son los buenos tiempos; por momentos al país le va bárbaro y casi que cíclicamente cae.
Pero esta última prosperidad económica ha tenido la particularidad internacional de ser la que más nos ha levantado en toda la historia del país. Digo internacional, porque no ha sido por mérito propio sino por la coyuntura internacional que nos ha impulsado a que la materia prima que se produce en Uruguay esté siendo bien pagada en el mundo.
Como decíamos en un principio, esta relación tan delicada que existe entre nuestra economía y los “tiempos de vacas gordas” es necesario cuidarla, es necesario entender los factores que nos hacen pasar por un buen momento e impulsarnos.
El murguista de la canción no había entendido inicialmente que lo importante no era él, sino el traje, las bombitas amarillas, el eco de los bombos, la retirada. Es una reacción muy humana el hecho de pensar que los que producimos el éxito somos nosotros, aislándonos del contexto en el cual tenemos éxito o fuimos exitosos. Lamentablemente, el equipo productivo, económico, tributario del gobierno, ha cometido ese pecado: se han creído que la bonanza la produjeron ellos y se olvidaron que en realidad las bombitas amarillas, los trajes, las caras pintadas, las puso el contexto internacional.
El gran Martín Echegoyen dijo en 1959 al asumir la Presidencia del Consejo de Gobierno: “En la sociedad obran fuerzas no perceptibles, pero de gravitación tan ineluctable como la de las leyes naturales”. Una de esas leyes no me cabe la menor duda son dos conceptos que van de la mano, en el final de toda bonanza, modelo exitoso, hasta del apoyo popular, que son la soberbia y la inoperancia. Lamentablemente para el país, estos gobiernos han tenido estos conceptos como caballitos de batalla y lo marcan también en materia económica.
No nos creamos más que el traje, no nos pensemos más lindos que la retirada, no nos mareemos con los aplausos.
Debemos entender la importancia de mantener las bombitas amarillas prendidas, debemos cantar una retirada eterna que no se termine nunca, debemos priorizar que los aplausos sigan sonando, para seguir fortificando la relación entre el bienestar nacional y cada uno de nosotros.
Rodrigo Camejo
CI 4.634.813-3