Premio consolidado
Cabral rememoró que la primera edición del Premio Innovación PwC, celebrada en 2020 durante la pandemia del Covid-19, “fue bastante peculiar”.
“Se cumplían 100 años de PwC y decidimos lanzar la iniciativa asociada a la innovación. Fue un buen año, se presentaron cerca de 40 propuestas”, destacó. La premiación se mantuvo vigente y al año siguiente se presentaron otras 35 empresas y organizaciones, mientras que en 2022 se optó por abrir una nueva categoría “para no mezclar empresas instaladas con otras que recién empiezan”, explicó el ejecutivo. “Vimos que se presentaban muchas empresas pequeñas con una trayectoria corta y nos pareció que sería bueno incorporar la categoría startup, a la que podían aspirar empresas con hasta tres años de antigüedad y una facturación anual no mayor a US$ 100.000”, detalló Cabral. Ese año se presentaron 36 propuestas en total, 18 en cada categoría.
El criterio se mantuvo en esta cuarta edición y, a entender de Cabral, el 2023 se trató de “un año de mucha consolidación” del premio. Este año se logró evaluar 56 iniciativas, 27 en la categoría general y 29 en startup, lo que consideró un salto muy importante respecto a ediciones anteriores.
La primera de esas categorías está pensada para empresas medianas y grandes donde la innovación se encontrase operativa al momento de la postulación. La segunda, en tanto, está dirigida a aquellos emprendimientos que se encuentran en etapas iniciales y que han demostrado viabilidad.
“Fueron 20 más que el año pasado; incluso se presentaron 67 postulaciones inicialmente, aunque algunas no llegaron a brindar la información para su evaluación”, contó. En esa línea, reconoció que se trató de una tarea más ardua para el comité de evaluación, integrado por Juan Ciapessoni, inversor y emprendedor; Norberto Cibils, exdirector e integrante del Comité de Evaluación de la ANII; Inés Kent, asistente académica de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA) de la Universidad de la República (Udelar); y Marcelo García, secretario de Decanato de la misma facultad.
El jurado, en tanto, estuvo integrado por Jorge Xavier, decano de la FCEA; Adrián Rodríguez, docente de esa facultad; Andrés Danza, director de Búsqueda; Flavio Caiafa, presidente de la ANII; Marieke Goettsch, especialista sectorial del BID; y Cabral, de PwC.
“Estamos muy contentos con la consolidación que está teniendo el premio. Y, sobre todo, más allá de lo que pueda significar para la firma, con el hecho de que el ecosistema innovador lo valora como algo importante para que el sistema tenga más herramientas para fortalecerse”, resaltó el socio de la consultora.
Respecto del tipo de empresas que se postularon, Cabral aseguró que pertenecen a sectores variados, como tecnología de la información (IT), salud y farmacéutica, financiero, educación y transporte, construcción y vialidad, seguros, logística, agro, deporte, cultura, energía, ganadería, turismo y medio ambiente. “Estaban, por ejemplo, Buquebus, Coca-Cola, Conaprole, L’Oreal, FNC y OCA, entre otras, en el mundo empresarial de los más consolidados y, por otro lado, las startups, donde hay mucha efervescencia”, ilustró.
Los ganadores
Ceibal fue la ganadora en la categoría general, con su propuesta Desafío Profundo. Se trata de un programa dirigido a niños y adolescentes de entre 10 y 15 años que nació con el objetivo de conectar los contenidos curriculares con problemas de la vida cotidiana y, así, aumentar la participación y el compromiso de los estudiantes. Para ello se crearon narrativas lúdicas a través de formatos multimedia como radionovelas, juegos virtuales, podcast y chatbots, que facilitan la interacción con el usuario para impulsar la lectura y promover la resolución de problemas.
Entre las empresas finalistas estuvieron también Cielum (con la creación de un software para la gestión del espacio aéreo de baja altitud), Scienza (que presentó un modelo predictivo de distribución directa y trazabilidad farmacéutica) y UTE + Studio 4D (con un simulador de realidad virtual en subestación de transmisión).
MetaBIX Biotech se consagró entre las startups a partir de la creación de un software que funciona con base en inteligencia artificial y datos recopilados del ambiente y logra la predicción de patógenos emergentes y riesgos microbiológicos para el sector agroalimentario.
En esta categoría, entre las finalistas se destacaron BambusLife, con un servicio de telecardiología; Drone.uy, con un sistema inteligente de entregas con drones; y ELdeS, una plataforma de aprendizaje de lengua de señas de forma autoadministrada e interactiva, entre otras empresas.
“El propósito del premio es colaborar con el ecosistema de innovación, que constituye un pilar fundamental para el desarrollo del país. Y es que, si bien hay un ecosistema que ha logrado tener mucha más potencia en los últimos años, todavía estamos lejos de parámetros internacionales en materia de innovación”, evaluó Cabral.
“Siempre buscamos consolidar lo que ya tenemos, la estructura del premio, pero con iniciativas que le vayan agregando trascendencia, que lo hagan más potente. El desafío para el año próximo es incluir algún incentivo adicional que permita darle otra jerarquización al premio”, cerró.
Compromiso
Xavier, decano de la FCEA, aseguró que la celebración de la cuarta edición del premio “es la mejor demostración del grado de desarrollo de la innovación empresarial en el Uruguay”.
Señaló que si bien en un inicio tuvieron ciertas dudas sobre la respuesta que tendría la iniciativa desde el ámbito empresarial, la distinción “ha mostrado un crecimiento muy sostenido año a año, que no deja de sorprender”.
“Del año pasado a este creció un 50% la cantidad de postulantes, es un número muy interesante y nos demuestra que estamos en un muy buen nivel desde el punto de vista de la innovación empresarial en general”, agregó.
Por otro lado, Xavier indicó que el hecho de que la FCEA tenga una participación significativa en el proceso de análisis de las postulaciones y en el jurado también es una señal de que van por el buen camino. “Complementa muy bien lo que hacemos en el ámbito académico, así que seguiremos aportando”, destacó.
Al mismo tiempo, el decano expresó su convicción sobre la importancia que tiene dar visibilidad a este tipo de propuestas en materia de innovación empresarial, ya que “tienen un poderoso efecto desde el punto de vista de la imitación”. Señaló: “Al verlo, otras empresas pueden identificar innovaciones y posibilidades de mejora, desarrollando mejores oportunidades y capacidades para perfeccionar diversas áreas”.
Un punto destacado por Xavier es que el grueso de las innovaciones presentadas este año están relacionadas con la sostenibilidad, un área que los organizadores decidieron incorporar al estar directamente vinculada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas. Según dijo, “el compromiso con la vida” pasa por cómo promover el desarrollo sano y sostenible de las actividades, y justamente en esta edición se presentaron muchas innovaciones basadas en tecnología informática, particularmente vinculadas a ciencias de la vida, como la biotecnología.
“Es un desarrollo muy interesante que se está dando en Uruguay, donde las enormes capacidades en el plano académico en un país como el nuestro, de reducida dimensión, pueden hacer la diferencia con propuestas únicas a nivel mundial”, dijo el decano. Añadió, en ese sentido, que algunas iniciativas “han ganado mucho prestigio y generado muchas oportunidades”.
Se refirió sobre todo a la categoría startup, que ha mostrado “una enorme vitalidad y crecimiento” y es, para Xavier, fundamental para el desarrollo del país. “Hay propuestas muy interesantes, basadas en investigación científica vinculada a ciencias de la vida, que impactan sobre la salud humana, animal y ambiental”, destacó.
El decano también resaltó el compromiso desde la academia de seguir apoyando este tipo de iniciativas. Consideró que se trata de un proceso “muy enriquecedor y desafiante para todos”, tanto en el ámbito profesional como en el académico, y aseguró que el equipo ya comenzó a trabajar en el Premio Innovación 2024.